Monitor Cambiario – Una carrera nominal sin escalas

En la semana el BCRA cortó la sangría de divisas en el MULC vía mayores restricciones. Sin embargo, las Reservas Netas continuaron con su tendencia decreciente. La inflación trepó al 8,4% mensual en abril y llevó a la tasa real ex post a terreno negativo por tercer mes consecutivo: ¿se vendrá una nueva suba de tasas? El Tesoro volvió a solicitarle asistencia monetaria directa al BCRA y -de acuerdo con las metas actuales- habría superado el límite acordado con el FMI para la primera mitad del año. Por su parte, el crawling peg continuó moderándose, y la brecha cambiaria se habría contenido producto de las intervenciones del Gobierno en el mercado.

1) Sangría contenida vía mayores restricciones

El BCRA cortó la sangría de divisas en el MULC y en la última semana sumó compras netas por USD 125 M. Dicha dinámica tuvo lugar frente a las liquidaciones del “dólar soja/agro” similares a las de la semana pasada y una demanda neta de privados que mostró cierto retroceso. Este último factor se evidenció especialmente el viernes, dada la adaptación a las nuevas regulaciones que restringen aún más el acceso al MULC.

De esta manera, el rojo en lo que va de mayo se achicó a USD 153 M, aunque en lo que va de 2023 el BCRA pierde más de USD 3.100 M por sus intervenciones en el mercado cambiario. Si bien el freno en el drenaje de divisas constituye una buena noticia en el margen, no hay que pasar por alto que se logró poniendo más trabas sobre la demanda de divisas, aún en un mes en el que suelen acumularse dólares producto de la cosecha gruesa.

Pese a las compras netas de la semana, las reservas internacionales continuaron con su tendencia decreciente. Puntualmente, las Reservas Netas (RIN), tanto bajo nuestra metodología (a precios corrientes excluyendo DEG) como tomando la metodología del acuerdo con el FMI (valuadas a precios constantes e incluyendo parte de los DEG) se encontrarían en terreno negativo por más de USD 1.300 M.

2) “Dólar soja/agro” no mejora su dinámica y vuelven ajustes en cosecha proyectada

El “dólar soja/agro” liquidó en la última semana USD 445 M (USD 89 M diarios). De esta manera, acumula USD 2.484 M desde su implementación (12/4, es decir, 21 ruedas), aún por debajo de lo aportado en su segunda (USD 3.154 M) y tercera versión (USD 7.664 M).

¿A qué se debe el flojo desempeño en la tercera edición de este mecanismo? La explicación se encuentra en un conjunto de factores, tanto logísticos (paro en puertos, demora en la cosecha y siembra) como de incentivos (rumores políticos, incremento de la brecha cambiaria, caída en el precio internacional de la soja y las expectativas de devaluación). Por tal motivo, y mientras se han ido incluyendo nuevas economías regionales al programa, no descartamos que el sector vuelva a reunirse con las autoridades para acordar modificaciones en el mecanismo que fomenten una mayor liquidación.

Por su parte, frente a un escenario climático alarmante, las proyecciones de cosecha siguen sin tocar piso. Si bien la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) sostuvo sus estimaciones de soja y maíz, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) volvió a recortar la producción de soja esperada en 1,5 toneladas (de 23 a 21,5 toneladas). Consecuentemente, la producción de soja caería prácticamente a la mitad en la campaña 22/23, siendo la peor desde la campaña 1999/00. De esta forma, la cosecha valorizada a precios promedio de exportación (FOB) para los principales cultivos se hundiría en más de USD 22.000 M respecto al ciclo pasado.

El derrumbe en la producción agrícola genera múltiples impactos que seguirán tensionando el “plan Massa”: no sólo se evidenciarán repercusiones negativas en el frente cambiario (menor oferta de USD) y el fiscal (menor recaudación), sino que también comenzaremos a ver más acentuados sus efectos sobre la actividad económica y su contribución adicional a complejizar el escenario inflacionario.

3) Nueva aceleración inflacionaria, ¿cómo está la tasa real?

La inflación en abril trepó 8,4% respecto a febrero, la variación mensual más elevada desde abril de 2002. Si bien se esperaba una persistencia inflacionaria debido a los elevados niveles de inercia y algún impacto ligado a la volatilidad de los USD alternativos en la última semana del mes, su magnitud no deja de preocupar, más aun considerando que la inflación núcleo mostró un guarismo similar al nivel general. Hacia adelante, es probable que el número de mayo también se ubique en niveles elevados, no sólo por la mencionada suba de la brecha, sino también por el impacto que tendrá el aumento en las tarifas anunciado por las autoridades.

Como resultado de esta dinámica, la tasa de interés real ex post fue negativa por tercer mes consecutivo en abril (-0,7 p.p.), tanto al compararla contra el nivel general como con la inflación núcleo. Si bien tomando el último REM la tasa real ex ante fue positiva a fines de abril (aunque seguramente ajusten al alza), no descartamos que el BCRA aplique una nueva suba de tasas.

Sin embargo, la última decisión del directorio evidenció que las subas de tasas están más ligadas a la dinámica cambiaria que a la inflacionaria: las autoridades pretenden limitar las tensiones sobre la brecha cambiaria vía un fomento al carry trade.

Si bien estimamos que apuntar a una tasa real positiva se encuentra en la dirección correcta (pese a sus impactos negativos asociados al balance del BCRA y, en menor medida, a la actividad), dado que ayudaría a mantener atractivos los instrumentos en pesos, también sostenemos que su impacto será transitorio (tanto en materia cambiaria como inflacionaria) si no se complementa con otras medidas de política económica que colaboren en disminuir la incertidumbre. Con estos niveles de volatilidad política y económica no hay tasa que sea suficiente para compensar completamente los riesgos asociados a la naturaleza que adquirió el proceso inflacionario y la incertidumbre que despierta la transición electoral.

4) Doble giro de Adelantos Transitorios (AT)

El Tesoro volvió a solicitarte asistencia monetaria directa al BCRA y habría superado el límite acordado con el FMI para la primera mitad del año. El jueves 4/5 y el martes 9/5 5 el BCRA le giró al Tesoro $140.000 M y $150.000 M respectivamente en concepto de Adelantos Transitorios. Con estos últimos giros, acumulan una asistencia directa en torno a los $372.800 M en lo que va del 2023, superando así el límite de $500.400 M establecido para el 2T.

Sin embargo, no se deben pasar por alto 2 factores: 1) si el Tesoro adquiere un excedente de financiamiento neto en las licitaciones puede cancelar AT y ubicarse nuevamente dentro del rango permitido para fines del 2T sin incumplir la meta; y 2) no descartamos que con la reformulación del programa se modifique la meta de asistencia monetaria, lo que también podría evitar un incumplimiento.

Dado que los depósitos del Gobierno en el BCRA se ubican en niveles muy bajos, estimamos que en las próximas licitaciones las autoridades no sólo deberán cubrir los vencimientos a afrontar (por más de $1 billón), sino que también deberán acumular un considerable financiamiento neto para hacer frente a las necesidades fiscales sin recurrir nuevamente a los Adelantos Transitorios.

En este marco, más allá de ofrecer un menú atractivo de instrumentos en las próximas licitaciones, también será fundamental para captar financiamiento la continua intervención del del BCRA en el mercado secundario. Este mecanismo no sólo volvió a evidenciarse en los últimos meses, sino que durante abril fue una de las principales fuentes de expansión monetaria.

5) Continúa moderándose el crawling peg

El crawling peg desaceleró su evolución por segunda semana consecutiva. Luego de mostrar en los últimos días de abril una TEM diaria promedio (5 ruedas) del 8,2%, el tipo de cambio oficial redujo su velocidad al 7,2% en la primera semana de mayo y mostró un marcado recorte en las últimas ruedas promediando una TEM del 6%.

En tal sentido, continuamos sosteniendo que la complejidad que impone el “Frente de los Dólares” y la necesidad de evitar una mayor apreciación cambiaria le dejan escasos márgenes de maniobra al Gobierno para aplicar este año la tradicional receta electoral de atrasar el tipo de cambio. No obstante, como venimos señalando, no prevemos que se busque desandar el atraso, sino administrarlo, lo cual seguirá generando un exceso de demanda de divisas que, junto al shock en la oferta de divisas que genera la sequía seguirán forzando al Gobierno a buscar formas de compensarlo.

6) La brecha cambiaria se mantiene estable

En la última semana los dólares alternativos se mantuvieron relativamente estables, y la brecha mostró un leve retroceso. En números, el CCL ($441) y el MEP ($434) terminaron el viernes en niveles similares al cierre de la semana previa, donde seguramente jugaron un rol clave las intervenciones del Gobierno en el mercado de bonos en USD. De este modo, dada la suba semanal del TC oficial (+1,4%) las brechas con los USD financieros se redujeron entre 1,9 p.p. (89% para el MEP) y 2,6 p.p. (92% para el CCL). Por su parte, el dólar blue ($474) avanzó relativamente en línea con la cotización oficial y mantuvo su brecha en 107%, similar al cierre de la semana previa. De esta manera, la brecha (promedio entre las 3 cotizaciones) contra el tipo de cambio oficial fue del 96%.

Recordemos que mantener contenida a la brecha cambiaria es parte esencial del “plan Massa” y un desafío transversal al “Frente de los Dólares”, el “frente de los Pesos” y el “frente de los Precios”: actualmente, un salto en los dólares paralelos se filtra con mayor facilidad la inflación (ya vimos algún impacto en los números de abril y probablemente también impacte en mayo) y aumenta las expectativas de devaluación, reduciendo aún más la oferta neta de divisas.

Monitor Cambiario – Reservas Netas negativas, ¿quedan conejos en la galera?

El “dólar soja/agro” no levanta y al BCRA le cuesta frenar la sangría de divisas en el MULC. En consecuencia, las Reservas Netas (sin DEG) ya son negativas por cerca de USD 1.100 M, nivel no visto desde finales de agosto 2022, cuando el equipo económico se vio forzado a implementar el “dólar soja 1.0”. En respuesta, el Gobierno continúa en gestionar el “día a día”, mientras negocia tanto con el FMI como con sus principales socios comerciales (Brasil y China) para procurar mitigar el impacto de la sequía y el exceso de demanda de divisas que induce el atraso cambiario sobre las reservas. Por su parte, el crawling peg se modera en el margen, y la brecha cambiaria se habría contenido producto de las nuevas regulaciones de la CNV y las intervenciones del Gobierno en el mercado.

1) El tímido aporte de un “dólar soja/agro” que no levanta

El “dólar soja/agro” liquidó en la última semana apenas USD 418 M (USD 104 M diarios). De esta manera, acumula USD 2.039 M desde su implementación (12/4), menos de un tercio de lo aportado por el “dólar soja 1.0” en sus primeras 16 ruedas (USD 6.561 M), e incluso por debajo del “dólar soja 2.0” (USD 2.221 M).

¿A qué se debe el flojo desempeño en la tercera edición de este mecanismo? La explicación se encuentra en un conjunto de factores, tanto logísticos (paro reciente en los puertos y demora en la cosecha) como de incentivos (rumores políticos, incremento de la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación).

Asociado a esto último, no sólo el precio pagado por la exportación a los productores sería insuficiente para incentivarlos a vender (el precio internacional de la soja cayó en abril de casi USD 560/Ton a USD 530/Ton), sino que también el premio por un TC diferencial más elevado que la cotización oficial se fue achicando con la aceleración del crawling peg en las últimas ruedas: pasaría del 40% promedio en abril a apenas el 30% promedio en mayo, según nuestras proyecciones. Por tal motivo, y mientras se han ido incluyendo nuevas economías regionales al programa, no descartamos que el sector vuelva a reunirse con las autoridades para acordar modificaciones en el mecanismo que fomenten una mayor liquidación.

2) El BCRA arrancó mayo con el pie izquierdo y las Reservas Netas ya tocan mínimos

En la última semana, el BCRA vendió USD 274 M en el MULC, producto de una oferta acotada pese a los incentivos otorgados y una demanda que se muestra persistente a pesar de las restricciones vigentes. De esta manera, en lo que va del año el BCRA habría perdido ya USD 3.243 M por sus intervenciones en el mercado cambiario. A esto se le sumó en la semana un pago al FMI (intereses) por algo menos de USD 800 M.

Como resultado, las Reservas Netas bajo nuestra metodología (excluyendo DEG), se encuentran en terreno negativo por cerca de USD 1.100 M, mostrando así los niveles más bajos desde finales de agosto de 2022. Del mismo modo, las RIN bajo la metodología del programa acordado con el FMI (EFF) también serían negativas (por algo más de USD 1.100 M), según nuestras estimaciones.

Consecuentemente, en las últimas semanas trascendió que el Gobierno estaría no sólo renegociando el programa con el FMI (bajo el argumento del impacto de la sequía), sino que las autoridades también pretenden acordar un adelanto en los desembolsos del organismo, negociación que estaría encaminada. ¿Qué exigirá el FMI a cambio? ¿Mayor ajuste fiscal y monetario? ¿se adelantarán también los pagos?

Paralelamente, el equipo económico de Massa se encuentra la búsqueda de distintas fuentes de financiamiento (OFIs e inversiones en USD destinadas a sectores estratégicos) junto con mecanismos que ayuden a prescindir de los dólares en el comercio exterior (activación del swap con China, negociaciones con Brasil) para minimizar la pérdida de divisas con vistas a unos meses en los cuales se prevé que la política y la compleja situación económica intensificarán las típicas presiones cambiarias electorales (dolarización de cartera). Sin embargo, ya no quedan muchos conejos en la galera.

3) Brecha cambiaria contenida vía intervenciones en el mercado

La brecha cambiaria parecería haberse estabilizado en la última semana, producto de las nuevas regulaciones impuestas por la CNV y las intervenciones del Gobierno en el mercado de bonos públicos. Sin embargo, la dinámica de las cotizaciones alternativas es bastante heterogénea, dado que mientras los dólares financieros se mantienen relativamente “a raya” -con herramientas para intervenir con mayor eficacia- la brecha con el dólar blue aún se ubica por encima del 100%, siendo este un mercado menos profundo al que, además, se le recortó la oferta proveniente de las ventas de turistas extranjeros.

El gap cambiario con los dólares financieros cerró la semana entre un 95% y un 91% ($441 y $433 para el CCL y el MEP, respectivamente), mientras que el dólar blue cerró el viernes en $469, con una brecha del 107% (por debajo del 111% de la semana previa). De esta manera, la brecha (promedio entre las 3 cotizaciones) contra el tipo de cambio oficial fue del 98%, por encima de su nivel previo a la corrida, aunque relativamente en línea con el promedio desde el desembarco de Massa en Economía.

Paralelamente a las intervenciones en el mercado financiero, la CNV publicó una nueva resolución (RG 959/2023), estableciendo nuevas condiciones para la operación de dólares financieros: 1) se prohíbe la operación a personas que se financian vía cauciones o pases; y 2) se establece un neteo de operaciones diarias de títulos públicos bajo legislación extranjera (ya existía para la local) para las carteras propias de las ALyCs.

¿Qué se busca? Evitar el apalancamiento de algunos agentes y reducir así el volumen de operaciones para maximizar las divisas utilizadas para intervenir en el mercado. No obstante, ahora también habrá que seguir de cerca el dólar SENEBI (Segmento de Negociación Bilateral: los operadores pactan un precio por transacción por fuera del que muestra el mercado), dado que probablemente sea un nuevo destino para parte de los flujos excluidos con estas nuevas medidas, al igual que lo sucedido en 2021. La brecha con este dólar cerró este viernes en torno al 100% (promedio MEP y CCL).

¿Por qué es tan preocupante la volatilidad evidenciada a principios de la semana? Mantener contenida a la brecha cambiaria es parte esencial del “plan Massa” y un desafío transversal al “Frente de los Dólares”, el “frente de los Pesos” y el “frente de los Precios”: actualmente, un salto en los dólares paralelos se filtra con mayor facilidad la inflación (probablemente veamos algún impacto en los números de abril y mayo) y aumenta las expectativas de devaluación, reduciendo aún más la oferta neta de divisas.

4) El crawling peg desacelera en el margen

El crawling peg desaceleró su evolución, cortando una racha de cuatro semanas al alza. Luego de cerrar abril con un avance del 6,6% mensual (punta a punta) y mostrar una TEM diaria promedio (5 ruedas) del 8,2% en los últimos días del mes, el tipo de cambio oficial redujo su velocidad y en la primera semana de mayo promedió una TEM diaria del 7,2%, cerrando así el viernes por arriba de los $226.

En tal sentido, continuamos sosteniendo que la complejidad que impone el “Frente de los Dólares” y la necesidad de evitar una mayor apreciación cambiaria le dejan escasos márgenes de maniobra al Gobierno para aplicar este año la tradicional receta electoral de atrasar el tipo de cambio. No obstante, como venimos señalando, no prevemos que se busque desandar el atraso, sino administrarlo, lo cual seguirá generando un exceso de demanda de divisas que deberá ser compensado.

Monitor Cambiario – El Gobierno reaccionó frente a la suba de la brecha

La marcada volatilidad evidenciada en los dólares alternativos motivó al Gobierno a reaccionar en varios frentes para contener la brecha cambiaria: las autoridades volvieron a intervenir en el mercado de deuda pública en USD, convalidaron una fuerte suba de tasas y aceleraron aún más el crawling peg del tipo de cambio oficial. Por su parte, la baja liquidación del agro (aún con “dólar soja/agro”) y una demanda de divisas persistente le impidieron sostener las Reservas al BCRA. A su vez, pese a una relativamente buena licitación en el marco de esta inestabilidad, el Tesoro volvió a solicitarle Adelantos Transitorios al BCRA para cubrir sus necesidades.

1) El dólar “soja/agro” no camina y el BCRA continúa perdiendo Reservas

En la última semana, el BCRA vendió USD 50 M en el MULC, terminando el mes con un saldo positivo de apenas USD 34 M, producto de una oferta acotada pese a los incentivos otorgados y una demanda que se muestra persistente a pesar de las restricciones vigentes. De esta manera, en el primer cuatrimestre el BCRA habría perdido casi USD 3.000 M en el MULC, teniendo como resultado unas Reservas Netas bajo la metodología del acuerdo con el FMI que se ubicarían en niveles cercanos a 0, según nuestras estimaciones.

El agro liquidó algo más de USD 2.400 M durante abril (el doble de lo aportado en marzo, aunque con una caída del 24% i.a.) de los cuales poco más de USD 1.600 M corresponden al “dólar soja 3.0”, que en sus primeras 13 ruedas muestra resultados que se alejan de la trayectoria esperada para llegar a los USD 5.000 M previstos.

¿A que se debe el flojo desempeño en la tercera edición de este mecanismo? La explicación se encuentra en un conjunto de factores que dificultan la logística necesaria (paro de puertos, demora lógica en la cosecha dada la demora previa en la siembra) y deterioran los incentivos (rumores políticos, incremento de la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación). A su vez, el precio pagado por la exportación a los productores sería insuficiente para incentivarlos a vender, en un marco en que el precio de la soja a nivel internacional cayó en abril de casi USD 560/Ton a USD 530/Ton.

Por tal motivo, y dado que el incentivo a liquidar se reduce con cada día que pasa ante la aceleración del crawling peg, no descartamos que el sector vuelva a reunirse con las autoridades para acordar modificaciones en el mecanismo que fomenten una mayor liquidación. Por su parte, tal y como esperábamos, en la última semana se amplío la cantidad de Economías Regionales que participan del “dólar agro”, en un intento por incrementar la liquidación de divisas, aún a costa de generar mayores impactos en el IPC (“la manta corta”).

2) El Gobierno tuvo que intervenir en el mercado para frenar la corrida cambiaria

Los dólares alternativos iniciaron la semana mostrando una preocupante tendencia alcista, marcando máximos reales desde la crisis de deuda de junio 2022. Como respuesta, el Gobierno volvió a intervenir en el mercado de bonos públicos en USD (pese a estar vedado por el FMI) y logró estabilizar la brecha con los dólares financieros en niveles similares al cierre de la semana previa, aunque el blue aún se encuentra en niveles elevados. En números, la brecha cambiaria con los dólares financieros cerró la semana entre un 98% y un 96% ($441 y $437 para el CCL y el MEP, respectivamente), mientras que el dólar blue cerró el viernes en $469, con una brecha del 111% (contra el 102% de la semana previa).

Si bien el dólar blue rozó los $500 el martes, mostrando ya un nivel de crisis y un máximo real en comparación a los meses previos, aún fue un 15% inferior en términos reales de su pico en julio del 2022 y se ubicó un 34% por debajo de máximo real en octubre del 2022. No obstante, el avance semanal en términos reales se alzó como la máxima suba (+15,6%) desde el impacto de la pandemia en abril del 2020.

¿Por qué es tan preocupante la volatilidad evidenciada a principios de la semana? Mantener contenida a la brecha cambiaria es parte esencial del “plan Massa” y un desafío transversal al “Frente de los Dólares”, el “frente de los Pesos” y el “frente de los Precios”: actualmente, un salto en los dólares paralelos se filtra con mayor facilidad la inflación (probablemente veamos algún impacto en los números de abril y mayo) y aumenta las expectativas de devaluación, reduciendo aún más la oferta neta de divisas.

3) El crawling peg puso quinta a fondo

El crawling peg volvió acelerarse por cuarta semana consecutiva y ya corre a un ritmo del 8% mensual. En las últimas 5 ruedas la velocidad a la que corre el dólar oficial marcó una TEM diaria promedió un 8,2%, con un tipo de cambio oficial cerrando la semana en $222,6. De esta forma, el tipo de cambio oficial avanzó en abril un 6,5% (punta a punta), contra el 6% de marzo.

En tal sentido, continuamos sosteniendo que la complejidad que impone el “Frente de los Dólares” y la necesidad de evitar una mayor apreciación cambiaria le dejan escasos márgenes de maniobra al Gobierno para aplicar este año la tradicional receta electoral de atrasar el tipo de cambio. No obstante, como venimos señalando, no prevemos que se busque desandar el atraso, sino administrarlo, lo cual seguirá generando un exceso de demanda de divisas que deberá ser compensado.

Del mismo modo, los futuros de dólar siguieron dando cuenta de la fragilidad del escenario macroeconómico, sosteniendo la escalada de las últimas semanas. Las tasas implícitas de ROFEX vienen enseñando una tendencia alcista, sobre todo a partir de agosto. En este sentido, al analizar la evolución reciente de las tasas forward de julio/agosto se advierte que el mercado sigue elevando sus apuestas a que algún tipo de evento cambiario puede ocurrir post PASO (13/08).

4) DUALES al rescate y un nuevo giro de Adelantos Transitorios

En la segunda licitación de abril el Tesoro debía afrontar vencimientos por más de $960.000 M (el monto más elevado a precios constantes desde mayo del 2022). Pese a la preocupante tensión cambiaria, las autoridades alcanzaron un rollover del 121% (incluyendo la segunda vuelta), con un financiamiento neto entorno a los $200.000 M. De esta manera, en el último mes no sólo se incrementó el rollover (pasó del 112% en marzo al 124% en abril), sino que también se logró estirar la duration de las colocaciones (pasó de 4,5 meses en marzo a 8,3 en abril).

Sin embargo, la mejora en el desempeño del Tesoro fue producto de una elevada participación del sector público (especialmente en la 2da licitación), una nueva suba de tasas en las LEDES (TIR del 135,6%) y unos instrumentos indexados que explicaron casi la totalidad de lo adjudicado en el mes (94% contra el 70% de marzo).

Asimismo, pese a captar más de $270.000 M de financiamiento neto durante abril, el viernes pasado el Tesoro le solicitó al BCRA otros $100.000 M en concepto de Adelantos Transitorios, lo que nos anticipa la persistencia del rojo primario en el cuarto mes del año. De esta manera, la asistencia monetaria directa en lo que va del 2023 acumula ya $230.000 M (26% de lo pactado con el FMI para todo el año), dejando así un margen levemente por encima de los $140.000 M en lo que queda del trimestre.

5) La mayor tasa en los últimos 20 años, ¿se rompió el corredor?

Luego de una suba de 300 pb en la semana previa, la volatilidad en las cotizaciones de los dólares alternativos motivó al BCRA a convalidar una fuerte suba en la Tasa de Política Monetaria (junto con la tasa de pases y plazos fijos), llevándola al nivel más elevado en los últimos 20 años. Concretamente, la TPM mostró una suba de 1.000 pb, pasando de una TNA del 81% (119% TEA y 6,75% TEM) al 91% (140% TEA y 7,58% TEM). Este sorpresivo incremento confirmó nuestra postura de que las subas en las tasas estaban más ligadas a la dinámica cambiaria que a la inflacionaria: las autoridades pretenden limitar las tensiones sobre la brecha cambiaria vía un fomento al carry trade.

¿Se rompió el corredor? Si bien las colocaciones del Tesoro a tasa fija perdieron terreno en las últimas licitaciones, llama la atención que el BCRA haya situado la TPM por encima del corredor establecido a mediados de 2022: la tasa convalidada en la LEDE a julio de la última licitación marcaba una TNA del 88,8% (TEA del 135,6%) como límite superior. Entonces, ¿elevarán el techo en la próxima licitación o fue el final del corredor de tasas?

Si bien estimamos que la decisión se encuentra en la dirección correcta (pese a sus impactos negativos asociados en la actividad y el balance del BCRA), dado que ayudaría a mantener atractivos los instrumentos en pesos, también sostenemos que su impacto en la brecha cambiaria será transitorio si no se complementa con otras medidas de política económica que colaboren en disminuir la incertidumbre. Con estos niveles de volatilidad política y económica no hay tasa que sea suficiente para compensar completamente los riesgos cambiarios asociados al periodo electoral y la posibilidad de un cambio de gestión.

Bullrich, Milei y Larreta al frente de ranking de imagen de dirigentes

La actualización de imágenes de principales dirigentes nos muestra en abril que los tres principales candidatos presidenciales opositores son a la vez los que lideran el ranking de imagen de dirigentes: Patricia Bullrich, Javier Milei y Horacio Rodríguez Larreta. Tanto en el ranking con punto medio (ni buena ni mala) como en el ránking con apertura de punto medio, Patricia Bullrich aparece como la dirigente con mejor imagen. De hecho, en ambos registros, es la única dirigente con diferencial positivo.

Entre los dirigentes del oficialismo, y en un contexto donde todos muestran altos niveles de imagen negativa, Cristina Kirchner es la dirigente mejor posicionada por ostentar un 26% de imagen positiva. Le siguen Kicillof, De Pedro y Máximo Kirchner, lo que habla de que todos gozan de la simpatía de una base de votantes identificados con ese espacio político que lidera Cristina Kirchner. De hecho, Alberto Fernández y Sergio Massa aparecen mucho más abajo en el ránking. Estos registros hablan mucho de la dependencia que ambos actores tienen de los apoyos del kirchnerismo para protagonizar el proceso político.

Pero la buena imagen que registra Patricia Bullrich no necesariamente es un activo electoral. Y en parte ello sucede porque Bulrich tiene la ventaja de recoger simpatías entre el electorado de Javier Milei. Al alimentarse de dos grupos de votantes distintos (los de La Libertad Avanza y los de Juntos por el Cambio por identificarla como una dirigente propia), Bullrich recoge registros altos de imagen positiva. Pero en términos electorales Milei más que triplica la intención de voto de Bullrich según registros recogidos en nuestro estudio de la escena electoral, y mostrados más adelante en este informe. Se podría decir que ambos recogen la simpatía del electorado Halcón, pero Milei es el que se lleva la gran mayoría de esos votos.

La presente es una síntesis del Panorama de Opinión Pública, exclusivo para clientes Corporate.

Monitor Cambiario Semanal – La carrera nominal la lidera la inflación

En la semana la incertidumbre económico-política se acrecentó. A menos de 3 meses de su designación, renunció el jefe de Asesores de Presidencia, Antonio Aracre, en medio de rumores sobre disputas de poder en torno a la gestión económica. Mientras tanto, el “dólar soja 3.0” avanza atravesando ciertos obstáculos, aunque permitiéndole al BCRA recomponer reservas, mientras se amplía el listado de productos incluidos dentro del “dólar agro”, vuelven los recortes en las proyecciones de cosecha de soja (la BCBA ahora estima 22,5 M/Ton) y el BCRA restringe el pago “cash” de importaciones de determinados servicios e intereses de deuda intra-empresa (COM A7746). En este marco, los contratos de dólar futuro revelan mayores expectativas devaluatorias.

Se acelera la carrera nominal. Tras la aceleración de la inflación en marzo, un comienzo “caliente” de abril y la disparada de los dólares libres (+10% en la semana), y aprovechando el espacio que dejó el Tesoro con la suba de tasas que convalidó esta semana, el BCRA volvió a subir las tasas, aunque dejando sabor a poco, dado que aun así no lograría volver a terreno positivo en el corto plazo. Análogamente, en la licitación de esta semana el Tesoro volvió a convalidar mayores rendimientos para las LEDES, obteniendo un aceptable financiamiento neto. A su vez, frente a la mayor inflación el crawling peg cambiario se aceleró por tercera semana.

1) “Dólar soja/agro” avanza en medio de interrogantes, ¿se vendrán cambios?

El BCRA acumuló en la semana compras netas en el MULC por USD 210 M, logrando resultados positivos por segunda semana consecutiva. Más allá de atravesar un viernes atípico por un cambio de normativa que restringió la demanda de divisas, esta reversión en la dinámica cambiaria permitió que abril ya muestre un saldo positivo de USD 85 M, aunque la pérdida de divisas del BCRA en el MULC en lo que va de 2023 suma USD 2.900 M, la peor para el periodo al menos desde 2003. Como resultado, las Reservas Netas bajo la metodología del EFF rondan apenas los USD 600 M.

En tal sentido, el acotado poder de fuego del BCRA y el agudo recorte en los flujos entrantes de divisas producto de la sequía continuarán alterando la naturaleza de la estrategia cambiaria del Gobierno a fin de acotar el exceso de demanda de divisas: (1) ampliación  de los desdoblamientos sectoriales ad-hoc (devaluaciones parciales), tanto para las exportaciones (aumentar la oferta neta de divisas en el corto plazo, a costa de comprometer futuras liquidaciones y generar impactos en los precios) como para las importaciones, haciendo que el dólar oficial sea cada vez menos relevante en el comercio exterior; (2) obtención de recursos adicionales a través de la cuenta financiera (OFIs, Fondo Saudí); (3) negociación con el FMI para flexibilizar la meta de reservas y/o reducir el monto de los pagos netos de este año; (4) seguir forzando postergaciones en el pago de importaciones, con un margen escaso (deuda por importaciones es la más alta desde 2003); (5) importar más porotos de soja para mejorar las exportaciones netas del sector.

“Dólar soja 3.0”, hasta el momento con peores resultados que sus antecesores. En las 5 ruedas de la semana las liquidaciones por “dólar soja 3.0” sumaron casi USD 450 M, mientras que desde su inicio (8 ruedas en total) se liquidó USD 1.250 M, 7% menos que en el mismo lapso del “dólar soja 2.0” (USD 1.350 M) y bien por debajo de los casi USD 3.200 M del “dólar soja 1.0”. El BCRA adquirió 48% de las liquidaciones acumuladas, un ratio bastante menor al promedio de las dos ediciones previas (67%).

¿Pierde dinamismo la liquidación por “dólar soja/agro”? El miércoles no se registraron liquidaciones por “dólar soja”, un hecho que no se vio en ninguna rueda de las dos ediciones previas, lo cual acrecentó la incertidumbre en el mercado. Desde el sector (CIARA-CEC) señalaron que la comercialización de soja se encuentra demorada principalmente por razones climáticas y debido al reciente paro en los puertos.

Una vez resueltos estos obstáculos podremos afirmar con mayor certeza si el incentivo de los $300 es insuficiente, siendo necesario alterarlo, o si las crecientes expectativas de devaluación o el precio que está recibiendo el productor está alterando las decisiones de venta. Lo cierto es que, frente a la evidente urgencia del Gobierno por detener la sangría de reservas (“el rey está desnudo”), el sector dispone de mayor poder en las negociaciones para alterar las condiciones del programa.

Este lunes se reglamentó la puesta en marcha del “dólar agro”, incluyendo un universo de sectores mucho más restrictivo que lo que había insinuado el Decreto 194. Por esa razón, era esperable que con el paso de los días se fueran incluyendo otras economías regionales, lo que ocurrió (parcialmente) este viernes. Hasta el momento, estimamos que el programa contempla a cerca de 15 economías regionales, cubriendo casi el 20% de las exportaciones y cerca del 15% del IPC. No obstante, dada la imperiosa necesidad de dólares, esperamos que el Gobierno incluya a nuevos sectores, aún a costa de que esto tenga un impacto adicional en inflación (“manta corta”).

Con todo, cabe recordar que no son pocas las economías regionales que este año sufrieron los estragos de la sequía. Por caso, el INV estima que la producción total de uva caería un 21% anual este año, siendo la peor campaña desde 2011 e hilvanando dos años de caída consecutiva -la campaña 2022 es la segunda más baja desde 2011-. Situación similar se encuentra la campaña 2022/23 de maní, con una producción que descendería 33% i.a., según Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCA).

2) Nueva suba de tasas del BCRA con un doble objetivo, ¿alcanza?

En línea con nuestras proyecciones, este jueves el BCRA instrumentó una nueva suba (+300 pb) de la tasa de política monetaria (LELIQ), la segunda del año y la cuarta desde que asumió Sergio Massa en agosto 2022. La elevó del 78% al 81% de TNA, equivalente a un 6,8% de TEM y 119,4% de TEA. Por su parte, la tasa mínima de los plazos fijos minoristas también se ajustó al 81% de TNA (6,7% de TEM).

La aceleración inflacionaria de inicios de año devolvió la tasa de política a terreno negativo durante febrero y marzo. Asimismo, la reciente disparada de los dólares libres y el compromiso asumido con el FMI forzaba al BCRA a no quedarse inmóvil frente a este panorama a fin de procurar moderar las presiones inflacionarias y las tensiones sobre la brecha cambiaria vía un fomento al carry trade. No obstante, con el nuevo rendimiento mensual la tasa no lograría volver a terreno positivo en el corto plazo, frente a una expectativa de inflación del 7% para abril. Esta suba termina de confirmar que asistimos a una nueva aceleración de la carrera nominal: inflación, crawling peg y tasas trepando, donde la primer sigue liderando.

El renovado ajuste de tasas seguirá siendo ineficaz para moderar las presiones inflacionarias. Dado el impacto monetario que tendrá sobre la emisión el pago de intereses de los pasivos remunerados (12% del PIB o 250% de la base monetaria), sumado a otros factores que mantendrán elevada la emisión (compras por “dólar soja/agro”, compras del BCRA de títulos del Tesoro en el mercado segundario), la creciente incertidumbre y el nivel de desconfianza existente limitan la capacidad de la política monetaria para moderar una dinámica inflacionaria que presenta una elevada inercia, acortamiento de los contratos y ausencia de anclas nominales (no hay margen para atrasar el tipo de cambio o congelar las tarifas).

3) El crawling peg se aceleró por tercera semana

En consonancia con la aceleración inflacionaria, en las últimas 5 ruedas el tipo de cambio oficial (mayorista, A3500) se movió a una TEM diaria promedio del 7,4%, cerrando la semana en $218,5. Así, el ritmo diario en lo que va de abril promedia el 6,8%, 1 p.p. por encima del 5,8% de marzo. En línea con nuestro view, reafirmamos que la complejidad que impone el “frente de los Dólares” y la necesidad de evitar una mayor apreciación cambiaria le dejan escasos márgenes de maniobra al Gobierno para aplicar este año la tradicional receta electoral de atrasar el tipo de cambio. Ahora bien, al no corregir ese rezago, el exceso de demanda de divisas seguirá siendo una debilidad estructural con la que convivirá el Gobierno hasta el final de su mandato.

4) Brecha cambiaria supera el 100% por primera vez en 7 meses

Aún con intervenciones del Gobierno para frenar la escalada, los dólares financieros mostraron fuertes alzas en la semana. El CCL rozó este viernes los $450 (+12% s/s), al tiempo que el MEP trepó 11% a la zona de los $435. Mismo incremento evidenció el blue, que terminó ofreciéndose hoy a $442. De esta forma, la brecha cambiaria volvió a superar el 100% (102,3% la promedio) por primera vez desde septiembre 2022, generándole una preocupación adicional al Gobierno.

¿Por qué? Mantener contenida a la brecha cambiaria es parte esencial del “plan Massa” y un desafío transversal al “Frente de los Dólares”, el “frente de los Pesos” y el “frente de los Precios”: actualmente, un salto en los dólares paralelos se filtra con mayor facilidad la inflación y aumenta las expectativas de devaluación, reduciendo aún más la oferta neta de divisas.

Con todo, en el año los dólares libres suben, en promedio, 30%, frente a una inflación proyectada para el primer cuatrimestre en torno a estos niveles. En este sentido, si bien vale destacar el ritmo aumento que adquirieron, estas cotizaciones vienen acomodándose a la mayor nominalidad de la economía, tras un 2022 en el que los dólares paralelos se abarataron. En este sentido, por el momento el nivel de los dólares libre no es de “crisis”: por caso, a precios de hoy el dólar CCL de finales de julio 2022 (renuncia de Martín Guzmán) llegó a valer $570.

5) Dólar futuro: aumentan las expectativas de devaluación

Los futuros de dólar siguieron dando cuenta de la fragilidad del escenario macroeconómico, sosteniendo la escalada de las últimas semanas. Las tasas implícitas de ROFEX vienen enseñando una tendencia alcista, sobre todo a partir de agosto. En este sentido, al analizar la evolución reciente de las tasas forward de julio/agosto se advierte que el mercado sigue elevando sus apuestas a que algún tipo de evento cambiario puede ocurrir post PASO (13/08).

En este marco, hoy se conoció que en marzo el BCRA incrementó levemente su posición vendida en futuros con relación a febrero, pasando una posición casi neutral a una de USD 225 M, aún muy reducida con relación a los guarismos que se vieron a lo largo de 2022, cuando promedió USD 2.800 M, con un pico en julio por casi USD 7.100 M. Recordemos que el límite establecido en el acuerdo con el FMI es de USD 9.000 M.

La presente es una síntesis del Monitor Cambiario, exclusivo para clientes Corporate.

Déficit comercial: el peor arranque en 5 años

En marzo, el saldo comercial exhibió un fuerte deterioro, rozando los -USD 1.100 M, el valor más elevado desde agosto de 2018. De esta manera, el 1T del año acumuló un déficit de USD 1.300 M, constituyendo el peor arranque en 5 años.

Las exportaciones cayeron por 4° mes consecutivo. Sumaron USD 5.700 M (-22% i.a.), con volúmenes que volvieron a desmoronarse (-17% i.a.) y precios internacionales que, lejos de compensar, retrocedieron por 2° mes al hilo (-6,5% i.a.).

Las importaciones mostraron un mayor dinamismo al de los meses recientes. Las compras externas alcanzaron aproximadamente los USD 6.800 M (-4% i.a.) y se colocaron muy por encima del promedio de los últimos cinco meses (+USD 1.300 M). No obstante, los volúmenes siguen en baja (-6,5% i.a.), parcialmente compensado por precios anotando un leve repunte (+2,3% i.a.)

A los males de la sequía se le añaden términos de intercambio (relación entre precios de exportación e importación) que retroceden por tercer mes (-8,6% i.a.). Al compararse con los precios vigentes en marzo 2022, el déficit comercial habría sido 50% menor (-USD 500 M). No obstante, los términos de intercambio del 1T 2023 fueron 15% superiores al promedio histórico (2004 22).

¿Qué productos explican la caída en las exportaciones? ¿cuáles permitieron un mayor dinamismo de las importaciones? ¿qué esperamos hacia adelante?

El doble impacto de la sequía

Dentro de los productos de peor performance en su comparación interanual, destacaron, por un lado, Harina y pellets de soja (-39% i.a., -USD 390 M) y Aceite de soja (-69% i.a., -USD 350 M), mermas influenciadas por el adelantamiento producido por las diferentes ediciones del “dólar soja”. Como resultado, e influidas principalmente por los menores volúmenes, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) totalizaron USD 1.800 M (-29% i.a.), siendo el peor marzo en 3 años.

Por otro lado, el desplome de las ventas externas de Trigo (-76% i.a., -USD 460 M) siguió reflejando el impacto de la sequía, al que se le añadió la caída en Maíz (-20% i.a., -USD 158 M). De esta forma, el rubro Productos Primarios (PP) rozó los USD 1.400 M (-33,5% i.a.), una caída explicada exclusivamente por un marcado retroceso de las cantidades (-37% i.a.), con precios que compensaron ligeramente la merma (+5% i.a.).

Por último, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) alcanzaron los USD 1.800 M (-5% i.a.). Los volúmenes externos crecieron levemente (+4% i.a.), impulsados por las ventas de Vehículos para transporte de mercancías (+47% i.a.), aunque los precios volvieron a reducirse por segundo mes consecutivo (-9,4% i.a.).

A raíz de la sequía, la mayor importación de porotos de soja impulsó a las importaciones no-energéticas. Las importaciones de porotos de soja marcaron un récord histórico para un marzo (USD 840 M, +USD 580 M i.a.), llegando a explicar el 12% de las importaciones, otro récord. Esta dinámica se explica por las necesidades de la industria del crushing de soja local, afectada por el desplome en la cosecha y enseñando una elevada capacidad ociosa. Las compras de poroto son utilizadas para su transformación y posterior comercialización como aceite y harina y pellets.

No obstante, los volúmenes importados de usos vinculados a la producción, como Bienes de Capital (-14% i.a.) y Bienes Intermedios (-1% i.a.) continúan retrocediendo. En tanto, Piezas y Accesorios de Bienes de Capital anotó un leve repunte en sus cantidades (+5% i.a.).

Por último, la balanza energética registró un equilibrio en el 1T (+USD 25 M). De este modo, si bien se revirtió el déficit energético del 1T de 2022 (-USD 230 M), el resultado se encuentra muy por debajo del superávit promedio para un 1T de los últimos años (+USD 208 M, 2019-21). En marzo, el sector marcó un superávit de USD 150 M (segundo mes al hilo en positivo), con importaciones retrocediendo 45% i.a., arrastradas principalmente por un marcado descenso en los volúmenes (-34,2% i.a.); y exportaciones cayendo en menor medida (-6,6% i.a.), aunque exhibiendo un importante crecimiento de los volúmenes (+19% i.a.), contrarrestado por la abrupta reducción en los precios (-22,2% i.a.).

Los costos de los fletes siguen cayendo

El costo de los fletes se ubicó en USD 85,5 por tonelada en marzo, el valor más reducido desde mediados de 2021. Luego del pico de USD 170 de noviembre 2022 -el más elevado desde que el INDEC comenzó a publicar su medición- los fletes retrocedieron por cuarto mes consecutivo, acumulando un descenso del 50%.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Los estragos de la sequía significarán pérdidas de exportaciones agrícolas próximas a los USD 20.000 M. Ante una sequía de magnitud histórica, las proyecciones de cosecha gruesa aún no encuentran piso: la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) volvió a recortar esta semana su estimación de producción de soja a 22,5 M/Ton, el peor registro desde al menos la campaña 2000/01.

Por otra parte, más allá de la efectividad del “dólar agro” para adelantar (no aumentar) la liquidación de divisas, las economías regionales se encuentran también muy golpeadas por las inclemencias climáticas. Para ejemplificar, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) estima que la producción total de uva caería un 21% anual en 2023, siendo la peor campaña desde 2011 e hilvanando dos años de caída consecutiva -la campaña 2022 es la segunda más baja desde 2011-. Situación similar se encuentra la campaña 2022/23 de maní, con una producción que descendería 33% i.a., según Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCA).

Irremediablemente, la escasez de divisas agudizará la caída de los volúmenes importados no-energéticos, que limitarán la expansión potencial del mercado interno producto de un menor abastecimiento de insumos y bienes finales.

En ese marco, el Gobierno seguirá apelando a distintas medidas con el fin de evitar una caída mayor en las importaciones: (1) alterar la naturaleza de la estrategia cambiaria: para acotar el exceso de demanda de divisas, se amplían y extienden los desdoblamientos sectoriales ad-hoc (devaluaciones parciales), tanto para las exportaciones (aumentar la oferta neta de divisas en el corto plazo, a costa de comprometer futuras liquidaciones y generar impactos en los precios) como para las importaciones, haciendo que el dólar oficial sea cada vez menos relevante en el comercio exterior; (2) Obtener recursos adicionales a través de la cuenta financiera (OFIs, Fondo Saudí); (3) Negociar con el FMI para flexibilizar la meta de reservas y/o reducir el monto de los pagos netos de este año; (4) seguir forzando postergaciones en el pago de importaciones, con un margen escaso (deuda por importaciones es la más alta desde 2003); (5) importar más porotos de soja para mejorar las exportaciones netas del sector.

Perspectivas globales: sin grandes cambios, pero ante mayores riesgos

La inflación está cayendo lentamente a nivel mundial, aunque con una mayor persistencia a la prevista, mientras que el crecimiento económico sigue siendo históricamente bajo y lo riesgos financieros han aumentado. En este marco, el FMI presentó en su World Economic Outlook (WEO) de Abril la actualización de sus perspectivas económicas para 2023 y los años venideros, realizando un leve recorte en las proyecciones de crecimiento y un alza en las estimaciones de inflación respecto al WEO de Enero.

¿Qué se espera para el crecimiento y la inflación? ¿cuáles son los principales focos de tensión en la economía mundial? ¿qué impactos prever para Argentina? ¿cuáles son las vías de contagio?

Las perspectivas del organismo para la economía internacional son de un crecimiento del 2,8%, desacelerándose respecto a 2022 (3,4%), acusando el efecto del marcado aumento de las tasas de interés y una economía que sigue absorbiendo los shocks de la guerra en Ucrania y el COVID-19. Así, se ubicará por debajo de los niveles históricos 1970-2022 (3,5%). En este marco, el 90% de las economías presentaría una reducción en su crecimiento en 2023.

Para Latinoamérica el FMI proyecta un crecimiento menor al promedio mundial (1,6%), recortándolo en 0,2 p.p. respecto a enero. Dentro de la región, destaca la fuerte reducción para Argentina (0,2%, -1,8 p.p.) -a poco tiempo de pronosticar 2% en la aprobación de las metas del 4T 2022-, Uruguay (2%, -1,6 p.p.) y Brasil (0,9%, -0,3 p.p).

El forecast dio cuenta de la turbulencia financiera registrada a inicios de marzo en Estados Unidos y luego extendida a Europa. La crisis de los bancos regionales norteamericanos –Sillicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank- y el banco europeo Credit Suisse, de mayor trayectoria e integración global, implica un nuevo factor de riesgo para un escenario internacional ya de por sí turbulento.

En este sentido, si bien el FMI asume que la crisis financiera será contenida y no impactará en la actividad económica, resalta un aumento en la probabilidad de crecimiento mundial por debajo del 2% -algo que sólo ocurrió en años de crisis, como 1972, 1981, 1982, 2009 y 2020-, la cual ahora alcanza un 25%, el doble de la normal.

En cuanto a la inflación, si bien se espera una moderación del 8,7% en 2022 (la más elevada desde la década de los 90’) al 7% en 2023, el ritmo de aumento de los precios se ubicaría bien por encima del promedio histórico de 3,9% (2000-21). Una mayor persistencia a la esperada previamente llevó a ajustar la proyección de este año en +0,4 p.p. vs la estimación previa y +0,6 p.p. para 2024 (4,9%), mientras que el FMI prevé que que la inflación retornará a los target de los bancos centrales no antes de 2025 en muchos casos. La estimación para este año refleja tanto una diminución en el precio de las commodities – las energéticas descendiendo 38% y las no energéticas 2,8%- como el resultado de la política monetaria contractiva de los principales bancos centrales.

Fragilidad y múltiples focos de tensión

La economía mundial sigue enfrentándose a distintos focos de tensión que condicionan la probabilidad de que la economía global, y la de EE.UU. en particular, logre el tan ansiado soft-landing -descenso de la inflación sin recesión-. De presentarse y agudizar las condiciones en mayor o menor grado, en especial escenarios disruptivos en materia financiera, podría derivar en un hard-landing que generen una menor actividad a la esperada, un fortalecimiento del dólar y un flight to quality de capitales.

Entre los principales se destacan los siguientes

  • Invasión Rusia a Ucrania. Precipitó un veloz crecimiento de la inflación a escala global, generando e intensificando tensiones geopolíticas preexistentes, procesos de desarticulaciones y fragmentaciones económicas, con un fuerte contenido proteccionista. Asimismo, las probabilidades de un recrudecimiento de la guerra y escenarios de ruptura en la Iniciativa de Granos del Mar Negro -tratado para permitir la exportación de cereales- podrían disparar una nueva escalada en los precios y riesgos de crisis alimentaria.
  • Suba de tasas. Como consecuencia de la inflación, los principales bancos centrales viraron hacia una política monetaria más hawkish. Por caso, el año pasado la FED concretó la suba más acelerada de su historia, colocando a fines de 2022 la tasa de referencia en el rango de 4,25-4,5%, es decir, un aumento de 425 p.b. en un único año. Factores que impriman una nueva aceleración de precios podría desencadenar en un tightening monetario más duro y prolongado en el tiempo. No obstante, los episodios de inestabilidad financiera imponen un trade-off entre mayores subas para combatir la inflación y la agudización de la crisis de un sistema financiero endeble.
  • Riesgos de default soberanos. La disparada de tasas puso en jaque a un conjunto de países emergentes y de bajos ingresos que, producto de la pandemia, vieron crecer con fuerza su deuda pública, llevándola a niveles históricamente elevados. Asimismo, los reducidos buffers fiscales para enfrentar el nuevo contexto de altas tasas implican menos herramientas para evitar un contagio a la actividad económica. Se estima que el 56% de los países de menores ingresos pueden sufrir estrés de deuda y cerca del 25% de los mercados emergentes.
  • Reactivación China. El COVID y las políticas de aislamiento afectaron al gigante asiático a lo largo de 2022, resultando en un crecimiento por debajo del mundial, algo que no ocurría desde la década de los 90’ -sin contemplar 2020-. Como consecuencia del fin de la política de “COVID cero”, se estima un repunte en el crecimiento (5,2%), para un país que demanda un cuarto de las exportaciones asiáticas y entre un 5% y 10% del resto del mundo. No obstante, su retorno al mercado mundial podría generar un shock al alza en los precios de las commodities y presionar al alza la inflación global. Asimismo, aún existen fragilidades en su sector inmobiliario (1/5 del PIB) factor que podría conducir a un menor crecimiento del estimado.
  • Inestabilidad financiera. A estos diversos factores se le superpone la novedad de la debilidad financiera registrada en marzo. Tras años de reducidas tasas de interés reales -la tasa de referencia de la FED se sostuvo por dos años en el rango del 0-0,25%- la violenta suba de tasas de interés para combatir la inflación generó tensiones financieras. El caso de SVB es un ejemplo de ello, institución que poseía una cartera de activos concentrada en bonos de largo plazo del tesoro norteamericano, cuyo valor se desplomó ante el hike de tasas, dando lugar a un retiro masivo de depósitos, venta a precios reducidos de bonos para afrontar la pérdida, el efectivo deterioro patrimonial del banco y la posterior quiebra. Estos riesgos se extienden a sectores como el inmobiliario, con peligros de default de hipotecas, derrumbe de los precios y el consecuente contagio al resto de los sectores. No obstante, la FED actuó rápidamente anunciando el salvataje de depósitos mediante el programa “Bank Term Funding Program”, el cual, a un mes de su lanzamiento, ya lleva gastados cerca de USD 72.000 M -0,3% del PBI de 2022-.

Impactos en la economía argentina

Los principales factores que se encuentran impactando en la economía local son idiosincráticos, ajenos al devenir de la economía mundial: el agudo shock de la sequía, sumado a las inconsistencias macroeconómicas, altos y crecientes niveles de inflación y una elevada incertidumbre propia de los años electores.

Asimismo, si bien Argentina se encuentra aislada de los mercados financieros globales, sigue siendo relevante analizar las vías de contagio del panorama mundial a nuestra economía, destacándose el canal comercial.

  1. Menor crecimiento mundial. La desaceleración global le resta dinamismo a la demanda por nuestras ya deterioradas exportaciones. Asimismo, luego de un 2022 donde nuestros principales socios comerciales crecieron por encima del crecimiento mundial -cortando así una racha de ocho años por debajo-, 2023 y 2024 serían años de menor crecimiento respecto al mundo. Factores que golpeen aún más economías regionales como la de Brasil y Chile, así como un menor crecimiento al esperado para China, podrían complejizar aún más la capacidad de la Argentina para exportar en un contexto de escasez de dólares.
  2. Suba de tasas, fragilidad financiera y commodities. El precio de las commodities alimenticias caería en 2023 un 5,6% i.a., pero continuarían un 55% por encima del promedio histórico. No obstante, las tensiones globales son un riesgo a la baja para los precios. Por caso, el desencadenamiento de una crisis financiera global podría derivar en una abrupta caída de la actividad en las economías desarrolladas, una baja en la demanda de importaciones y un descenso mayor del precio de los commodities. Por otro lado, inflaciones más rígidas a la baja podrían correr el techo de las tasas de interés y prolongar las subas en el tiempo, derivando en un fortalecimiento del dólar vis a vis un debilitamiento de las commodities, generando condiciones financieras más duras para nuestros principales socios comerciales, como Brasil, y una salida de capitales emergentes en el marco del “fligh-to-quality”.
  3. Precios de la energía y los fletes. El costo de la energía, que caería un 38% este año, aún se ubica casi 50% por encima de su promedio histórico. Escenarios de recrudecimiento de la Guerra en Ucrania o intensificación de marcos de colusión en la OPEP -a inicios de Abril anunciaron un recorte de la producción- podrían derivar en un aumento en los precios de las energías e impondría nuevas presiones en el frente externo. Misma situación se observa en el precio de los fletes internacionales que, luego de tocar en febrero el menor valor desde mediados de 2020, rebotó en marzo a niveles superiores al promedio del 4T 2022, aunque aún muy por debajo de los picos registrados en 2022.

La inflación no logra perforar el 7% en abril

La dinámica inflacionaria estaría consolidando un piso más elevado tras la aceleración evidenciada durante el primer trimestre. Aún con menores aumentos puntuales que en marzo (ej. en Regulados), el IPC GBA Ecolatina registró en la primera quincena de abril un crecimiento del 7,3% respecto al promedio de la primera quincena de marzo, donde jugó en contra el arrastre que dejó la aceleración de la segunda quincena de marzo (por caso, en Indumentaria). En este sentido, la inflación Núcleo se aceleró 1,2 p.p (+7,7%), confirmando la mayor persistencia de la inercia que arrastra la dinámica inflacionaria.

El alza se ve impulsada principalmente por el aumento en Alimentos y bebidas (+9,5%), que explica 3,1 p.p. del alza total. Al interior, los mayores aumentos se vieron en huevos (+30,4%), carne de ave (+26,5%), verduras (+13,7%), frutas (+17,8%), arroz (+10,9%) y productos lácteos (+10,5%). Los precios dentro del IPC Consumo Masivo crecieron 7,1%, evidenciando la ineficacia del programa Precios Justos como política desinflacionaria, que intenta congelar cerca de 2.000 productos y pautar en 3,2% el aumento mensual de otros casi 50.000 hasta junio inclusive.

En cuanto a las categorías, el crecimiento estuvo liderado por Estacionales (+12,1%), traccionada por Frutas (+17,8%), Verduras (+13,7%) e Indumentaria (+12,2%), pero moderada por un menor crecimiento en Turismo (+1,4%). Los Regulados crecieron 3,0%, donde incidieron aumentos en telefonía (+6,9%), educación (+5,0%), transporte público (+2,6%) y en servicios de salud (+2,4%).

¿Qué esperamos de cara a los próximos meses?

Para la segunda parte del mes prevemos una desaceleración del índice, principalmente por un menor arrastre, que ubicaría al IPC GBA Ecolatina en la zona del 7%, lo que ubicaría a abril como el tercer mes consecutivo con alzas por encima de las proyecciones del REM-BCRA.

Hacia adelante, seguiremos viendo una elevada y persistente inflación, alimentada por una fuerte inercia, creciente indexación y acortamiento en los plazos de los contratos, junto a la incertidumbre propia de la transición electoral y la falta de anclas: nueva ronda de actualización de las tarifas de servicios públicos (principalmente en mayo), un crawling peg que no podrá ralentizarse y paritarias que ejercerán presión en el año electoral: para el 2T los aumentos mensuales implícitos que lograron UOM, UOCRA y Comercio superan el 6% mensual.

A eso se le suma el impacto de las restricciones a las importaciones, precios más sensibles a los movimientos de la brecha, expectativas de devaluación ejerciendo presión y el impacto del “dólar agro” sobre ciertos alimentos, con un programa “Precios Justos” poco podrá influir en el proceso inflacionario.

Por estas razones, no esperamos que la inflación perfore el 6% mensual en el año, consolidando un piso del 115% para el año.

A pesar de su crecimiento, Milei no lograría una mayoría sólida en diputados

La proyección de distribución de escaños en una elección multidistrito y con sistema d´hont es muy difícil de realizar, porque se requieren una multiplicidad de supuestos que es difícil asumir en un contexto de tanta incertidumbre. Pero ello no implica que se puedan realizar simulaciones que nos permiten tener una aproximación a lo que pudiera ocurrir en base a la información parcial que se cuenta. 

En este caso, y considerando que en nuestro último estudio de marzo Javier Milei registró una intención de voto de 23%, nos resultó interesante realizar una simulación que asume que Javier Milei pueda sacar ese porcentaje de votos en cada uno de los 24 distritos del país. Se trata de un supuesto poco probable (lo habitual es que la fortaleza varia de un distrito a otro), pero nos resultado interesante evaluar qué significaría en términos de bancas que este candidato obtenga ese nivel de apoyo a lo largo y ancho del país.

La asunción de que Milei pueda sacar 23% de los votos en cada distrito no nos alcanza para realizar la simulación, sino que se requieren supuestos para el resto de la fuerza. Por lo menos para las fuerzas principales. Para ello proyectamos resultados provincia por provincia utilizando esencialmente dos criterios: antecedentes y evaluación política de la situación según sondeos realizados por Synopsis.

La simulación proyecta a Javier Milei obteniendo una veintena de bancas en la próxima elección presidencial. El número parece bajo, pensando que se reparten 130 bancas. La explicación es que, como en muchas provincias se eligen 5 o menos bancas, se vuelve necesario lograr ocupar el segundo lugar para poder cosechar más bancas. Esa es la razón de por qué Milei no lograría traducir proporcionalmente sus votos en bancas, por el sesgo mayoritario que tiene este sistema de asignación de bancas en escaños. 

En todo caso, y aún con el último crecimiento que se ha venido registrando de su intención de voto, Javier Milei todavía permanece lejos de estar en condiciones de poder construir una fortaleza parlamentaria que le garantice condiciones de gobernabilidad mínima para poder llevar adelante su programa de gobierno

La presente es una síntesis del Panorama Legislativo, exclusivo para clientes Corporate.

Monitor Cambiario Semanal – Una de cal y una de arena

La llegada del “dólar soja 3.0” le permitió al BCRA cortar con su racha vendedora y acumular un puñado de divisas en la última semana. La inflación alcanzó el 7,7% mensual en marzo y sembró dudas sobre una nueva suba de tasas del BCRA. A su vez, el crawling peg continuó acelerándose en la última semana, mientras que la brecha cambiaria se mantuvo relativamente estable, aunque persiste en niveles elevados.

1) “Dólar soja 3.0” al rescate

El BCRA rompió una racha de 23 ruedas consecutivas en rojo gracias a la llegada del “dólar soja 3.0”. En los primeros 3 días de vigencia plena el agro liquidó USD 815 M por esta vía, permitiéndole al BCRA alcanzar un saldo semanal positivo por USD 60 M. En retrospectiva, en las primeras 3 ruedas se liquidó más del 40% de lo visto en los primeros días del “dólar soja 2.0” (USD 580 M a finales de noviembre), aunque apenas el 60% de la primera versión en septiembre (USD 1.400 M). Esta reversión en la dinámica cambiaria permitió achicar el rojo de abril a apenas USD 16 M, aunque la pérdida de divisas del BCRA en el MULC en lo que va de 2023 suma USD 3.127 M. Como resultado, las Reservas Netas bajo la metodología del EFF apenas superan los USD 1.500 M. En tal sentido, el acotado poder de fuego del BCRA y el agudo recorte en los flujos entrantes de divisas producto de la sequía (la BCR confirmó un nuevo recorte) continuarán alterando la estrategia cambiaria del Gobierno.

2) Inflación récord en marzo, ¿se viene una nueva suba de tasas?

La inflación en marzo trepó 7,7% respecto a febrero, la variación mensual más elevada desde abril de 2002. Si bien se esperaba un repunte en el nivel de precios, ligado a cuestiones estacionales (educación, indumentaria) su magnitud no deja de preocupar, más aún considerando que la inflación núcleo siguió superando el 7%. Como resultado, la tasa de interés real ex post fue negativa por segundo mes consecutivo, tanto al compararla contra el nivel general (-1,1%) como con la inflación núcleo (-0,6%). Si bien tomando el último REM la tasa real ex ante fue positiva en marzo (aunque seguramente ajusten al alza), no descartamos que el BCRA aplique una nueva suba de tasas en su próxima reunión de directorio: tiene margen para convalidar una suba de 550 p.b., al comparar contra las LEDES del Tesoro, e incluso podría ampliarse la brecha en la próxima licitación que tendrá lugar el miércoles.

3) Se acelera el crawling peg, ¿hasta dónde?

En las últimas 5 ruedas la TEM diaria promedió un 6,3%, con un tipo de cambio oficial cerrando la semana en $215,1. Así, el ritmo diario en lo que va de abril supera el 6,4%, por encima del 5,8% de marzo. En tal sentido, continuamos sosteniendo que la complejidad que impone el “Frente de los Dólares” y la necesidad de evitar una mayor apreciación cambiaria le dejan escasos márgenes de maniobra al Gobierno para aplicar este año la tradicional receta electoral de atrasar el tipo de cambio. No obstante, como venimos señalando, no prevemos que se busque desandar el atraso, sino administrarlo, lo cual seguirá generando un exceso de demanda de divisas que deberá ser administrado.

4) Brecha cambiaria estable por debajo del 90%

Los dólares financieros mostraron una leve baja en la última semana, que fue en parte compensada por un ajuste en el dólar blue. La brecha con el CCL ($402) se redujo 4,7 p.p. en las últimas 5 ruedas, mientras que la brecha con el MEP ($393) lo hizo un 4,3 p.p. No obstante, un incremento del 2% semanal en el dólar blue (finalmente alcanzó los $400) compensó parte del recorte en los financieros.

Recordemos que mantener contenida a la brecha cambiaria es parte esencial del “plan Massa” y un desafío transversal al “Frente de los Dólares”, el “Frente de los Pesos” y el “Frente de los Precios”: un salto en los dólares paralelos se filtraría a la inflación y aumentaría las expectativas de devaluación, reduciendo aún más la oferta neta de divisas.

La presente es una síntesis del Monitor Cambiario, exclusivo para clientes Corporate.