Con suba de tasas, el Tesoro volvió a obtener financiamiento de mercado

Ayer, el Ministerio de Economía volvió a obtener financiamiento neto de mercado, al ofrecer 3 Letras y 2 Bonos para pagar los vencimientos de la primera quincena de septiembre. La colocación incluyó un instrumento a tasa fija, dos a descuento y dos vinculados al dólar. En los títulos que ajustan con el avance de los precios se convalidó una suba de tasas, que orillaron el 4%, mientras que en los dollar-linked el rendimiento fue de 0,25% para los que vencen en 2022 y 1% para los duraderos hasta 2023. La liquidez captada fue de casi ARS 100.000 M, y era necesaria para pagar LECER el próximo lunes e intereses de TC23 y PR13. En el día de hoy habrá una segunda vuelta para aspirantes a creadores de mercado, que podría elevar los montos tomados. Adicionalmente, a comienzos de mes se canjeó el TS21, un bono que vencía por más de ARS 150.000 M y que estaba íntegramente en manos del Banco Nación.

En la primera colocación de deuda del mes, el porcentaje de rollover volvió a ubicarse por encima del 100%, siendo de 111%. Así, el porcentaje de renovación anual acumula un 115% de la deuda vencida hasta el momento. El financiamiento captado por esta vía acumula más de ARS 380.000 M en lo que va del año. Sin embargo, la aceleración de la emisión monetaria observada desde comienzos de julio hizo que ésta pasara al frente en la composición de las fuentes de financiamiento. Así, actualmente dicha proporción es de dos tercios de asistencia del Banco Central (1,8% del PBI) y un tercio de endeudamiento (0,9% del PBI).

Pese a la caída de julio, la industria se mantiene en niveles pre-pandemia

En julio, el Índice de Producción Industrial (IPI) creció 13,0% respecto al mismo mes del año anterior, acumulando una mejora del 21,0% los primeros siete meses del año. Al comparar con la prepandemia, se puede apreciar que la producción se ubicó 5,6% y 3,8% por encima de los valores de julio 2019 y del mismo mes de 2018, respectivamente.

Sin embargo, se observa una contracción del 2,6% en términos desestacionalizados respecto a junio. Cabe señalar no obstante que esta baja está precedida por la fuerte expansión de junio (10,6%), que se dio en respuesta de las nuevas aperturas y la baja en las restricciones sanitarias impuestas por el gobierno tras dos meses de retrocesos a nivel productivo (-6,1% en el bimestre abril-mayo), por lo que en el bimestre junio-julio se registró un alza de 7,7%. De todas formas, también se señala que la tendencia-ciclo cayó por primera vez en el año.

En julio incidió lo ocurrido en la industria automotriz. En el séptimo mes del año se produjeron 8.100 vehículos menos que en el mes previo en el marco de las vacaciones de invierno en algunas plantas y por escasez de ciertos insumos a nivel global. De todas formas, en términos interanuales la producción de vehículos automotores aumentó 47%.

Al realizar un análisis sectorial, observamos que 14 de las 16 ramas industriales se ubicaron en niveles superiores a los valores de julio 2020. Si realizamos esta misma comparación con julio 2019, nos encontramos con 10 de las 16 ramas produciendo nuevamente por encima de aquellos valores.

Los sectores que más incidieron al crecimiento del Nivel General fueron Prendas de vestir, cuero y calzados y Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes. El primero mostró en julio un incremento mayor al 60% respecto a 2020 y del 7,2% en comparación con 2019, ya que la mayor circulación y actividades sociales y laborales ayudó a impulsar la demanda de estos bienes, al mismo tiempo que se controlan las importaciones del sector. A su vez, la suba mencionada en el sector Automotores y otros equipos de transporte (+47,0% i.a.), que implica un crecimiento del 17% en relación con los valores de 2019, se vinculó principalmente a la producción de vehículos automotores, que creció casi 60% i.a.. En este sentido, según datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) se registraron importantes subas en la cantidad de unidades producidas en gran medida destinados a la exportación.

En contraposición, la división Alimentos y bebidas fue aquella en mostrar la performance más débil, dentro de aquellas que crecieron, con un aumento de tan solo 2,0% i.a. Este sector mostró el crecimiento interanual más bajo de los últimos 6 meses. Dentro de éste, la producción de carne vacuna se contrajo un 11,3% i.a. posiblemente explicado por la actual restricción a las exportaciones y a la incertidumbre sobre el sector. Por otro lado, la principal incidencia positiva dentro de esta rama comprende a la elaboración de otros productos alimenticios, que presentó un incremento interanual de 15,9%. En cuanto a productos lácteos, según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) en su último informe y en línea con lo que describen los indicadores, la producción primaria de leche se aprecia un aumento interanual de 3,5%.. A dicha división le siguió Sustancias y productos químicos, que presentó un crecimiento interanual de 9,6% en julio. Se tratan de aumentos más moderados con respecto a otros sectores, dado que son los que menos sufrieron el impacto de la pandemia al considerarse esenciales. Mientras que fue el sector de Muebles y otras industrias manufactureras el que sufrió la mayor contracción de su producción cayendo un 5,0% i.a. durante el pasado julio.

Para lo que resta del año, se espera que la industria continue creciendo, aunque a un ritmo más mesurado. En agosto, el aumento del comercio con Brasil y la evidente recuperación del empleo industrial hacen creer que dicho mes también presentaría resultados positivos no solo respecto al año pasado sino también en la comparación con 2019. En cuanto a lo que resta del año, la producción estará impulsada por los incentivos al consumo de bienes durables al que apuntan las facilidades de financiamiento como Ahora 12, 24 y 30, o bien los créditos blandos que están otorgando las entendidas bancarias, con pocos requisitos, a monotributistas o estudiantes. El objetivo de estas medidas es darle un “veranito” al consumo de durables y la demanda agregada en la previa electoral, lo cual podría ayudar a dinamizar la actividad industrial en los próximos meses. Por otro lado, la mejora del salario real, en el marco de nuevos acuerdos paritario, también iría en este sentido, a lo que se sumará el avance de la campaña de vacunación.

De esta manera, desde Ecolatina estimamos que la producción industrial exhiba un crecimiento algo superior al 15% en el promedio anual de 2021. El sector seguirá en niveles similares a los de la pre-pandemia a fines del año, ubicándose por encima de los niveles de 2019 en el promedio anual.

México | Conversaciones con EEUU

Economía:

La estimación oportuna del PIB por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, indica un crecimiento de 19.6% durante el segundo trimestre, respecto del mismo periodo de 2020. Este crecimiento fue menor a lo esperado ya que se estimaba un crecimiento superior a 20.0% a tasa anual, esto supone que la actividad económica en junio sufrió un retroceso, respecto de lo observado en meses anteriores, principalmente debido a la debilidad del mercado interno.

Aunque la expectativa sobre el plan de infraestructura anunciado por Estados Unidos sigue siendo positiva, podría no ser suficiente para garantizar una sólida recuperación hacia el cierre del año. Es por lo que, en Consultores Internacionales, S.C.® la estimación del crecimiento del PIB al cierre de 2021 se ubica entre 4.6% y 5.6 por ciento.

La inflación al alza es un aspecto que preocupa a los analistas pues, en lo que va del año, se ha ubicado en promedio, en 5.1%, esto ha llevado al Banco de México a subir la tasa de interés objetivo a 4.50%.

Finalmente, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, dio a conocer que en México, hay cerca de 55.7 millones de pobres, 3.8 millones más que en 2018, lo que significa 43.9% de la población.

Política:

Un tema que ha generado debate es la consulta popular sobre acciones legales en contra actores políticos del pasado, por ser innecesaria, por el desperdicio de recursos con un costo de más de 26.5 millones de dólares y una participación menor al 8% del electorado, razón por la cual no se considera vinculante en términos de lo previsto por la Ley.

La reciente conversación entre el presidente mexicano López Obrador y Kamala Harris, vicepresidenta en Estados Unidos, mostró ciertas presiones y tensiones, sin claridad en los acuerdos y discrepancias en los temas energéticos, laborales y de cumplimiento con el T-MEC, todo esto en el marco de la tercera ola de contagios por COVID-19 e incesantes flujos y conflictos migratorios.

Ecuador | Nueva reforma arancelaria

Economía:

El 1 de agosto entró en vigor la reforma arancelaria que llevó adelante el Ejecutivo y que reduce o elimina los aranceles de 667 partidas (328 correspondientes a bienes de capital, 254 a insumos y materias primas y 85 a bienes de consumo). Esa reforma, que implica un sacrificio fiscal de aproximadamente $180 millones por la menor recaudación de impuestos a la importación, busca mejorar la competitividad de distintos sectores, entre ellos el agroindustrial y el manufacturero. Por otro lado, en julio, después de doce meses consecutivos de tasas negativas, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación interanual positiva de 0,4%. La mayor parte de ese resultado se explica por el alza en el precio de la gasolina (23%) y el diésel (52%). Por el contrario, la mayoría de los grupos de productos que componen la canasta del IPC registraron caídas en sus precios. Por su peso en la canasta total destaca lo ocurrido con “alimentos y bebidas no alcohólicas”, cuyos precios se redujeron en 0,8%.

Política:

El alza en el precio de los combustibles fue el principal argumento para las protestas que algunos sindicatos, asociaciones estudiantiles y representantes del movimiento indígena y campesino llevaron a cabo el miércoles 11 de agosto. Los líderes de esa protesta, que tuvo una adhesión muy limitada pero que ocasionó problemas en algunas provincias por las manifestaciones de grupos campesinos, quieren que el Gobierno derogue el decreto por el cual los precios del diésel y la gasolina regular se actualizan cada mes, con una variación máxima de 5%, en función de la evolución del precio internacional del petróleo. Sin embargo, el presidente Guillermo Lasso, que actualmente goza de una alta popularidad gracias al éxito del programa de vacunación, ha dicho que no derogará el decreto, firmado por su antecesor, Lenín Moreno. No obstante, el Gobierno avanza en un programa de focalización del subsidio a los combustibles, para que el aumento en el precio de esos productos no afecte a los sectores más vulnerables, que utilizan transporte público. Para eso, el Gobierno mantendrá reuniones con representantes del sector del transporte.

Financiamiento público: ¿en un sendero de sostenibilidad?

En busca de una nueva normalidad

En 2020, la irrupción de la pandemia alteró los planes de todos los agentes de la economía. El Estado Nacional no quedó exento de este impacto, ya que se vio obligado a asistir a familias, empresas y otras entidades del sector público frente al desplome de sus ingresos. En simultáneo, su propia recaudación también se veía fuertemente deteriorada por la magnitud de la crisis. De esta manera, el déficit de las cuentas públicas se disparó, alcanzando récords negativos de 6,4% del Producto -sin considerar el pago de intereses- y 8,3% -incluyendo las rentas de la deuda-.

Esta situación se dio en paralelo a la reestructuración de la deuda con acreedores privados en moneda extranjera, que recién se alcanzó en el tercer trimestre del año. Al mismo tiempo, la situación con los Organismos Multilaterales tampoco era sencilla: el stand-by con el Fondo se hallaba pausado y los pagos al Club de París demorados. Por este motivo, y a pesar de que los títulos en pesos se refinanciaron en su totalidad (el rollover de estas Letras y Bonos fue de 119%), gran parte del bache fiscal se cubrió con emisión monetaria. Así, la asistencia del Banco Central al Tesoro (utilidades y adelantos) alcanzó los 7,3 puntos del PBI.

Para este año, con la campaña de vacunación iniciada y las actividades económicas operando a un mayor nivel, el Ministerio de Economía planeó retomar paulatinamente cierta ‘normalidad fiscal’. Esto implicaría no solo reducir el desbalance primario, sino también lograr una composición más equilibrada de las fuentes financieras, que dependiera en menor medida de la emisión. Puntualmente, el objetivo era apuntar a un déficit primario de 4,5% del Producto, con una composición del financiamiento de 60% de asistencia del Banco Central y 40% “pedido al mercado”.

La tarea no era sencilla y 3 obstáculos eran particularmente visibles en este camino. Por un lado, la reducción del déficit implicaría recortar transferencias a personas (IFE), empresas (ATP) y Provincias (convenios de emergencia) con una recuperación muy incipiente y elecciones en el horizonte. Por otra parte, el Tesoro comenzó 2021 con vencimientos en pesos por más de ARS 2 billones a vencer este año, y el pequeño mercado de deuda local difícilmente prestaría montos muy superiores a estos para refinanciar los pagos y brindar fondos frescos. Por último, aunque los pagos de Bonos en dólares no representarían un monto relevante, en 2021 comenzarían las devoluciones del préstamo del FMI, y el tiempo de espera del Club de París se agotaría. Con todas estas restricciones a la vista, ¿cuál fue el resultado?

¿Qué paso en el primer semestre?

En todos los planos delimitados (déficit primario, deuda local, deuda externa) se puede encontrar un corte bien marcado, ya que la dinámica fiscal-financiera del primer semestre parecería haberse quebrado en la segunda parte del año. Hasta junio, el rojo fiscal primario fue de medio punto del PBI. Este monto implicó una contracción de 2,8 p.p. respecto a igual lapso del 2020, y se explicó en dos terceras partes por la dinámica de los gastos y en un tercio por la recuperación de los ingresos. En relación al gasto, incidió la desaparición de algunos programas específicos de la pandemia (por caso, el IFE) y la reducción de otros. Por el lado de los ingresos, la mejora de la recaudación tributaria ligada a la recuperación de la actividad, el impulso de las retenciones (beneficiadas por los términos de intercambio) y el aporte solidario de las grandes fortunas también fueron los principales factores explicativos. Así, el desbalance no sólo se ubicó por debajo del de 2020, sino que también fue menor a los valores de 2016-2018.

En simultáneo, en la primera mitad del año, el Tesoro colocó deuda en pesos por 124% de los vencimientos, obteniendo financiamiento adicional al ‘necesario’ para el pago de la deuda, que fue utilizado para fondear gastos primarios y otras aplicaciones. A su vez, solicitó asistencia al Banco Central por ARS 330.000 millones, un 70% menos que el año previo. De este modo, cerró el semestre con una mayor proporción de financiamiento vía deuda que monetario, sobrecumpliendo su propia pauta.

Respecto a la deuda en dólares, en la primera mitad del año no hubo obligaciones de los bonos reestructurados, pero sí se pagaron -sin mayores problemas- algo más de USD 600 millones al FMI y USD 1.200 millones a otros Organismos Internacionales (en términos brutos, ya que se habrían recibido desembolsos por parte de este monto). Más importante aún, se llegó a un acuerdo provisorio con el Club de París que permitió evadir el default con dicho organismo y negociar nuevamente en marzo próximo.

¿Qué se vio en los últimos meses?

Sin embargo, a partir de julio, las cosas comenzaron a ser diferentes. Los segundos semestres se caracterizan por un déficit estacionalmente más alto (en los meses más fríos, esto tiene que ver con una erogación mayor de subsidios energéticos, más aguinaldos de empleados públicos y jubilaciones). A esto se suman algunas medidas vinculadas con la cercanía de las elecciones, que habrían profundizado este proceso (por ejemplo, el bono a jubilados en agosto). En este marco, en julio-agosto el desbalance primario habría sido idéntico al de los seis meses previos, generando una aceleración de las necesidades financieras.

Además, este bimestre era el más pesado en términos de vencimientos de deuda local. Así, el porcentaje de rollover se redujo a apenas más que 100%, provocando que el déficit primario debiera cubrirse enteramente con emisión, algo que no había sucedido entre enero y junio. Por este motivo, la asistencia del Banco Central al Tesoro fue de ARS 380.000 millones, un 46% mayor a la del mismo lapso del año pasado. Como resultado, la composición del financiamiento se invirtió, causando que la proporción hoy sea de un tercio en deuda de mercado y dos tercios en emisión. Peor aún, agosto no alcanzó al 100% de refinanciamiento, a pesar de que el Tesoro desplegó algunas estrategias para aumentar los montos recibidos. Instrumentos más cortos, tasas más altas, canjes anticipados, la posibilidad de utilizar Letras como encajes bancarios y el lanzamiento del programa de Aspirantes a Creadores de Mercado (aunque su principal objetivo no es proveer mayor financiamiento, sino liquidez y estabilidad a las cotizaciones) fueron las principales herramientas a las que acudió Economía para cumplir sus objetivos, pero no alcanzaron para tentar a los inversores.

De cara a las próximas licitaciones, se buscará renovar la confianza del mercado, en pos de lograr, otra vez, colocaciones más grandes y más financiamiento por esta vía. Sin embargo, la aceleración del déficit no cederá (aunque se sobrecumplirá largamente la meta presupuestada) y esto traccionará a la emisión monetaria.

De cualquier manera, de cara al cierre de 2021 y el comienzo de 2022 las mayores preocupaciones estarán en el segmento de deuda en dólares. En julio se pagó el primer cupón de interés de la deuda reestructurada y la primera cuota del acuerdo con el Club de París. Por otra parte, los compromisos con el FMI ascienden a USD 4.500 millones. Aunque estos podrán ser pagados con los Derechos Especiales de Giro (DEG) transferidos por el mismo organismo, este crédito se agotaría antes del pago de enero 2022. A lo largo del año que viene los vencimientos con el FMI ascienden a USD 19.000 millones, a lo que se suman USD 1.700 millones con el Club de París y USD 1.400 millones con acreedores privados, un volumen de dólares que nuestro país no tiene capacidad de generar (ni fiscal ni externamente).

En definitiva, la dinámica de mejora en el resultado primario y contención de la emisión monetaria en la primera mitad del año se habría revertido al comienzo de la segunda. Si bien esperamos que la pauta fiscal de déficit primario se cumpla en 2021, la composición del financiamiento luce más complicada.

Para 2022 estimamos que el gobierno intentará continuar reduciendo del déficit primario (en dos semanas conoceremos la trayectoria fiscal deseada con la presentación del Proyecto de Presupuesto), lo cual sería indicativo de la intención de evitar tensiones excesivas sobre los factores de creación de dinero por el lado fiscal. En cualquier caso, las preocupaciones comienzan a aparecer por los compromisos en moneda extranjera. Respecto a esos pagos, no hay duda: se requiere una extensión de vencimientos. ¿Será la mejoría fiscal un guiño al Fondo de cara a lo que se viene?

Monitor Cambiario Semanal – 3 de septiembre de 2021

El dólar oficial finalizó la semana a $97,87 y avanzó 30 centavos respecto al viernes anterior, mostrando una suba del. orden del 1,1% mensual. De este modo, en los últimos 20 días corre a un ritmo anualizado del 12,6%, +1,1 p.p. respecto del promedio de agosto, mostrando una aceleración en el margen. Si bien todavía camina muy por detrás de los precios (que perforarían el 3% en agosto – pero se mantendrían por encima del 2,5% -), la magnitud del ancla cambiaria pareciera haber encontrado un mínimo en las últimas semanas.

¿Se alcanzó el piso del ancla cambiaria?

En enero, la depreciación del oficial promediaba niveles del 60% anualizado y venía creciendo sostenidamente desde octubre, momento en que se dio un giro en la política cambiaria (al igual que en la fiscal y la monetaria) para contener los dólares alternativos. Las presiones cambiarias que tuvieron lugar hasta fines del 2020 (derivadas en gran medida de un financiamiento monetario del déficit primario récord de 6,4%PBI) impactaron en los precios (en conjunto con la reapertura de actividades, recomposición de la oferta y el alza de los precios de los commodities internacionales).

Así, mientras que el mayor ritmo de depreciación del oficial (combinado con señales de prudencia monetaria-fiscal) lograba calmar a los dólares alternativos, comenzaba a impactar en la inflación. En esta línea, finalizada la corrida cambiaria, con las brechas comprimiendo contra el dólar oficial y con una agroindustria que comenzaba a dar señales de una liquidación muy superior a la esperada que añadiría poder de fuego al Central, se recurrió a la conocida estrategia de anclar el dólar oficial (y las tarifas) para contener a la inflación (al menos transitoriamente).

El mayor freno de mano al dólar oficial tuvo lugar entre febrero y mayo, cuando pasó de niveles anualizados del orden del 45% al 17% respectivamente. Aunque siguió perdiendo velocidad la depreciación nominal del tipo de cambio mayorista, desde entonces lo hizo a un ritmo más lento, y en el promedio del último mes alcanzó la menor variación mensual anualizada: 11,5%.

El ancla cambiaria no impacta inmediatamente en los precios de la economía, sino que lo hace con algunos meses de rezago. En esta línea, los períodos electorales previos donde se atrasó el tipo de cambio para contener la inflación muestran que el grueso del atraso cambiario se da con más de medio año de anticipación a las elecciones generales. Contrariamente, se quita (lentamente) el pie del freno a medida que se acercan los votos, dado que el impacto inmediato sobre los precios y, consecuentemente sobre los salarios reales, es acotado.

Anclar el tipo de cambio no está exento de costos: competitividad y brecha

De la mano de una inflación que tendería a desacelerarse en los próximos meses, el Banco Central pareciera estar empezando a muy gradualmente quitar el pie del freno sobre dólar oficial para que un atraso supuestamente transitorio no afecte la competitividad cambiaria ya que, como tal, el atraso no está exento de costos: desde que comenzó el año el tipo de cambio real multilateral se apreció un 9,6%.

Si bien mantener una divergencia de 2-3 p.p. entre la dinámica de los precios y del tipo de cambio no puede ser una estrategia que se sostenga en el largo plazo, cabe destacar que no se partió de niveles de fuerte apreciación cambiaria como en otros períodos de memoria reciente. Por ejemplo, aun con los casi 10 puntos del atraso del 2021, este indicador todavía es un 23% más competitivo respecto al promedio del 2016 y 2017, de fuerte atraso cambiario real.

A su vez, acelerar el ritmo de depreciación no solo será necesario si se quiere recuperar lo perdido en el año en el tipo de cambio real: también es una de las medidas necesarias para combatir las brechas cambiarias. Al respecto, el CCL y MEP regulados (AL30 segmento PPT) continuaron avanzando en la semana (0,5% y 0,4% respectivamente) para ofrecerse al cierre de la rueda de hoy a $170,7 y $170,6 correspondientemente. Así, la brecha del CCL tradicional avanza 0,3 p.p. en la semana y se ubica en 74,4%, más de 12 puntos porcentuales por encima del promedio de marzo (62%). Las últimas dos grandes restricciones a la operación del contado con liquidación precisamente apuntan a evitar una escalada de su brecha con el oficial como la de septiembre-octubre del año pasado. Mientras tanto, el blue continúa oscilando en la zona de $180-$182, finalizó la semana en $182 y sigue exhibiendo la brecha más alta del mercado: 86%.

Por último, si bien hay stocks para continuar anclando el tipo de cambio, en agosto comenzó a revertirse el flujo. Desde que comenzó el año, liquidación excepcional del agro, cepo y DEGs mediante, el Banco Central recompuso considerablemente su poder de fuego: las Reservas Netas superan los USD 11.300 M y crecen casi un 130% en el acumulado anual (aunque sin los DEGs crecerían solo un 43%).

Sin embargo, la magnitud en la cual el Banco Central acumula divisas viene comprimiéndose en las últimas semanas. Incluso, en las últimas 5 ruedas con las que se cuentan datos oficiales, la autoridad monetaria tuvo que vender USD 351 M (la mayor venta acumulada semanal desde octubre) y, extraoficialmente, entre el miércoles y hoy habría terminado con un saldo neutro.

La principal razón no estuvo por el lado de la oferta (las liquidaciones de la agroindustria fueron similares al promedio mensual del año) sino por el lado de la demanda: ya en junio y julio se cursaron mayores pagos de importaciones por el MULC (alrededor de US$ 1.000 millones más por mes que en el promedio de enero-mayo), y esta tendencia pareciera haber continuado en agosto. Así, el Banco Central habría finalizado agosto prácticamente con un saldo neutro que en perspectiva histórica es una buena performance para un mes en el que mayoritariamente suele perder divisas.

La CGT elegirá autoridades en noviembre y ofrecerá su unidad a la campaña

La oportunidad electoral y la conveniencia política se combinaron para que el consejo directivo de la CGT eligiera el jueves 11 de noviembre, tres días antes de las elecciones legislativas, para designar a sus nuevas autoridades.

Esta es una definición que apunta a estar en el centro de la escena en el momento cumbre del proceso electoral (Alberto Fernández podría cerrar su campaña con las nuevas autoridades de la principal entidad gremial), pero que también busca resguardar el proceso de renovación del resultado electoral (y su impacto). Esto específicamente aplica si el escenario se vuelve favorable al Gobierno y ello provoca que los sectores más poderosos de la coalición (el kirchnerismo) decida avanzar en impulsar a dirigentes gremiales afines, como sucedió en la designación de los dirigentes para integrar las listas de candidatos del oficialismo.

El objetivo de unidad se cerrará entre los gremios que han formado parte de la CGT en los últimos 20 años. Esa aspiración de unidad no alcanza a los gremios que integran la CTA liderada por Hugo Yasky, a pesar del reclamo que Alberto Fernández viene sosteniendo de que se unifique todo el arco sindical. Solo se trataría de la reunificación de la clásica CGT post crisis 2001. Queda claro que la unidad requerirá de un acuerdo de conducción colegiada. No están dadas las condiciones para encumbrar un liderazgo unipersonal, ni tampoco lo están para desarrollar una elección que lo defina. Por ello, la idea que se baraja con más fuerza es la de una conducción de tres Secretarios Generales (Triunvirato).

Sin embargo, no está claro si con tres triunviros será suficiente o si, contrariamente, se requerirá una cuarta silla para contener a todos los espacios. Esto se debe a que el sector que también pretende una silla es el de la CGT Azul y Blanca, vinculado a Luis Barrionuevo, dirigente gremial que apoyó la candidatura de Roberto Lavagna en 2019. Si los “Gordos e Independientes” deciden apoyar a Héctor Daer, si el moyanismo impulsa a Pablo Moyano y si Cristina Kirchner y el kirchnerismo reclaman a Sergio Palazzo, quizá sea necesaria una silla más para el sector de Barrionuevo.

Simultáneamente, hay una alternativa que no debería ser descartada. El kirchnerismo, que impulsó la idea de que Vanesa Siley (Judiciales) pudiera ser la mujer dentro de la conducción colegiada (pero que la CGT descartó elegantemente en un comunicado donde desconocía a Siley como representante del movimiento obrero entre los candidatos del Frente de Todos) podría decidir no avalar la reunificación de la CGT. Esto dejaría al moyanismo y al resto de los dirigentes que estuvieron al frente de la conducción de la central en tiempos de Macri confeccionar su conducción colegiada.

Luego, en este escenario tendríamos un triunvirato con Daer, Moyano y Acuña por el barrionuevismo. Esta opción pareciera cada vez más contundente, sobre todo porque el moyanismo ha venido mostrándose disconforme con el trato que recibe de parte del sector liderado por la vicepresidente, sobre todo al no haber recibido ninguna oferta para integrar lista de candidatos. Este ninguneo ha puesto a Hugo Moyano a la defensiva frente a un Gobierno que siente cada vez más distante.

Costa Rica | Caída del desempleo

Economía:

Los datos del segundo trimestre del 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestran que las tasas de desempleo y ocupación a nivel país se situaron en 18,1% y 48,7%, respectivamente. La variación interanual muestra una disminución de 5,9 p.p. en la tasa de desempleo, lo que indica que se mantiene la tendencia hacia la baja. Aunque los indicadores continúan mejorando paulatinamente, cabe resaltar que todavía no se acercan a los niveles pre-pandemia, en los cuales el desempleo se ubicaba en 12,5% (primer trimestre de 2020). Los valores más altos se registraron durante el segundo trimestre del 2020, donde la tasa de desempleo aumentó a 24,0%, por lo que, a pesar del efecto base, se tiene una mejora en el mercado laboral en comparación con la peor etapa de la pandemia. Por otro lado, la tasa de subempleo también registró su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia al ubicarse en 15,4%, una caída de 5,1 p.p en comparación con el mismo período del año pasado.

Política:

El pasado 19 de julio, la Asamblea Legislativa aprobó en segundo debate la línea de crédito negociada entre el gobierno y el FMI. Tras haber recibido el primer desembolso de $296.3 millones por parte del ente internacional, los siguientes desembolsos dependen del cumplimiento de los objetivos establecidos durante las negociaciones. Uno de estos sería la aprobación de la Ley del Empleo Público, la cual pretende frenar el crecimiento del gasto público. Aprobado en primer debate, la consulta ante la Sala Constitucional del Poder Judicial señaló 35 instancias de inconstitucionalidad, lo cual devuelve el proyecto a la Asamblea Legislativa para ser corregido. A pesar de esto, el proyecto sobrevivió la consulta ante los tribunales ya que los principales problemas se encuentran en temas de gobernabilidad y rendición de cuentas, con lo cual el Gobierno asegura que no se afectan los puntos principales de este. Específicamente, se indicó que el texto original atentaba contra la autonomía de ciertas instituciones públicas al designar al Ministerio de Planificación como ente rector. Una vez arreglado el texto, este debe ser aprobado en primer y segundo debate por el órgano legislativo antes de convertirse en ley.

La recaudación tuvo su mejor agosto desde 2015

En agosto, la recaudación tributaria trepó 64% respecto al mismo mes del año pasado (+8% i.a. en términos reales). Con este dato, se ubicó por encima de la recolección impositiva de la prepandemia, ya que fue 3% mayor a la recaudación de agosto de 2019, descontando el avance de los precios. A su vez, la recaudación fue superior a la de iguales meses de 2016, 2017 y 2018. Con estos datos, los primeros ocho meses del año acumulan una suba promedio de 67% i.a. (+14% i.a. deflactado). Respecto al 2019, este monto permanece estable en términos reales (+0,1%).

Como todo el año, las retenciones a las exportaciones fueron el tributo que más dinamizó la recaudación (+53% i.a. en términos reales), donde la suba de los precios internacionales incidió favorablemente. La recuperación del intercambio comercial y la actividad doméstica, y el avance del tipo de cambio nominal también impulsaron a los derechos a las importaciones (+19% i.a. deflactado). Al mismo tiempo, los tributos ligados al nivel de actividad económica volvieron a mostraron buenos desempeños, debido a la baja base de comparación y el rebote de la economía: la recaudación de IVA-DGI avanzó 10% i.a. real (aunque permanece 11% por debajo de agosto de 2019); los tributos a los combustibles treparon 22% i.a. real (+11% deflactado respecto a agosto de 2019) y el impuesto a los créditos y débitos creció 9% i.a. real (-6% i.a. deflactado respecto a agosto de 2019).

Es destacable también que los aportes y contribuciones a la Seguridad Social crecieron más que la inflación por quinto mes consecutivo (+8% i.a. real), luego de tres años en terreno negativo. Sin embargo, todavía se ubican por debajo de agosto de 2019 en términos reales (-6%), por la caída del salario real y una magra performance del empleo registrado. Por último, el impuesto a las ganancias creció 8% i.a. en términos reales y bienes personales cayó 19% i.a. deflactado.

Esperamos que la recaudación crezca 0,6 p.p. del PBI este año, contribuyendo a una mejora del déficit fiscal. Esta recuperación de los ingresos, un menor paquete de ayuda por Covid y el cobro del aporte extraordinario a las grandes fortunas harán que el desbalance primario pase de 6,4% del Producto a la zona de 3,2%. Una contracción de esta magnitud difícilmente pueda repetirse el año que viene. Por este motivo, la consolidación de la sostenibilidad fiscal no está aún garantizada.

DEGs y Commodities: la combinación perfecta

El agro continúa pisando fuerte

En agosto, la agroindustria liquidó USD 3.050 millones, un monto 75% superior al de agosto del 2020. Aunque el dato es un 13,4% menor al de julio, solo en los primeros ocho meses del año ya se liquidaron más de 23 mil millones de dólares (un promedio de 2.900 millones mensuales), un 74% superior a la liquidación de igual período del 2020.

Según las estadísticas publicadas por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) – entidades que nuclearon aproximadamente 1 de cada 2 dólares exportados por Argentina en el 2020 – la liquidación del último mes fue la más alta para un mes de agosto desde que se tiene registro. Además, es un 18,6% superior al máximo histórico previo para dicho mes (2011). Las entidades destacaron que los resultados del mes se alcanzaron aún a pesar de los “significativos esfuerzos logísticos que causó la histórica baja del río Paraná”, donde no obstante “los precios internacionales de los commodities resultaron un atractivo que le dieron fluidez a las ventas de los productores”.

La liquidación acumulada en estos 8 meses del 2021 casi prácticamente supera a las liquidaciones totales anuales de todos los años anteriores (excepto por 2011 y 2014). Si bien la suba en los precios internacionales claramente juega un rol a favor del 2021 en esta comparación nominal, este será un año récord absoluto en materia de ingreso de divisas por parte del sector agroindustrial.

¿Cómo evolucionó el mercado de cambios en agosto?

Producto de la excepcional liquidación del agro y las crecientes restricciones cambiarias, el Banco Central compró más de USD 7.300 M en el mercado de cambios en lo que va del año. Sin embargo, el ritmo de compras netas aminoró fuertemente en el último mes: mientras que en los dos meses previos el BCRA compraba divisas a un ritmo promedio mensual de USD 721 M, al 26 de agosto (último dato oficial disponible) sólo había acumulado USD 198 M (pese a las fuertes liquidaciones) y, según algunos datos extraoficiales, en los últimos días hábiles del mes la intervención habría arrojado saldo negativo.

El menor ritmo de compra de divisas por parte del Banco Central a medida que nos adentramos en el segundo semestre era y es esperable. Por caso, al analizar el período 2012-2015 (de cepo cambiario como el actual), el Banco Central promedió ventas los terceros trimestres por más de USD 1.000 M. Contrariamente, en los segundos trimestres promedió compras superiores a los USD 3.000 M. De este modo, a medida que finaliza la liquidación de la cosecha gruesa decae la oferta de divisas y se deteriora el saldo de la intervención del Central en el mercado de cambios. En esta línea, 2021 no sería la excepción.

¿A qué se debe este menor ritmo de compras actual? Responde en parte a fenómenos estacionales, aunque se trata principalmente de una mayor demanda de divisas para importaciones: si bien todavía no se conocen los datos de agosto, el promedio de divisas que se fueron por pagos de importaciones de bienes en junio y julio fue un 20% superior al de los dos meses previos. El egreso de divisas por importaciones de servicios también muestra una crecimiento similar en el mismo período.

Aun así, en perspectiva histórica agosto fue un muy buen mes para la autoridad monetaria. A diferencia de 8 de los últimos 10 agostos donde el Banco Central perdió divisas en el mercado de cambios (USD -463 M para el promedio 2012-2015), considerando la información extraoficial mencionada, el Central habría finalizado el mes con un saldo prácticamente neutro lo cual sería la mejor performance desde 2012.

¿La buena performance (en perspectiva histórica) se tradujo en una acumulación de Reservas Netas?

Sí, aunque principalmente mejoraron gracias a la recepción de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) que asignó el FMI a todos los países miembro (más de USD 4.300 M para Argentina). Sin embargo, las Reservas Netas no aumentan en igual cuantía: en el acumulado mensual crecen poco más de USD 3.400 M (datos al 26 de agosto).

¿A qué se debe esta diferencia? En primer lugar, previo a la recepción de los DEGs, el Central ya perdía más de USD 400 M de las Reservas Netas. En segundo lugar, por las intervenciones que realiza la autoridad monetaria para contener a los dólares financieros y por pagos de deuda que, en conjunto, superan los USD 500 M en el acumulado mensual.

Incluso, con relación a las intervenciones en los dólares financieros para contener a las brechas cambiarias, al día de ayer se conoció el Balance Cambiario que publica el BCRA. Según las estadísticas oficiales, el Banco Central habría perdido en julio al menos USD 340 M por la intervención en las brechas financieras, un costo de intervención más de un 250% superior al de junio. El reforzamiento del cepo al CCL de los últimos dos meses es consecuencia del creciente drenaje de divisas que implica contener la brecha del contado con liquidación que, aunque todavía se encuentra muy por detrás de los niveles de octubre del año pasado cuando llegó a superar el 131%, en los últimos seis meses pasó del 63% promedio de marzo abril al 74-75% promedio actual.

¿Qué esperamos de cara a los próximos meses?

Si bien el Banco Central viene recomponiendo poder de fuego en el año y el eje está puesto en contener la brecha cambiaria durante el proceso electoral, Argentina enfrenta un ajustado calendario de vencimientos en dólares en el corto plazo. Solo en septiembre y diciembre hay vencimientos de capital por casi USD 3.800 M con el propio organismo, lo que representa casi un 90% de los fondos frescos recientemente recibidos. A la vez, en marzo del 2022 vencen USD 4.900 M con el FMI, Club de París y otros organismos de crédito. Sin un acuerdo con el FMI antes de marzo 2022, las Reservas Netas entrarían en niveles de mínimos históricos.

Los próximos meses serán desafiantes en materia cambiaria: a medida que disminuya la liquidación del agro y aumente la demanda estacional (y electoral) de dólares de este segundo semestre (sumado a los pagos de deuda en ausencia de una restructuración), el Banco Central probablemente pierda Reservas Netas en los próximos meses y cambie el signo de su posición en el mercado de cambios: comenzaría a vender, aunque ya no solo para contener a los dólares financieros, sino también al oficial.