Chile | Un crecimiento desbalanceado

Economía:

Se mantienen las expectativas de una importante recuperación de la actividad económica para este año (más de 7%), que compensaría con holgura la contracción de 5,8% del año pasado. La evidencia indica que este crecimiento será muy desbalanceado, destacando la expansión del consumo por el lado de la demanda y del comercio por el lado de la oferta. Se ha ratificado, también, que el problema macroeconómico más importante es y seguirá siendo el empleo, que ha dejado de crecer desde fines de 2020. La inflación también parece haberse estabilizado, con un bajo registro en junio (0,1%) y perspectivas de que termine el año en torno a 3,5%. No obstante lo anterior,
se espera que el Banco Central comience el proceso de normalización de la TPM en julio y agosto, llevándola desde el 0,5% actual a 1,25% o algo más a fines de año. El tipo de cambio, por su parte, se ha ubicado en los niveles más altos del año (en torno a $750), lo que se explica por la incertidumbre institucional y política.

Política:

No ha habido sorpresas en los primeros días desde la instalación de la Convención Constituyente. El proceso de instalación fue un tanto caótico y sus decisiones y sesgos posteriores han revelado una clara mayoría de extrema izquierda que podría alcanzar sin mucho problema los 2/3 necesarios para aprobar el contenido del nuevo texto. Se ha intentado vincular su origen a la insurrección de octubre de 2019, más que a una decisión política de encausar la crisis por la vía institucional, lo que busca independizarla de este origen y permitirle ignorar las restricciones respecto de su ámbito de acción. En las próximas semanas habrá más claridad al respecto, pero las perspectivas para la democracia y la inclusión de todos los sectores no se ven muy promisorias. En paralelo se mueve el escenario electoral, con elecciones primarias el 18 de julio y presidenciales y parlamentarias en noviembre y diciembre, si es que es necesaria una segunda vuelta para elegir presidente.

La urgencia económica

La principal preocupación de la ciudadanía sigue puesta en la gestión de la economía: la inflación continúa siendo la primera problemática en ser mencionada (el 34,3% de las veces). Si sumamos a ello la preocupación por al desempleo, ambas inquietudes económicas juntan el 46% de las menciones. Seguidas por la Corrupción, que al igual que a lo largo de todo el ciclo del Frente de Todos, se encuentra en torno al 30% de las menciones.

Un dato llamativo, que se ha venido consolidando en los últimos meses, es la caída de la preocupación por la Inseguridad que se encuentra en niveles muy bajos, inferiores al 5% de las menciones. El dato muestra cómo las preocupaciones económicas, sanitarias y la corrupción han desplazado otro tipo de preocupaciones.

La preocupación por la economía puede verse más nítidamente si se utiliza una pregunta que indague en un sentido más operativo sobre las preocupaciones. Si se propone el juego de “si Ud. fuera presidente” y se le pregunta al encuestado ¿cuál de estos temas consideraría el más urgente de atender hoy?, el 70% señala la urgencia de poner en marcha la economía, en detrimento de otras urgencias como controlar la pandemia, reformar la justicia, luchar contra la inseguridad, etc.

Activar la economía es la principal urgencia entre todos los segmentos de votantes, inclusive los oficialistas (57%), aunque, en este último caso, sigue habiendo un porcentaje más elevado que la media de votantes que señalan a la pandemia como principal urgencia (22%).

Esta mayor demanda por “Poner en marcha la Economía” es consistente con una mayor preocupación por la economía personal a la hora de evaluar si el ciudadano se preocupa más por la pandemia o por la economía doméstica.

Como se suele decir, las pandemias empiezan siendo sanitarias y terminan siendo económicas, más en una región como Latinoamérica y particularmente en un país como Argentina. Está en manos del actual gobierno, dado el mejor contexto en materia sanitaria, tomar las riendas de la situación económica y responder a la demanda de los ciudadanos.

Las exportaciones del primer semestre fueron las máximas desde 2013

¿Cómo fue el resultado comercial en junio? ¿y en el primer semestre?

En el sexto mes del año, el saldo comercial fue superavitario en más de USD 1.000 millones, debido a exportaciones por casi USD 7.000 millones (+46% i.a.) e importaciones superiores a los USD 5.900 M (+79% i.a.). Con este dato, el flujo comercial trepó 59% i.a., debido a la baja base de comparación de 2020, cuando la pandemia todavía afectaba al comercio global. Sin embargo, al comparar las compras y ventas externas en relación con junio de 2019, las variaciones también son positivas, con un avance de 33% de las exportaciones, 42% en las importaciones y 37% en la suma de ambas.
Así, la primera mitad del año cerró un superávit de USD 6.700 millones, o 1,5% del PBI. Aunque este es algo menor al del año pasado, cuando las importaciones se habían derrumbado 24% i.a., exceptuando 2020, es el mayor para este lapso desde 2010.

¿Cómo se comportaron las compras y ventas?

Las exportaciones del primer semestre fueron las mayores desde 2013. Esto estuvo motivado por el aumento de los precios de los commodities agrícolas, que incrementó el valor de la cosecha gruesa y también de sus derivados (harina, pellets y aceite). De este modo, los precios ponderados de nuestras exportaciones crecieron 22% i.a. en el primer semestre, muy por encima de las cantidades, que subieron 5% i.a. El producto más destacado de nuestras ventas fueron las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), que treparon 47% i.a. En segundo lugar, se ubicaron las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), que crecieron 44% i.a. En este caso, el aumento fue debido a una mayor demanda y no a la tracción de los precios. Por caso, en junio las cantidades vendidas de estos productos crecieron 84% i.a., ubicándose 5% por encima de las vendidas en el mismo mes de 2019. Por último, la venta de Combustibles y Productos Primarios también creció (3% y 2% i.a., respectivamente), aunque explican una porción menor de la dinámica del comercio exterior.

Por el lado de las importaciones, las compras treparon 49% i.a. en el primer semestre, ubicándose 14% por encima de los valores de la primera mitad de 2019. De forma contraria a las exportaciones, esta recuperación vino más por el lado de las cantidades (+37% i.a.) que de los precios (+9% i.a.). Sin embargo, al igual que para las ventas, la mejoría también abarcó a todos los rubros: la compra de piezas para bienes de capital trepó 62% i.a., la de combustibles 59% i.a., la de bienes intermedios 52% i.a., la de bienes de capital 48% i.a., la de autos 47% i.a. y la de bienes de consumo 17% i.a. Así, autos y combustibles son los únicos segmentos que todavía no recuperaron sus valores de 2019.

¿Qué esperamos en el frente externo para el segundo semestre?

Del mismo modo que venimos viendo en lo que va del año, esperamos que haya dos factores que traccionen nuestras ventas al exterior. En primer lugar, la demanda brasileña seguirá pujante (se espera que el PBI de nuestro principal socio crezca 5,3% anual, y esta proyección viene revisándose sistemáticamente al alza desde hace tres meses), motivando la venta de MOI. Por otra parte, los precios agrícolas no revirtieron su alza, haciendo que la venta de MOA mantenga sus niveles. En simultáneo, proyectamos que las importaciones seguirán recuperándose, más aún con la mejoría de la actividad que se vería con la baja de los casos y el fin de las restricciones a la movilidad. De este modo, aunque el saldo de la segunda parte del año será algo menor al de la primera, el superávit se ubicará nuevamente por encima de los USD 12.000 millones.

Con un nuevo canje, el Tesoro despejó parcialmente los pagos de agosto

Ayer, el Ministerio de Economía realizó su segunda colocación de deuda del mes. Además, como ya había hecho en oportunidades previas, ofreció un canje por un bono a pagar en agosto, anticipándose a un importante vencimiento. De esta forma, se licitaron las reaperturas de seis Letras que ya estaban en circulación (tres a tasa fija, una variable y dos vinculadas a la inflación) y la colocación de una nueva (a tasa fija por 6 meses). Como resultado, captó ARS 119.000 millones, algo más que los ARS 111.000 que deberá afrontar por el vencimiento del TC21 y el cupón del T2X4 antes de la próxima licitación. Así, el porcentaje de rollover se ubicó en el 113% en lo que va del mes, a falta de una licitación el miércoles que viene (en la que se buscará capital para cancelar Letras a tasa fija y variable). Respecto al canje, cerca del 60% de los tenedores de TX21 ingresaron, obteniendo a cambio una canasta de Letras (CER a once meses) y Bonos (TX23 y T2X3). Con este, se despejaron el 40% de los vencimientos de agosto, permitiéndole alivianar las necesidades financieras de uno de los meses más cargados del año.

El financiamiento neto obtenido por Hacienda en lo que va del año supera los ARS 400.000 millones. A su vez, la asistencia monetaria del BCRA fue de ARS 460.000 millones, algo por encima de la colocación de deuda. Aun así, la composición de las fuentes financieras que había sido postulada en el Presupuesto (60% de emisión-40% de deuda) se encuentra sobrecumplida, de la mano de una menor necesidad por la contracción del déficit primario. Aunque esta relación podría tensarse en el período electoral, esperamos que siga equilibrada en el acumulado anual, permitiendo reducir significativamente la monetización del déficit respecto al año pasado, cuando se emitió más que la totalidad del déficit.

En lo que hace a la deuda en dólares, a fin de mes se pagará la primera cuota del acuerdo preliminar alcanzado con el con el Club de París por algo menos de USD 230 millones (3% de las reservas netas). A su vez, en agosto arribarían los DEGs emitidos por el FMI, que aportarían más de USD 4.300 millones a las arcas del BCRA y se contabilizarían como ingresos corrientes del Sector Público no Financiero. Si no se llegara a un nuevo acuerdo con el Fondo, éstos podrían usarse para cancelar los dos pagos de capital que hay que hacerle a dicho organismo a lo largo de este año, permitiendo que las negociaciones continúen en el primer cuarto de 2022, cuando los vencimientos ascienden a USD 4.000 millones.

Brasil | Preocupa la presión inflacionaria

Economia:

A análise da conjuntura econômica brasileira desloca-se dos entraves associados à pandemia para as preocupações crescentes com o quadro de inflação mais pressionada ao longo do ano, e de seus efeitos para a política monetária. Os dados mais recentes confirmam o quadro observado nos meses anteriores, marcado pelo dinamismo da indústria e do agronegócio, mas por
retomada mais lenta do setor de serviços. O balanço de risco mais recente inclui a questão energética e a pressão de custos como limitações à velocidade da recuperação da atividade, ainda que a expectativa seja de maior dinamismo da economia no segundo semestre, em linha com o avanço da vacinação. Esse movimento reforça os sinais da autoridade monetária em direção ao ajuste normalizado da Selic, deixando de lado a visão do ajuste parcial, presente nas comunicações do Copom ao longo do primeiro semestre. As expectativas de inflação em alta aumentam a probabilidade de um ajuste mais forte já na próxima decisão.

Política:

A visão de que o problema fiscal foi controlado minimizou o impacto do cenário político na precificação dos ativos brasileiros. Não por acaso, o último mês foi marcado por forte valorização dos ativos, em linha com os movimentos da economia internacional. Os dilemas políticos domésticos
tiveram pouco impacto. Esse mundo não existe mais. A perda de capital do governo, resultado dos efeitos negativos da pandemia, pode antecipar um quadro de radicalização eleitoral e risco de populismo econômico. A acusação de corrupção no Ministério da Saúde deve promover uma perda adicional de popularidade do presidente. A perda de capital político e o escândalo de corrupção trouxeram de volta o debate sobre o possível impeachment presidencial. Por ora, a complexidade do esquema, envolvendo diversos grupos de apoio ao governo e as incertezas relativas à um novo governo limitam as chances de ocorrência. De todo modo, o impeachment é um resultado possível, o que leva o governo a operar com margem de manobra estreita.

Bolivia | La débil demanda interna

Economía:

Al primer semestre del año el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tuvo una variación acumulada de 0,3% y de 0,2% en 12 meses. Estas cifras reafirman la debilidad de la demanda interna. Excepto los servicios de educación que aumentaron 6% en lo que va del año, el resto de los ítems o cayeron o se mantuvieron constantes. A nivel sectorial y con la excepción mencionada, todos los rubros incluidos en el IPC muestran su menor registro desde 2017. Este comportamiento también se explica en la baja inflación importada por las depreciaciones de las monedas de los países vecinos desde los inicios de
la pandemia, sumado al aumento del contrabando de bienes a medida que las restricciones de comercio exterior se relajaron. Las bajas presiones inflacionarias son consistentes con el estancamiento de la tasa de desempleo desestacionalizada en torno a 8% desde inicios de año. Finalmente, resalta que no exista información oficial del PIB desde junio de 2020 y del indicador mensual desde noviembre.

Política:

Bolivia continúa enfrascada en la discusión sobre los acontecimientos de noviembre de 2019 que derivaron en la salida de Evo Morales del poder y la asunción temporal de la senadora Jeanine Añez por 11 meses, hasta la celebración de las elecciones generales donde el partido de Morales retornó al poder con el presidente Luis Arce. Para el gobierno fue golpe y para la oposición fue un movimiento ciudadano. Por eso los arrestos de funcionarios públicos involucrados en el gobierno de transición de Añez han continuado, junto con sus declaraciones a autoridades judiciales. Una de las más sobresalientes fue la del general Jorge Terceros, comandante de la fuerza aérea, quien expuso varios argumentos respecto a la presunta intención de generar vacío de poder y conflictos internos a la salida de Morales. Por su parte, el gobierno ha respondido acusando a las anteriores administraciones de Argentina (Macri) y de Ecuador (Moreno) de apoyar con armamento la represión que se dio en los días de los disturbios.

Monitor Quincenal de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021 del PBI, Consumo Privado, Inflación, Tipo de Cambio Oficial y Brecha Cambiaria.

A su vez, debido a la relevancia de la evolución de la situación sanitaria para el funcionamiento económico, encontrará un tablero de seguimiento de la vacunación contra el COVID-19 , donde se analiza dicha evolución a nivel nacional e internacional.

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente. El mismo también lo podrá encontrar en Actividad-Informes Corporate. 

El 38(%) está cargado: en el dólar, está el agite

En diciembre de 2019, la tasa de interés de política monetaria (TPM) estaba en 63%. Luego del cambio de gestión, ésta bajó 25 p.p., llegando al 38% en marzo de 2020. La percepción de que el cepo relajaba las necesidades de mantener una tasa de interés alta, en tanto su impacto en el mercado cambiario se veía acotado junto con la demanda de dólares oficiales, además de una morosidad del sector privado que había crecido rápidamente tensando la cadena de pagos, impulsaron este cambio.

Desde que empezó la pandemia, el proceso de caída de la TPM se interrumpió y la misma permaneció fija, estancada en 38%. Ahora bien, en el camino la inflación pasó del 1,5% mensual en abril y mayo del año pasado al casi 5% en marzo de 2021, para después ubicarse en la zona del 3% en la actualidad. De esta manera, la tasa de interés real, aquella que impacta más directamente sobre las decisiones de consumo e inversión, pasó de más de 1% mensual en el segundo trimestre del 2020 a casi -1% mensual en el primero del 2021 y a la neutralidad en mayo y junio. En consecuencia, una TPM fija, en lugar de imprimirle certidumbre y previsibilidad a la política monetaria, la llenó de incertidumbre y erraticidad.

La tasa de interés es una variable clave para cualquier economía, y la argentina no es la excepción. Durante la segunda mitad de la gestión Cambiemos, la misma intentó mantenerse sistemáticamente por encima de la inflación esperada, buscando alentar el ahorro en pesos y desincentivar la demanda de dólares. Sin embargo, esta decisión encarecía inevitablemente el costo de financiamiento del sector privado. En este marco, la morosidad de los préstamos llegó a los máximos desde 2007 -comienzo de la serie estadística- y amenazaba con seguir en aumento si no se relajaban las condiciones financieras, especialmente en una economía donde la demanda y las ventas no respondían. En la misma línea, la inversión cayó 16% en el promedio anual del 2019, marcando las debilidades del esquema.

El problema en la actualidad, más allá de cuál sería el rumbo óptimo, es que pareciera no haber ninguno. El sostenimiento de una TPM constante en un contexto de tanta volatilidad inflacionaria se traduce en una tasa de interés real tan cambiante como la economía argentina, pasando de terreno positivo a negativo y viceversa constantemente. Y eso agrava los problemas existentes. Veamos.

En primer lugar, vale destacar que parte relevante de la política monetaria del 2020 se explica por la asistencia del Banco Central al Tesoro Nacional. El año pasado la política fiscal fue contra-cíclica, generando un rojo fiscal récord que derivó en una asistencia del 7% del PBI, dificultando la absorción de pesos vía LELIQs o venta de dólares. En ese contexto de una transitoria baja de la inflación, la tasa de interés real se volvió positiva. Sin embargo, no se redujo para no alimentar las tensiones cambiarias y retirar parte del exceso de pesos del mercado. A pesar de esto, la baja abrupta de la Badlar en un escenario de extrema incertidumbre complicó los objetivos del Banco Central. La respuesta fue el primer salto del dólar paralelo y la brecha, que escaló del 26% en marzo a más del 100% en el máximo de mayo (promedió un 86% en dicho mes), en un marco de caída récord del nivel de actividad.

Este salto de la brecha, agudizado en los meses posteriores, alentó las expectativas de devaluación, provocando la corrida cambiaria del segundo semestre del año pasado, en donde el Banco Central sacrificó más de USD 4.000 millones para evitar un salto cambiario (alrededor de la mitad de sus Reservas netas). A pesar de que la TPM puede ser un instrumento que desactive algunas tensiones, la autoridad monetaria no recurrió a ella como rueda de auxilio. Si para alentar el ahorro en moneda local es necesario que los plazos fijos le ganen a la inflación esperada y a las expectativas de devaluación, el Banco Central no parecía enfocarse en eso. Por el contrario, para desalentar la corrida reforzó el control de cambios, ajustando al mercado por cantidades en lugar de hacerlo por precios.

Por su parte, y con un enfoque diferente, el Tesoro Nacional salió a captar los pesos “sobrantes” desde octubre pasado, ofreciendo instrumentos atados a la inflación (CER), que ayudaron a corregir el exceso de liquidez y fueron fundamentales para frenar la corrida -algo que no se había logrado en septiembre con el endurecimiento del cepo-. Es cierto que el Banco Central no haber subido la tasa para no competir en la búsqueda de financiamiento con el Palacio de Hacienda; sin embargo, no es menos cierto que para acceder a estas letras o bonos hay que ser un “ahorrista sofisticado”. En consecuencia, el segmento minorista siguió sufriendo rendimientos negativos. El impulso masivo al ahorro en pesos, parecía, podía esperar.

En 2021, la economía arrancó recuperándose y casi alcanzó el nivel de actividad de la pre-pandemia (en el primer bimestre estuvo 1% por debajo). A la vez, la inflación promedió el 4% mensual en ese período, equivalente a 60% anualizado, más de 15 p.p. por encima de la TPM efectiva anual. Como si esto fuera poco, las líneas de financiamiento a tasa subsidiada ayudaban a disociar el rendimiento de las colocaciones en pesos de la tasa de interés de préstamos, ensanchando el margen -abierto con recursos fiscales- para subir la tasa de interés. Sin embargo, el Banco Central se mantuvo firme en su postura: el 38% no se toca. Como resultado, la política monetaria adquirió un carácter fuertemente expansivo, casualmente, en un contexto en donde la economía real empezaba a mostrar señales de mejoría y el Tesoro Nacional achicaba su déficit, en virtud de moderar las expectativas de emisión. Es decir, contrario a lo que recomienda la teoría y se aplica en la gran mayoría de los países, la tasa de política tomó un sesgo pro-cíclico.

En mayo y junio, la inflación estuvo apenas por encima del 3%, de modo que la tasa de interés real (-0,2% promedio) se ubicó en niveles apenas menores a los niveles de octubre y noviembre pasados (-0,4%). Aunque la situación cambiaria es diametralmente opuesta a la de entonces, y la actividad no pareciera exigir un impulso adicional en un contexto de virtual desaparición de las restricciones de oferta y avance del proceso de vacunación, el 38% se mantuvo. En paralelo, el Tesoro Nacional siguió con un buen ritmo de colocaciones de deuda en pesos, en un escenario de bajas expectativas de devaluación en el corto plazo y calma en los dólares financieros. Sin embargo, otra vez, los ahorristas minoristas quedan con pocas opciones para ganarle a la inflación (por fuera del todavía poco conocido plazo fijo UVA), y el dólar no se corre de su cabeza.

Los períodos electorales suelen venir acompañados de políticas fiscales expansivas y presiones cambiarias. El atraso del dólar antes de los votos es una característica de la economía argentina, casi tan repetida como las correcciones posteriores. En este marco, se redobla la intensidad de la pregunta por la dinámica de la tasa de interés: ¿se animará el Banco Central a mejorar el rendimiento de los plazos fijos, en un contexto de inflación transitoriamente a la baja, pero mayores tensiones cambiarias? El reciente endurecimiento del cepo invita a pensar que no, que los principales ajustes seguirán vinculados a los garrotes -complicar los caminos para ahorrar en dólares-, en lugar de a los incentivos -premiar a quien lo hace en pesos-. Sin embargo, el malestar que generan estas restricciones, en un contexto de prudencia fiscal -al menos, durante la primera mitad del año- y de rebote del nivel de actividad podrían descongelar al 38. No hay tasa que dure 100 años.

Una derrota electoral del oficialismo podría definir cambios en el equipo de gobierno

Toda derrota electoral condiciona políticamente los márgenes de maniobra de cualquier oficialismo, pero los antecedentes también invitan a pensar en que una eventual derrota del Frente de Todos podría determinar cambios en posiciones claves del equipo de gobierno. Si la unidad del peronismo detrás de la figura de Alberto Fernández ya no garantiza triunfos electorales, ¿por qué los miembros de la coalición querrán seguir integrándola bajo los términos iniciales?

Si el Frente de Todos pierde, el liderazgo del Presidente quedará muy debilitado y se requerirá un rediseño del esquema de gobierno para poder renovar el vínculo entre todos los miembros de esa sociedad. Esos cambios incluso podrían llegar a incluir modificaciones dentro del Gabinete.

Lo cierto es que, si el oficialismo pierde la elección, los miembros de la coalición realizarán una lectura de esa derrota. Posiblemente la interpretación se focalice en una gestión ineficiente, sobre todo en materia económica, ya que los resultados alcanzados hasta el momento no son los esperados. Estas discusiones pondrán seguramente en duda los roles de Santiago Cafiero, Jefe de Gabinete, y Martín Guzmán, ministro de Economía, atribuyéndoles las principales responsabilidades de la situación.

Ante estas posibles salidas, la oxigenación que esto llevaría al gabinete deberá incluir figuras con volumen político que funcionen como tutores del poder ejecutivo. En este contexto, se pensó desde el oficialismo la posibilidad de poner en real funcionamiento el sistema semipresidencial pensado en la reforma de 1994. Para atenuar el presidencialismo, se creó la figura de un jefe de gabinete fuerte, con chances de ser removido por el Congreso.

¿Quién pudiera ser una figura de volumen dentro de la coalición para ocupar la Jefatura de Gabinete en esas condiciones? Aparece la figura de Sergio Massa como un posible candidato, el actual Presidente de la Cámara de Diputados sería útil para apuntalar desde la coalición al equipo de gobierno, y como contrapartida sería para Massa una forma de ganar relevancia dentro de la coalición. La sintonía de Massa con Máximo Kirchner y el diálogo fluido que logró adquirir con la figura fuerte del Frente de Todos, Cristina Kirchner, son indicios de que podría tratarse de la persona indicada. Además, Massa mejoraría aspectos de la comunicación y no dejaría al presidente tan expuesto en el rol de vocero.

En síntesis, una eventual derrota en las próximas elecciones pondría en jaque a la coalición de gobierno, obligándola a repensar sus equilibrios internos. Si bien el escenario de derrota todavía no resulta claro, la perdida del caudal de votos es evidente y pone en zona de riesgo al oficialismo.

 

*El presente articulo es un extracto del “Panorama Político” que elabora mensualmente Synopsis Consultores para clientes de Ecolatina suscriptos al Módulo Político.

Cepo recargado, otra vez

Comenzó la temporada oficial (y financiera) de tensiones cambiarias

En nuestro último Informe Financiero Semanal comentamos que “el segundo semestre suele presentar mayores tensiones cambiarias”, tanto por fenómenos estacionales, como propios de años electorales. Mencionamos que, a pesar de la fuerte liquidación del agro, el intento de disciplina fiscal y la recomposición de Reservas Netas del Banco Central, “el viento de cola externo se chocó con una aceleración inflacionaria brutal del primer semestre y el tipo de cambio mayorista corrió muy por detrás de la inflación”. Con espacio en las Reservas para contener al dólar hasta las elecciones, indicamos que la probabilidad de un salto discreto del tipo de cambio oficial era baja en los próximos meses: a contracara, aumentaba la probabilidad de devaluación futura. A modo de respuesta, sugerimos tres puntos claves para operar en consecuencia en este contexto de calma cambiaria artificial en el plano oficial y tensiones cambiarias en el plano financiero. Particularmente, mencionamos que el punto más importante se iba a dar en el plano cambiario-financiero. Y se dio.

Regulaciones in crescendo

Tal como dijimos, excepto por las pocas presiones cambiarias que logren materializarse en el mercado oficial (atento a las fuertes restricciones de acceso al MULC para productos, y el prácticamente nulo acceso al MULC para servicios y otros conceptos), el resto se canalizarán (crecientemente, como ya lo anticipamos) a los dólares financieros/paralelo. El avant-premiere de las tensiones financieras de junio (con una disparada del dólar blue y con tensiones en el “contado con liqui” que fueron transitoriamente disipadas vía pedidos de la CNV a determinadas ALyCs para trasladarlas al SENEBI) se transformaron en un nuevo cepo reforzado con las disposiciones 895 de la CNV y la Com. A7327 del BCRA.

¿En qué consiste la primera de las dos medidas? En primer lugar, se baja el parking del CCL a 2 días (eran 3) pero (i) se limita a 50.000 VNO por semana de títulos públicos (tanto ley local como extranjera) modalidad PPT (la pantalla del mercado donde se negocian títulos de manera transparente, y que es donde interviene el Central) y (ii) se le mete un parking de dos días a la estrategia de “comprar canje”.

¿Qué es “comprar canje”? Comprar un bono especie D (en USD que se liquida en la plaza local) como por ejemplo AL30D y venderlo en su especie C (en USD que se liquida en el exterior). Dado que era una forma de saltear el cepo anterior, la CNV reguló esta operatoria y creó un parking para la misma.

¿Qué son 50.000 VNO? Aproximadamente, si tomamos como referencia el AL30 (1 de los 2 bonos más utilizados para la operatoria del CCL), 50.000 VNO representan apenas más de 17.000 dólares, cupo disponible por bono (un cupo por legislación local y uno por legislación extranjera). Previo a la nueva regulación, el límite eran 100.000 VNO y no afectaba los globales.

El paralelo del financiero y la brecha de la brecha

Vale la pena destacar que la nueva medida solo aplica para bonos y no aplica para acciones ni CEDEARs. Esto dará (ya dio) lugar a la “brecha de la brecha”: las medidas de la CNV en términos financieros implican que el precio del CCL que veamos en los diarios dejará de ser representativo. Los CCLs implícitos en el segmento PPT a seguir de cerca serán los que surjan de los papeles más operados, como por ejemplo GGAL, YPF y APPL. Así, tendremos una brecha de la brecha: la brecha del CCL “oficial” (AL30/GD30) respecto al oficial (BCRA) y la brecha del CCL real (acciones, cedears) vs el CCL oficial. Ahora bien, no solo tendremos una “brecha de la brecha”, sino también un mercado “paralelo” bursátil, dado que toda demanda que supere el cupo y por diversos motivos no pueda realizarse con acciones o CEDEARs (política de casa matriz, volatilidad del precio, etc) se traslada al SENEBI.

¿Qué es el SENEBI? Es un segmento de negociación bilateral, donde se calzan operaciones de compra con operaciones de venta privadas y bilaterales. Es un mercado de menor transparencia, no está garantizado, y no presenta estadísticas históricas (más allá de la información que se pueda observar on-line durante la operatoria). Lo que dos semanas atrás era un pedido de la CNV se transformó en regulación este fin de semana. Por caso, como observarán en la sección de Renta Fija del presente informe, el tipo de cambio implícito en SENEBI que surge de la operatoria del AL30 ($172) ya es un 3% mayor al CCL de la operatoria de dichos bonos en el segmento PPT.

A las regulaciones de la CNV se acopló el Banco Central, que dispuso una serie de cambios en el acceso al MULC. En resumen, quien acceda al MULC y quiera operar bonos debe tener la previa “autorización” del BCRA o brindarle a la entidad financiera una declaración jurada donde diga que no operó CCL en los últimos 90 días calendario y que se comprometa a no hacerlo en los próximos 90 días. ¿Por dónde viene la mano? Ninguna controlante directa del grupo podrá hacer CCL de haber accedido al MULC la empresa. La ventana que deja abierta la normativa es la siguiente: las empresas podrán seguir pagando localmente a sus vinculadas y no vinculadas por facturas de bienes y servicios, sin colisionar con el MULC. Y en el caso de que el pago de bienes o servicios de manera local sea hecho a una controlante, se deberá verificar la “habitualidad”, para no colisionar con el MULC.

En otras palabras, los importadores ya no pueden pagar Dividendos.

El timing lo es todo

En reiterados informes anteriores insistimos en la dolarización de excedentes y de resultados en pesos en caso de ser posible. Como aprendizaje, las oportunidades están para ser aprovechadas. Quienes ya realizaron sus operaciones de pago de Dividendos al exterior vía dólar financiero y pago de facturas de servicios, han logrado una ventaja competitiva muy grande. Para el resto, todavía existen oportunidades para aprovechar en materia de dólar financiero. Y para las empresas que no pueden lograr aprobaciones del exterior para estas operatorias, o los tiempos de implementación son muy largos, también persisten oportunidades de dolarización sin incurrir al CCL, y de cobertura contra la evolución del tipo de cambio oficial e inflación.

Pero como ya anticipamos en reiteradas oportunidades, estamos transitando un escenario de restricciones crecientes, donde el timing lo es todo. Estas nuevas restricciones van a redireccionar las estrategias financieras de las Empresas, y por lo tanto es importante estar en el grupo que lidere dichas iniciativas, para no llegar tarde, mal, y caro.

La información que les brindamos en el presente informe no reemplaza el asesoramiento legal, contable, impositivo, u otros que el Cliente considere oportuno consultar. En el equipo de Ecolatina Finanzas nos ponemos a disposición para participar en la conversación de estos asuntos con los asesores y auditores externos al efecto, en el marco de las estrategias financieras en ejecución.

* El presente artículo es un extracto del Informe Financiero Semanal, exclusivo para suscriptores del Módulo Financiero de Ecolatina.

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