Monitor Cambiario Semanal- Perspectivas climáticas y falta de avances con el FMI: riesgo reservas

El BCRA subió la tasa de interés

En el día de ayer el Banco Central subió la tasa de interés. Tal como comentamos en nuestro informe, entre otras medidas, llevó la LELIQ del 38% al 40% TNA. La decisión no solo se entiende dada el elevada inflación del último año (finalizaría en torno al 50% anual), sino también para no afectar el ritmo de liquidación de exportaciones (particularmente las ligadas al ingreso de la cosecha fina) ante la aceleración del ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial (pasó del 30% TNA dos semanas atrás al 39% TNA actual). Más importante aún, se entiende desde el plano de las negociaciones con el FMI, dado que el organismo abogó por que el potencial programa contemple rendimientos positivos en términos reales en moneda local. Si bien la suba de tasas presenta riesgos para la hoja de balance del BCRA por su elevado stock de pasivos remunerados, en materia cambiaria entendemos que es una decisión acertada.

En cuanto a la dinámica cambiaria, el dólar oficial mayorista se ofreció al cierre de la primera semana del año a ARS 103,24 (+0,48%). Por su parte, los dólares financieros (MEP y CCL AL30) muestran una variación del 2,53% y 5,74% respectivamente desde que comenzó el año, mientras que el blue sube 0 pesos en el mismo período.

Una FED más hawkish y riesgos climáticos: foco en las reservas

En las últimas semanas los riesgos asociados a la liquidación del agro en la campaña actual se han acentuado. En materia de precios, la FED publicó anteayer las minutas sobre la reunión de diciembre del FOMC. En nuestro informe comentamos el tono más pesimista de la Reserva Federal respecto del repunte inflacionario en dicho país (+6,9% i.a. en EE.UU, la mayor desde 1982) y global, al cual respondería con una suba de tasas en el 2022. La misma presenta un riesgo bajista para los precios de los principales commodities de exportación argentinos.

A su vez, las perspectivas climáticas empeoraron considerablemente en las últimas semanas. El SMN no descarta la ocurrencia de temperaturas máximas extremas, particularmente sobre la zona central del país y norte de Patagonia. Se esperan precipitaciones de normales a inferiores a las normales en casi todo el país. Más allá de las lluvias registradas en los primeros días de este año (irregulares y moderadas), en la actual campaña y a diferencia de la anterior, las reservas de agua disponibles en la napa son más escasas. ¿El motivo? Una fase ENSO Niña por segunda campaña consecutiva, que generaría que zonas consideradas seguras en términos productivos (zonas de alta productividad de la región núcleo) estén mostrando cultivos muy deteriorados. En ocasiones previas donde Argentina atravesó dos ciclos Niña seguidos, los rendimientos de soja y maíz se derrumbaron.

Las lluvias que había anunciado el INTA para la semana que viene han desaparecido, y si bien se esperan eventos aislados de lluvias en varias zonas productivas para la próxima semana, no serían significativas en cuanto a acumulados, estableciendo una situación mayormente deficitaria en cuanto a lluvias, al menos para enero.

Margen de muy corto plazo, pero no hay reservas para no acordar

Las reservas netas (con DEGs) finalizaron el 2021 en USD 3.950 MM, mientras que las líquidas (sin DEGs ni oro) cerraron en terreno negativo: – USD 300 M. A pesar de la liquidación del agro más alta de la historia, el ingreso de más de USD 4,3 MM de DEGs, la balanza comercial superavitaria, la balanza turística anestesiada y el superávit de cuenta corriente, el Banco Central no logró acumular dólares en el 2021: ambos indicadores cayeron a lo largo del año en casi USD 1500 M y USD 600 M respectivamente.

En la semana se esperaba una presentación concreta del estado de situación de las negociaciones con el FMI. Sin embargo, esto no se dio y la exposición del Oficialismo se asimiló más a una enumeración de intenciones sin indicios de avances concretos en las negociaciones con el Fondo que a un resumen de cuentas. Argentina enfrenta abultados vencimientos de deuda en moneda extranjera a lo largo del 2022, con el Fondo como el principal acreedor y, muy por detrás, el Club de París.

Si bien enero hubo pago de cupones de globales, las obligaciones del mes con el FMI podrán prácticamente saldarse con el stock de DEGs todavía remanente en el activo del BCRA, que estimamos que ronda los USD 667 M. Dado que Argentina enfrenta un vencimiento de capital por USD 717 M el 28/1, el mismo casi no afectaría las reservas netas líquidas. En este sentido, podría transitarse el mes sin sobresaltos.

Sin embargo, a partir de febrero cada vencimiento afectará a las reservas líquidas. Enero y febrero no suelen ser dos meses excepcionalmente buenos en materia de ingreso de divisas para el BCRA. A pesar de que las perspectivas climáticas ponen en jaque al necesario ingreso de agrodólares del primer bimestre, el mismo podría transitarse. Pero, a partir de marzo los vencimientos se vuelven el stock de reservas netas actual es insuficiente para afrontar los vencimientos.

 

Bolivia | Hacia una industrialización por sustitución de importaciones

Economía:

El gobierno divulgó en semanas previas el plan de desarrollo para el  quinquenio 2021-25 así como el presupuesto 2022. Estas leyes apuntan a un fuerte énfasis en retomar la industrialización con sustitución de importaciones, una política popular pero infructuosa en Latinoamérica a mediados del siglo pasado, con la construcción de fábricas de medicamentos y productos industriales básicos el siguiente año. Pese al fuerte énfasis en el fortalecimiento estatal, no se visualizan políticas para revertir la declinación del sector hidrocarburos y minería. En lo público, ensalza el rol de la demanda interna promovida por la inversión pública, mientras que, en lo privado, ambos documentos oficiales señalizan que aumentará la fiscalización a las empresas en los ámbitos laboral y ambiental, deteriorando aún más el clima de negocios en el país. En este entorno, la evolución reciente de la actividad apunta a que el crecimiento este año estará en torno a 6%, con una fuerte desaceleración a 3% en 2022.

Política:

El líder cívico potosino y excandidato a la vicepresidencia Marco Pumari fue detenido preventivamente por la fiscalía boliviana, acusado de ser responsable de la quema del tribunal electoral de su departamento durante los conflictos políticos de 2019 que derivaron en la renuncia de Evo Morales. La oposición ve esta detención como una señal de persecución a los líderes cívicos y políticos que estuvieron contra la reelección de Morales por los indicios de fraude electoral encontrados por la Organización de Estados Americanos en 2019. Sin embargo, el partido de Morales retornó al poder a través de Luis Arce en noviembre del año pasado y éste último ha mostrado una posición contraria al rol de la oposición en 2019 apelando a que la justicia procese a los líderes de esos eventos. Además, ha mostrado su peso político en las calles mediante una marcha masiva hacia la sede de gobierno (La Paz) a la cabeza de Morales y Arce a fines de noviembre, pero con acusaciones de alta participación de funcionarios públicos.

La industria se recupera 4,8% en noviembre respecto al mes previo

En noviembre, el Índice de Producción Industrial (IPI) exhibió una suba de 10,1% i.a., representando el mejor número para ese mes desde 2018. De esta forma, acumuló un crecimiento de 16,3% i.a. respecto a los primeros once meses del 2020. Al contrastar con el acumulado de 2019 y 2018, se observa que el sector se ubicó un 6,4% por encima de 2019, pero aún un 1% por debajo de 2018.

Por su parte, registró un incremento de 4,8% en términos desestacionalizados. De esta manera, superó parcialmente el traspié del mes de octubre, donde se había contraído 5,7%. Así, el entramado industrial viene mostrando vaivenes en el desempeño desde principios de año, acumulando solo en una oportunidad dos meses de crecimiento sostenido (en marzo-abril). Pese a esto, se ubicó en noviembre un 8,1% por encima de diciembre de 2020.

Al interior, catorce de las dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentaron subas interanuales en noviembre. Además, se observó que las principales incidencias del crecimiento interanual fueron por parte del sector textil, calzado e indumentaria y del sector de alimentos y bebidas.

En este sentido, el sector Prendas de vestir, cuero y calzado creció 67,1% i.a., adjudicándose 2,3 p.p del crecimiento interanual a nivel general del mes. Al interior, las variaciones más pronunciadas estuvieron en la fabricación de prendas de vestir (+57,7% i.a.) y la fabricación de calzado y sus partes (+105,3% i.a.). El impulso sobre las ventas de prendas de vestir y calzado viene dado por distintos motivos, dentro de los cuales se destacan el incremento de la actividad de los locales comerciales. Además, el incremento de la vida social luego de las restricciones de los meses anteriores favoreció la demanda de calzado e indumentaria de vestir.

Por su parte, luego de la caída interanual de octubre, el desempeño de Alimentos y bebidas (+7,3% i.a.) explicó 2,0 p.p. de la variación interanual de noviembre. Al interior, resaltó el desempeño de producción de galletitas, productos de panadería y pastas (+14,0% i.a.), ayudadas por mayores pedidos de catering causadas por las menores restricciones a los eventos con aglomeración de personas. A su vez, frutas, hortalizas y legumbres (+35,5% i.a.) y otros productos alimenticios (+12,% i.a.) fueron los otros dos sectores con mayor incidencia positiva.

Por otro lado, resaltó el desempeño de Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes (+22,9% i.a.), Maquinaria y equipo (+17,3% i.a.) y Sustancias y productos químicos (+10,2% i.a.). En conjunto, explicaron 3,5 p.p. de la variación interanual de noviembre.

A contramano, las divisiones Otros equipos, aparatos e instrumentos (-4,4% i.a.) y Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras (-1,1% i.a.) fueron las que exhibieron un decremento con relación a igual mes del año pasado.

De esta manera, proyectamos que el entramado industrial crecería en torno al 15% i.a. en el promedio anual de 2021, recuperando todo el terreno cedido en 2020 y 2019. Al contrastar con 2018, el sector se mantendría en niveles similares a los del año que cerró.

Para los próximos meses, estimamos que la industria siga exhibiendo una evolución con vaivenes. En este sentido, podemos visualizar dos riesgos de cara al futuro inmediato. Por un lado, si bien un ritmo de contagios elevado no derivaría nuevamente en restricciones fuertes a la producción y circulación, podrían tener un impacto negativo sobre la producción industrial en el corto plazo. La alta circulación del virus implica una importante ausencia de personal de manera presencial en la medida que los empleados contagiados se deban aislar, afectando al normal funcionamiento de las plantas. Por otro lado, hay que seguir de cerca la evolución del mercado cambiario: una aceleración de la depreciación del tipo de cambio oficial o mayores restricciones de acceso al dólar también podrían encarecer el costo de insumos y/o traer complicaciones para el abastecimiento de insumos necesarios para producir. A su vez, la demanda interna podría verse afectada, en un escenario en el cual la inflación se acelere y los ingresos queden nuevamente rezagados

Tras prácticamente 21 meses, el Banco Central eleva la tasa de interés

Previo al comienzo de la pandemia, desde marzo 2020 el Banco Central fijó la tasa de interés de referencia en un 38% TNA (45,4% TEA) y, excepto por un impasse de octubre y noviembre de dicho año en el cual la tasa bajó ligeramente, la misma se mantuvo prácticamente inalterada desde entonces. Mientras tanto, la tasa real fue a donde la llevó el viento: la inflación interanual en el mismo período viró del 50% pre-pandemia, al mínimo del 36% en plena vigencia de las restricciones hacia el 52% de algunos meses atrás y finalizaría el año en torno a un 50%.

Aunque tardíamente en relación con el resto de los Bancos Centrales de la región, el BCRA decidió elevar la tasa de interés de referencia (LELIQ) del 38% al 40% TNA. Esta suba está línea con nuestro Escenario Más Probable enviado algunos días atrás en nuestro Tablero de Proyecciones Mensuales. La suba de tasas es una herramienta necesaria para contratacar el proceso inflacionario y, si bien su impacto puede ser adverso en el corto plazo, en materia de precios es beneficial en el mediano plazo.

En el mismo sentido, la autoridad decidió elevar los límites inferiores a las tasas de plazo fijo (al 39% TNA para personas físicas y 37% TNA la tasa mínima garantizada para el resto). Transitar hacia un sendero de sostenidas tasas reales positivas que vuelvan más atractiva la demanda de pesos es necesario para contrarrestar el proceso inflacionario. Sin embargo, dadas las perspectivas de inflación actuales (que rondan el 50% para el 2022), todavía resta camino por recorrer.

Sin embargo, aunque paradójicamente, la suba de tasas presenta riesgos dado el elevado peso de los pasivos remunerados sobre la hoja de balance del BCRA (ARS 4,5 billones – 134% de la Base Monetaria). En esta línea, la autoridad decidió también crear un nuevo instrumento de liquidez: una LELIQ a 180 días del 44% TNA que se licitará mensualmente. A este instrumento se sumaría una progresiva eliminación de los pases pasivos a 7 días. Si bien estas bienvenidas medidas podrían descomprimir el potencial riesgo de liquidez intrínseco de las LELIQs por su baja maturity, no solucionan el origen del problema: la dinámica endógena que cobraron los pasivos remunerados, donde el déficit cuasifiscal del Central explicaría $2 de cada $5 del déficit financiero amplio del país (Nación + Provincias + BCRA), cuyo origen responde a la necesidad de financiamiento monetario del Tesoro pero que no obstante ya comienzan a cobrar una dinámica propia.

La suba de tasas es una condición necesaria para comenzar un proceso de desinflación sostenible. Sin embargo, de realizarse de forma aislada y sin una consolidación fiscal mediante que alivie dinámica de los pasivos remunerados (la cual se verá afectada por la suba de tasas y presionará sobre el resultado cuasifiscal), no revitalizará la demanda de dinero y añadirá presiones a la desagradable aritmética monetaria de los pasivos remunerados.

¿No solo tapering?

Ayer se conoció la minuta de la reunión del Federal Open Market Committee (FOMC) de la Reserva Federal llevada a cabo el 14 y 15 de diciembre del 2021, donde se mantuvo un tono más hawkish respecto a la política monetaria de la FED. Los miembros del comité consideran con mayor énfasis la necesidad de aumentar las tasas de interés más tempranamente y a un ritmo más rápido del que se esperaba en las reuniones anteriores.

Ante la inminencia del alza en los tipos de interés, los Treasuries respondieron a la suba (+4,7% desde el martes, llevando la tasa de 1,65% al 1,73% actual). En consecuencia, los mercados se vieron perjudicados, siendo las acciones tecnológicas (cuyo valor presente neto más se vería afectado por una suba de tasas) las más afectadas: el Nasdaq retrocede un -3,12% en el día de hoy y el Dow Jones en un -1,07%.

¿QT en el 2022?

Esta decisión iría acompañada con una más veloz reducción de la hoja de balance de la FED, con la mediana de los participantes indicando que la compra de activos debería finalizar en marzo. Incluso, algunos de los participantes ya sugieren que debería interrumpirse el roll-over de vencimientos y comenzar a reducir gradualmente la hoja de balance, proceso conocido como Quantitative Tightening (por oposición al QE). De suceder, esto marcaría una diferencia sustancial con lo ocurrido a la salida de la crisis del 2008, donde el QT recién tuvo lugar entre 2017 y 2019, una década después.

La necesidad de la FED de acelerar el ritmo del tapering y adelantar la suba de tasas responde a la aceleración inflacionaria que desafió la postura del organismo (argumentaba que la misma respondía a fenómenos transitorios). Pero, la misma mes a mes sorprendió al alza las proyecciones del Banco Central norteamericano y la inflación acumulada a noviembre es la más alta desde 1981 y la octava más alta de la historia moderna.

¿Una nueva oportunidad perdida y riesgos a la baja en los precios de los commodities?

En las últimas reuniones, una visión más pesimista de la misma acepta su carácter no tan transitorio, aunque continúan argumentando que la aceleración inflacionaria responde a desajustes entre la oferta y la demanda debidos a la pandemia. Considerando la fuerte divergencia respecto del objetivo de inflación de largo plazo del 2% que tiene la FED, el ciclo de políticas monetarias ultraexpansivas e hiperliquidez global lenta y gradualmente se irá desvaneciendo. ¿Una nueva oportunidad perdida para la Argentina?

¿Qué consecuencias traerían estas dinámicas monetarias internacionales a la Argentina? Generalmente, una suba de tasas fortalece a la divisa norteamericana frente al resto de las monedas del mundo y suele afectar negativamente al precio de los commodities. En este sentido, el carácter más hawkish que (gradualmente) está tomando la FED presenta un riesgo a la baja para los precios de nuestros principales productos de exportación y, con ello, el ingreso de agrodólares de cara a la campaña 2021-22, a los cuales se suman los riesgos climáticos actuales. Monitorear ambos fenómenos será crucial para pensar qué tan limitado será el margen de maniobra del Banco Central en el mercado cambiario los próximos meses considerando que comienza el año con reservas netas menores a los USD 4 MM y con reservas netas líquidas (sin DEGs ni oro) en terreno negativo.

México | La inflación de noviembre fue de 7.37% anual

Económico:

Al cierre de noviembre y sin cambios fue aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) por un ejercicio de 354.4 billones de dólares estimados para el año 2022 que representa un incremento en términos reales de 8.6% respecto a los egresos avalados el año pasado. Los principales ejes del PEF son las transferencias monetarias al consumo, el incremento presupuestal a los programas de asistencia social y mayor gasto para la ejecución de los proyectos bandera en infraestructura: Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (Santa Lucía), Refinería Dos Bocas, Tren Maya y Corredor Interoceánico. Tras el anuncio del Comité Federal de Mercado Abierto sobre el tapering de Estados Unidos, el peso tuvo su peor jornada desde marzo del 2020 generando mayor volatilidad cambiaria.

Otros de los factores que contribuyeron a la depreciación cambiaria fueron la confirmación de la llegada de la variante “Ómicron” a México (con efectos en los índices bursátiles de las bolsas de valores BMV y BIVA en México) y la postulación y ratificación de la gobernadora del Banco de México. La inflación de noviembre fue de 7.37% anual, superior al registrado en el mes pasado de 6.24%, nivel que rebasa el objetivo definido por el Banco de México del ±3% anual de inflación. Se espera que en la próxima decisión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banco se mantenga sin cambios la tasa de interés objetivo que actualmente está en 5.0%.

Política:

El reciente nombramiento a la gubernatura del Banco de México, que entrará en vigor a partir del primero de enero de 2022, ha generado especulación e incertidumbre por el respeto a la autonomía del banco central debido a que su  nominación, enviada por el Ejecutivo a ratificación del Congreso, incumple en formas y fondos por estar fuera de tiempo y de los requisitos que la Ley y la normativa del Banco establecen. No obstante, se mantiene la credibilidad en la objetividad de los cuatro miembros adicionales que conforman la Junta de Gobierno.

La Secretaría de Salud anunció a inicios de diciembre la llegada de la variante “Ómicron” que puso en alerta a las autoridades sanitarias sobre los riesgos de la variante y las medidas preventivas. Aunado a esto se anunció la aplicación de la tercera dosis de vacunación como refuerzo a la población mayor de 60 años; sin embargo, es de considerar el retraso en las campañas de vacunación para la población en general.

Casi todos los principales acuerdos vienen corriendo arriba de la inflación

Los acuerdos salariales del 2021 cierran el año en buena forma, a pesar de la aceleración inflacionaria que se evidenció a lo largo de todo el año. La idea de todos los acuerdos era llegar en buena forma para el mes de noviembre, la fecha electoral, pero aún así están cerrando diciembre con sus acuerdos corriendo por encima de la inflación.

Claro está que cada acuerdo tiene su timming y su situación particular. Un caso interesante es el de Comercio que ha venido corriendo en desventaja contra la inflación y que espera su revisión en enero. El 9% recibido en noviembre les permitió reponerse, pero en enero estarán nuevamente corriendo por debajo de la inflación.

Bancarios, que inicia su paritaria el primer mes del año, está cerrando el 2021 casi en línea con la inflación. Si el aumento de precios de diciembre se acerca al 4%, posiblemente termine ligeramente por debajo de la inflación acumulada, pero contabilizando el bono por el día del bancario la cuenta le dará positiva.

Gastronómicos es el gremio más golpeado precisamente porque la actividad fue de las más golpeada por la pandemia. Todavía vienen corriendo por debajo de la inflación, ya que hubo una recomposición salarial del 2020, pero todavía poco para la paritaria de este año. Tendrán varias cuotas de aumento en el primer semestre del 2022.

Dos rubros que tuvieron continuidad en sus actividades durante la pandemia (Sanidad y Alimentación), y que están conducidos por los hermanos Daer, vienen mostrando una recuperación muy profunda del poder adquisitivo. Habrá que ver cómo terminan hacia el final del acuerdo, pero van camino a estar por encima de la inflación.

Por su parte, Camioneros, que tiene su acuerdo paritario a mitad de año, tuvo la oportunidad de iniciar negociaciones con la pauta oficial del 30% ya superada. Eso permitió negociar un acuerdo más acorde a la inflación prevista para el año. Igualmente, tendrá su revisión en febrero por si la inflación de diciembre-enero está por encima de lo previsto.

Bonos CER y eventos cambiarios

A priori, todo parecería indicar que el Banco Central intentará llevar adelante una aceleración gradual del crawling peg. Tal como comentamos en nuestro último Webinar, en ausencia de un salto discreto del dólar oficial, producto del elevado pass-through que caracteriza a la economía argentina, a posteriori los bonos CER cubrirán completamente el avance del tipo de cambio. Incluso, en presencia de una devaluación abrupta, aunque en un plazo corto la cobertura cambiaria podría ser efectiva, los Boncers han recuperado el 100% del evento cambiario en menos de 8 meses en experiencias de eventos previos de traslado de devaluación sobre los precios. En este sentido, mantenemos nuestra fuerte preferencia por los títulos indexados a la inflación.

El tramo largo de la curva CER mostró un notable avance en la última semana (+4,3% en promedio, con el DIP0 liderando las alzas del panel de renta fija). La compresión de TIRs que han experimentado (el TX26 y TX28 rinden un 4,6% y 4,5% respectivamente, mientras que un mes atrás rendían un 6%) disminuyen parcialmente el atractivo de abrir posición en estos bonos. Incluso, los mismos podrían verse afectados por una toma de ganancias y acortamiento de duration. Dado su mayor plazo y, consecuentemente, volatilidad, una rotación hacia el tramo medio-corto de la curva podría resultar adecuado.

Por su parte, el tramo más corto de la curva ha vuelto a ofrecer rendimientos reales positivos. El mercado rotó desde la cobertura de muy corto plazo (Q1_22) hacia un mayor plazo (Q2_22 y Q3_22), dejando al tramo más corto de la curva CER invertido. De este modo, el mercado espera que la aceleración del crawling peg (que todavía no se materializó significativamente) impacte de lleno en los precios del segundo semestre (hechos a los que se suman la actualización de tarifas y la inercia inflacionaria).

* El presente artículo es un extracto del Informe Financiero Semanal, exclusivo para suscriptores del Módulo Financiero de Ecolatina.

Brasil | hacia un endurecimiento monetario

Economía:

 

O enredo da economia brasileira ao longo de 2021 pode ser resumido em um período de recuperação importante dos momentos mais agudos da pandemia, em parte impulsionada pelos programas de  transferência de renda. As evidências mais recentes sugerem que a recuperação cíclica já se esgotou. Na verdade, os dois últimos resultados da atividade apresentaram queda na margem. A despeito dessa perda de tração nos dados mais recentes, o quadro inflacionário surpreendeu negativamente ao longo do tempo. Não por um acaso, há um viés para maior aperto monetário ao longo de 2022 tendo em vista a persistência de uma inflação elevada, alimentada pelas incertezas de natureza fiscal. A taxa de câmbio segue em processo de desvalorização, indicando os desafios para a desinflação necessária para retomar as bases macroeconômicas de uma agenda de crescimento. O próximo ano chega com um viés negativo para o crescimento econômico diante de um equilíbrio macroeconômico voltado para o  controle inflacionário e de um peso crescente das incertezas eleitorais.

Política:

Os sinais de expansionismo fiscal já estavam presentes no cenário diante do
enfraquecimento político do presidente Bolsonaro. Esse movimento aumentou o senso de urgência por benefícios concretos aos diferentes grupos econômicos e sociais. A agenda econômica negativa ameaça a campanha de reeleição do presidente. Assim, o desafio era encontrar espaço orçamentário para acomodar os interesses eleitorais. O resultado efetivo desse equilíbrio político apareceu na mudança das regras fiscais, o que reforçou a tendência de depreciação dos ativos brasileiros. A política monetária já respondeu ao quadro de risco político, promovendo um aperto que, no limite, contribui para a baixa perspectiva de crescimento da economia brasileira em 2022. Esse cenário alimenta o movimento de favoritismo eleitoral do ex-presidente Lula. Assim, o governo deve intensificar o esforço de transferência de renda e ainda reforçar o tensionamento institucional, alimentando forte volatilidade futurados ativos brasileiros.

El IPC GBA Ecolatina creció 3,7% en diciembre

Según el IPC GBA Ecolatina, la inflación alcanzó 3,7% en diciembre, acelerándose 0,5 p.p. respecto al mes anterior y exhibiendo la variación más alta desde abril de 2021. De esta manera, acumuló 49,5% en los doces meses del 2021, acelerándose casi 15 p.p. respecto al 2020.

Al interior, el capítulo de Alimentos y bebidas creció 4,5% en el mes, alcanzando una variación interanual de 54,2% y ubicándose 5 p.p. por encima de la inflación general. Este desempeño se explicó principalmente por la evolución de Carnes (que creció cercano al 9% mensual), particularmente algunos cortes de carne vacuna, con una aceleración concentrada en la primera quincena del mes. Dentro de dicho sector también incidió la variación de Pescados y Mariscos (+5,5%).

Por su parte, pese que el congelamiento a los bienes de Consumo Masivo continuó rigiendo en su totalidad a lo largo de todo el mes de diciembre, este grupo de bienes creció 3,3% en el mes, acelerándose fuertemente respecto a la leve suba de noviembre (+0,8%). Es decir, el efecto del congelamiento habría sido de utilidad para contener los precios en el cortísimo plazo (noviembre), pero el impacto ya no habría sido tan fuerte en el último mes del año. Al interior, resaltaron las subas de panificados (+3,7%), bebidas no alcohólicas (+3,9%), entre otros.

En lo que respecta a las categorías, el IPC Estacionales varió en el mes 3,8% explicado por las subas relacionadas al Turismo (+8,4%) y la suba de Frutas (+3,7%). Por su parte, el IPC Núcleo creció 4,2% en diciembre, exhibiendo una variación de 54,0% interanual. Por último, el IPC Regulados creció tan solo 1,7% en el mes, mostrando subas en Cigarrillos y Transporte Público de Pasajeros (donde impactó el incremento de taxis), con una variación de 49,6% en la comparación interanual.

En 2021 la inflación volvió a ubicarse en torno al 50%, retornando a la zona de 2019 (+53,8% i.a.). Sin embargo, a lo largo del año que terminó, los principales precios relativos como el tipo de cambio oficial (+27% i.a.) y los precios de servicios públicos (+18% i.a. según el IPC GBA Ecolatina) evolucionaron muy por debajo de la inflación. Ante este panorama, es de esperarse que haya correcciones en estos dos frentes este nuevo año, dejando un piso alto para la inflación de 2022, que se ubicaría nuevamente en la zona del 50%.