Reaparecen las dudas en el mercado de deuda en pesos

¿Cómo le fue al Tesoro en las licitaciones de octubre?

En el último mes se redujo considerablemente el financiamiento neto en el mercado de deuda en pesos pese a ofrecer mayores rendimientos y acortar los plazos de colocación. La merma en el desempeño del Tesoro y la dinámica que muestran los títulos soberanos en el mercado secundario instauraron nuevamente cierta incertidumbre sobre la sostenibilidad de la deuda en pesos y sobre si será suficiente para financiar el déficit fiscal frente a un último bimestre con vencimientos abultados y donde el gasto público suele incrementar el rojo primario dada la estacionalidad en algunas de sus partidas.

La tasa de rollover de octubre mostró una marcada reducción, ubicándose en niveles cercanos al bimestre mayo-junio, periodo donde impactó la última crisis de la deuda en pesos. Concretamente, el Tesoro colocó deuda por más de $ 338.000 millones ($ 185.812 millones en la primera licitación y $152.422 millones en la segunda) frente a vencimientos por casi $300.000 millones.

Como resultado, el financiamiento neto apenas superó los $39.000 millones, lo que llevó la tasa del rollover al 113% mensual. De tal forma, pese a la reducción en los vencimientos gracias al canje de agosto, se evidencia una considerable disminución del financiamiento neto en comparación con los meses previos: en el tercer trimestre las colocaciones más que duplicaron los vencimientos, promediando una tasa de rollover del 225%, prácticamente el doble que la evidenciada en octubre.

¿Cómo fue la estrategia de las autoridades?

En octubre el Tesoro apuntó a cubrir los vencimientos mensuales convalidando mayores rendimientos y acortando plazos de colocación, pero al mismo tiempo reduciendo la utilización de instrumentos vinculados a la inflación. Dicha estrategia se planificó frente a un panorama financiero más complejo que en los meses previos, dado que los bonos soberanos en moneda local mostraron un deterioro en el mercado secundario durante las últimas semanas.

Los instrumentos a tasa fija ganaron terreno en el último mes, explicando 6 de cada 10 pesos colocados, cuando en septiembre representaron menos de un tercio de las colocaciones por efectivo. Como contrapartida, se vio una reducción en la participación de la deuda indexada, que explicó casi el 38% de las colocaciones de octubre cuando en el noveno mes del año explicaron el 70%. A su interior, se destaca la menor utilización de instrumentos CER, que mostraron la menor tasa de participación mensual desde septiembre del 2021.

En cuanto a rendimientos, las TIRs convalidadas en las LEDES mostraron un nuevo incremento: pasaron del 108,6% en septiembre al 113,7% en la primera licitación de octubre y 116,6% en la segunda. En tal sentido, pese a que en el último mes el directorio del BCRA decidió no incrementar la tasa de política monetaria (Leliq), esta suba de rendimientos en las LEDES eleva el techo del corredor de tasas, dándole un mayor margen a la autoridad monetaria para convalidar un aumento en el próximo mes.

Paralelamente, la decisión de utilizar en menor proporción instrumentos CER puede explicarse por las mayores tasas reales que se tendrían que haber convalidado para equiparar los rendimientos ofrecidos en el mercado secundario. Esto último se debe al deterioro en las cotizaciones de los soberanos que se evidenció en las últimas semanas. De hecho, fuentes privadas estiman que el BCRA volvió a intervenir para sostener los precios. En números, la TIR de la LECER X19Y3 (vencimiento en mayo del 2023) en el mercado secundario se ubicada en 5,46% real anual al 27/10, cuando en la primera licitación del mes el Tesoro colocó dicho instrumento a una tasa real del 3,5% y a fines de septiembre lo hizo ofreciendo una tasa real de apenas el 1,25%.

En este contexto, dado que los instrumentos indexados fueron los que le permitieron al Tesoro estirar los plazos de colocación en los últimos meses, la reducción en su utilización tuvo como consecuencia un acortamiento en los plazos. Concretamente, el plazo promedio ponderado (PPP) de las colocaciones de octubre apenas superó los 5 meses (similar a junio, julio y agosto), cuando en septiembre se encontraba por arriba de los 8 meses. A su vez, la menor utilización de instrumentos CER no fue la única causa del acortamiento en los plazos, sino que los instrumentos a tasa fija también redujeron sus plazos de colocación: el PPP pasó de 4,4 meses en septiembre (excluyendo el BOTE 27 que integra encajes bancarios) a 3,6 meses en octubre.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

El último bimestre del año será más que desafiante para el Tesoro y las próximas licitaciones estarán bajo la lupa del mercado financiero. Ya superado el periodo de “alivio financiero” que permitió el canje de buena parte de los instrumentos que vencían entre agosto y octubre, los vencimientos en moneda local superan los $1,7 billones entre noviembre y diciembre. No obstante, vale aclarar que buena parte de dichos instrumentos se encuentran en manos del sector público. En este marco, estimamos que lo más probable es que en las próximas semanas el Tesoro proponga un nuevo canje de deuda o una estrategia similar que le permita reducir los compromisos a afrontar de cara a fin de año y habilitar al BCRA a desprenderse de los activos que compró para sostener la curva en los momentos de crisis (la autoridad monetaria no puede participar de las licitaciones primarias de deuda, pero si puede canjear los instrumentos adquiridos en el mercado secundario).

Sin embargo, mas allá de una reducción en los vencimientos, el Tesoro deberá captar en el mercado local un monto considerable de financiamiento neto para cubrir el rojo fiscal y respetar el compromiso de no solicitar asistencia monetaria al BCRA en lo que resta de 2022.

Entonces, dado que el mercado local será la principal fuente de financiamiento del Gobierno para cubrir sus necesidades en lo que resta del año, las autoridades deben evitar a toda costa que se repita un nuevo evento disruptivo en el mercado financiero como ocurrió meses atrás. El último mes el Tesoro optó por reducir la utilización de instrumentos indexados en detrimento del financiamiento neto y los plazos de colocación. En este sentido, habrá que analizar qué priorizan las autoridades en la última etapa del año y cómo pretenden captar el financiamiento neto necesario sin poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda en pesos.

El promedio de aumentos salariales supera la línea del 90% en octubre

Los aumentos salariales se acercan a la inflación

Los gremios acomodaron sus paritarias con cierto desfasaje debido a la especulación y la fecha de las cláusulas de revisión: en septiembre y octubre acomodaron el salto inflacionario de julio y agosto. El mes pasado observamos un salto de más de 10p.p. en el promedio de los acuerdos salariales y, este mes, volvemos a observar un fenómeno casi idéntico. Esto nos deja aumentos salariales cerrando, en promedio, en torno al 90,7% anual, número que
se acerca mucho más a la inflación proyectada de lo que veníamos observando meses anteriores (en agosto, el promedio de aumentos paritarios rondaba el 71,1%). A falta de tres datos de inflación del INDEC para que finalice el año, es altamente probable que este promedio continúe su tendencia alcista y cierre el año por encima de la barrera de los tres dígitos.

Evolución del proceso paritario 2022

Este mes, transitando la época del año en donde se suele revisar el grueso de los acuerdos paritarios anuales, el promedio alcanzó el 90,7%, lo que lo ubica 10p.p. por debajo de la inflación proyectada por el REM, aproximadamente. Es muy probable que este número de otro salto similar el mes próximo y, en caso de que el ritmo inflacionario no desacelere, se continuarán retroalimentando en el corto plazo, lo que implica una espiralización aún mayor.

Este mes, los aumentos más destacados se dieron en los gremios del calzado y la industria del vidrio, paritarias que cerraron en 113% y 112% respectivamente. Por detrás se ubicaron los Aceiteros, cerrando su acuerdo en torno al 98% anual. Los gremios con acuerdos más bajos fueron SMATA y la federación de la carne, cerrando en 72,5% y 80% respectivamente

 

Monitor Cambiario Semanal – “SIRA SIRA”

Restricción a las importaciones: aliado del BCRA

En octubre las presiones provenientes del exceso de demanda de divisas volvieron a surgir. Finalizado el alivio temporal que significó el “dólar soja”, la dinámica responde principalmente a la menor oferta estacional, el adelanto de liquidaciones que tuvo lugar en septiembre y una posible distorsión en las expectativas de otros sectores en materia de qué tipo de cambio esperar para liquidar.

A los efectos de “cuidar las reservas” acumuladas durante el excepcional septiembre, el Gobierno reforzó su control sobre las importaciones. Dentro del conjunto de medidas se encuentra la ampliación del conjunto de posiciones arancelarias bajo Licencias No Automáticas (LNA); la puesta en marcha del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA); un encarecimiento del dólar para consumos en el exterior asociados al turismo (para compras mayores a los USD 300 M mensuales), la adquisición de bienes suntuarios y la contratación de actividades artísticas y “trajes a medida” para sectores para incentivar exportaciones (“dólar tecno”).

No obstante, el BCRA ha vuelto a encontrarse con dificultades para adquirir divisas para seguir robusteciendo su stock de reservas. Esta semana, la autoridad monetaria tuvo que desprenderse de USD 72 M en sus operaciones en el mercado cambiario. De esta manera, en el mes el rojo acumulado asciende a USD 371 M. El leve saldo negativo deja entrever que vía la implementación del SIRA el Gobierno habría conseguido reducir el exceso de demanda en el mercado. Vale recordar que durante las primeras dos semanas de octubre las ventas habían promediado USD 40 M diarios, mientras que desde el SIRA promedian apenas USD 7 M.

Efectos colaterales. Si bien la posibilidad de reducir la demanda de importaciones viene posibilitando un menor rojo para el BCRA, es esperable que los controles comiencen a tener una mayor incidencia negativa sobre la actividad económica vía una menor disponibilidad de insumos y bienes finales, generando asimismo mayor presión sobre los precios y la brecha cambiaria. El principal objetivo sigue siendo el mismo: evitar (al menos en el corto plazo) un salto discreto del tipo de cambio.

Sobre esta dinámica sigue influyendo una menor liquidación del agro, tras el récord de septiembre. Hasta este jueves (último dato), la liquidación promedio diaria ascendió a USD 66 M, en claro contraste contra los USD 400 M promedio durante la vigencia del “dólar soja” y los USD 150 M diarios de agosto. De esta forma, se va revelando más claramente la magnitud del adelantamiento de exportaciones provocado por el “dólar soja” y la consecuente escasez de oferta para los meses subsiguientes.

¿Qué tanto se están demorando los pagos por importaciones?

En el marco del mayor control sobre las compras externas, se viene registrando un creciente stock de deuda comercial por importaciones, producto de lo establecido por la Comunicación “A” 7532 publicada a finales de junio y prorrogada a finales de septiembre hasta el 31 de diciembre.

Según nuestras estimaciones, la postergación de pagos acumulada hasta septiembre superó los USD 6.600 M y ya comienza a ubicase cerca de los niveles de 2017-2019. Sin embargo, a diferencia de dicho periodo, el marcado incremento en la demora de pagos en lo que va de 2022 se obtuvo vía un endurecimiento de las restricciones al pago al contado de las importaciones que comenzaron a regir a partir de finales de junio para evitar un mayor deterioro en la posición de reservas internacionales.

De hecho, más del 70% de los pasivos acumulados en el año corresponden a lo sucedido entre junio y septiembre, donde se postergaron pagos de importaciones por USD 4.700 M. No obstante, la brecha entre las importaciones pagadas (MULC) y las devengadas (ICA) mostró una leve reducción en el último mes: luego de promediar más de USD 1.300 M entre junio y agosto, estimamos que en septiembre dicha cifra se ubicó por debajo de los USD 600 M.

Cosecha de trigo: nuevo recorte

La sequía ya está dejando daños permanentes que redundarán en una menor oferta en el MULC y volverán más angosto el margen de maniobra de la autoridad monetaria. Tras pérdidas de área y rindes inéditas por el combo de sequía y heladas, en la semana la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) volvió a efectuar recortes en sus proyecciones de producción del cereal, dando cuenta de una fuerte merma respecto a la campaña previa. La institución prevé ahora una cosecha de 13,7 M/Ton, 40,4% menos que lo calculado para la campaña 21/22 (23 M/Ton).

Los mayores precios en relación al ciclo pasado vienen ayudando a que el valor de la cosecha no se derrumbe. Considerando las estimaciones de la BCRA y los precios FOB a cosecha actuales (BCBA) en relación a los efectivos del ciclo anterior, el valor de la cosecha de trigo podría tener un piso de caída de USD 1.500 M en relación al ciclo pasado. No obstante, las estimaciones de volúmenes siguen estando sesgadas a la baja.

Cabe recordar que la cosecha de trigo comienza en diciembre y se extiende durante el verano y tiende un puente hasta la llegada de la cosecha gruesa en abril. Como destacamos en un informe reciente, considerando cierto anticipo en septiembre de ventas de soja que se darían en el último trimestre, la importante demora en la siembra de maíz y los menores volúmenes de trigo, el camino hacia la próxima cosecha gruesa se alarga.

El crawling peg se consolida por encima de septiembre

12 meses de aceleración en el ritmo de devaluación. En la semana cambiaria el tipo de cambio oficial cerró este viernes en ARS 156,02, subiendo 1,4% vs el viernes pasado y promediando en la semana un ritmo de depreciación del 6,3% TEM (TEA del 111%), levemente por debajo del 6,4% de la semana pasada (TEA del 113%). De esta forma, en lo que va de octubre la devaluación promedio se sitúa algo por debajo del 6,4% TEM, levemente por encima del ritmo de septiembre (6,2%) y de la tasa de interés de política monetaria (6,2% TEM).

La brecha se estaciona por debajo del 100%

Con vaivenes, los dólares paralelos acumulan una caída en lo que va del mes. El CCL (GD30) cerró este viernes en ARS 304 (+0,9% s/s), mientras que el MEP (AL30) cotizó en ARS 292 (+0,6% s/s). Por su parte, el blue trepó 0,7%, ofreciéndose a ARS 292 al finalizar la semana. En suma, en la semana todos se movieron por debajo del tipo de cambio oficial, permitiendo que la brecha cambiaria promedio con los tres dólares libres se sitúe en el 89,8%, por debajo del 91,2% del viernes pasado y del 102% de finales de septiembre.

Tres meses sin asistencia del BCRA, pero con desafíos hacia adelante

Partiendo de la devolución de $ 10.000 M en concepto de Adelantos Transitorios que realizara el Tesoro al BCRA en agosto, octubre será el tercer mes en que el Gobierno logra cumplir con su promesa de cortar la asistencia monetaria directa por parte del BCRA este año. Dado que durante este lapso el Tesoro obtuvo la importante ayuda de lo recaudado por retenciones al “dólar soja”, el desafío se redoblará desde el mes que viene frente a crecientes necesidades de financiamiento y un mayor volumen de vencimientos de deuda tras el impasse de los últimos tres meses (cuando se despejaron vencimientos de la mano del canje de los duales). El Gobierno deberá seguir mostrando resultados fiscales contundentes para sostener el rollover y no cortar el financiamiento en pesos, que se constituye como la principal fuente que cierra las necesidades de financiamiento en moneda local.

La presente es una síntesis del Monitor Cambiario, exclusivo para clientes Corporate.

La expectativa sobre el futuro mejora ante un eventual cambio de gobierno

A lo largo de los últimos meses hemos venido resaltando la curiosa persistencia de los niveles de pesimismo extremadamente altos que venimos viendo respecto del futuro del país y del futuro personal. Y venimos destacando que buena parte de ese pesimismo proviene de votantes opositores. Ello nos llevó a evaluar la hipótesis de si el supuesto de un cambio de gobierno pudiera cambiar esa expectativa negativa, y efectivamente los resultados confirman esa hipótesis. Cuando un 65,2% es pesimista sobre el futuro del país de acá a un año, si se incorpora la hipótesis de un cambio de gobierno la expectativa se revierte y una mayoría de 45,3% considera que el país mejorará si ello ocurre.

Algo similar ocurre en materia de expectativas sobre el futuro personal. El pesimismo se ubica este mes en torno al 54,2%, mientras que quienes afirman que dicha situación mejorará en el lapso de los próximos 12 meses se ubican en torno al 15,9%. Pero, si incorporamos la hipótesis de un cambio de gobierno en el próximo año, el pesimismo cae hasta el 18,5%, mientras que el optimismo salta hasta el 39,5% y un 16,2% observa con incertidumbre el asunto.

Se recupera marginalmente la imagen positiva del presidente luego de 8 meses

En octubre registramos, luego de 8 meses de caída sostenida, una recuperación marginal de 1,3 p.p. en la imagen positiva del presidente Alberto Fernández, que es acompañada también de una recuperación por el lado de su imagen negativa, donde registramos una caída de 4,2 p.p. Se trata una mejora que no permite reducir significativamente el diferencial negativo de imagen, que muestra una imagen negativa todavía por encima del 70% y una positiva por debajo del 20%. En todo caso, su decisión de mostrarse activo y con capacidad aún de tomar decisiones (designó reemplazos en su gabinete sin consultar a sus socios) pudieran explicar la mejora. Habrá que ver si la recuperación es incidental o responde a un cambio de tendencia en esta variable.

 

Monitor de Escenarios Económicos

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Finanzas Públicas: Se cumplió con la meta fiscal en el tercer trimestre

¿Cómo le fue al fisco en el último mes?

La elevada recaudación por Derechos de Exportación y un mayor control sobre el Gasto Primario corriente le permitieron al gobierno cumplir con la meta fiscal acordada con el FMI para el tercer trimestre. Esto último facilita la aprobación de los desembolsos del organismo por USD 5.800 millones a fines de 2022.

Concretamente, frente a un margen de apenas $55.000 millones para cumplir con la meta trimestral, el Sector Público Nacional No Financiero registró un superávit primario de $5.284 millones en septiembre (excluyendo los ingresos por colocaciones primarias de deuda que superan el 0,3% del PIB permitido en el programa con el FMI) de la mano de un Gasto Primario que continuó reduciéndose en términos reales (interanual) y unos derechos de exportación que alcanzaron su máximo valor histórico (real) gracias a la implementación del “dólar soja”. A su vez, con unos intereses que superaron los $85.000 millones, el déficit financiero en el noveno mes del año se ubicó en $79.784 millones.

Entonces, si excluimos los ingresos extraordinarios tanto para 2021 (DEGs y Aporte Solidario) como para 2022 (colocaciones de deuda sobre la par), nos encontramos con que en septiembre se alcanzó un superávit primario por primera vez desde principios del 2021, con una mejora real del 102% en la comparación interanual. No obstante, cabe aclarar que, si las retenciones se hubieran ubicado en niveles similares a los últimos 3 meses, el Resultado Primario habría sido deficitario por más de $200.000 millones, un monto similar al último mes.

Con estos números, el rojo primario bajo la métrica del EFF acumuló $1 billón (1,3% del PIB) en los primeros nueve meses de 2022, lo que deja un margen en torno a $1 billón para cumplir con la meta fiscal anual, que puede variar levemente por cambios en las proyecciones de crecimiento e inflación.

¿Cómo fue la dinámica al interior de los ingresos y gastos?

Los Ingresos retomaron la senda del crecimiento en términos reales de la mano de una mayor recaudación por la implementación del “dólar soja” y alcanzaron el mayor monto real desde mediados del 2019. En números, mostraron una elevada variación real del 19% i.a. (excluyendo extraordinarios tanto en 2021 como en 2022), donde se destacó el aporte de los Derechos de Exportación que duplicaron su representación en el total de los recursos (pasaron del 10% en los últimos 12 meses al 20% en septiembre) y recaudaron en tan sólo un solo mes lo acumulado por este concepto entre junio y agosto (en términos reales). De tal forma, los Ingresos hilaron ya el cuarto mes consecutivo corriendo a una mayor velocidad que el Gasto Primario.

Cabe mencionar que, si la recaudación por derechos de exportación se hubiera ubicado en niveles similares a los últimos 3 meses, el crecimiento real de los Ingresos Totales habría sido de apenas el 2% i.a. para septiembre, donde los Tributarios habrían prácticamente empatado con la inflación en lugar de crecer un 18% en términos reales. Con relación al resto de los tributos, los elevados niveles de lo recaudado por Ganancias junto a Créditos y Débitos disimularon la moderación en la evolución del IVA y las Contribuciones a la Seguridad Social.

El Gasto Primario alcanzó el tercer mes consecutivo de contracción en términos reales (2,3% i.a.). En caso de excluir los Gastos de Capital la caída real fue incluso mayor con una reducción de caso el 6% i.a. De hecho, el Gasto Primario Corriente alcanzó ya cuatro meses corriendo a una velocidad inferior que la inflación y se ubicó un 9% por debajo que su promedio para los últimos 12 meses. A su interior, la dinámica es bastante heterogénea: los refuerzos de ingresos tratan de compensar parte de la licuación en el gasto social (ante los elevados niveles de inflación) y los subsidios explican la mitad del recorte interanual en el Gasto Primario corriente.

En materia del gasto social, en septiembre no sólo influyó el efecto de un nuevo aumento en la movilidad y el Salario Mínimo Vital y Móvil, sino que también comenzó a evidenciarse el impacto de los bonos a jubilados (reflejado en “Otros Programas”) y el refuerzo a las Asignaciones Familiares. De esta manera, los refuerzos de ingresos le permitieron a las Prestaciones Sociales (más de la mitad del Gasto Primario) acercarse en la carrera contra la inflación luego de mostrar en julio y agosto caídas reales del 5% i.a. y el 9% i.a. respectivamente.

Por su parte, los subsidios continuaron reduciéndose en términos reales por cuarto mes consecutivo (-16% i.a.). Si bien los destinados al transporte también mostraron un recorte real del 10% i.a., más del 90% de la caída en los subsidios se explica por la reducción real del 18% i.a. en los vinculados a la energía. Estos últimos se ubicaron en niveles similares al promedio real en lo que va del año, pero mostraron un ajuste real del 11% contra el promedio entre junio y agosto.

Paralelamente, salvo por los Salarios y las Transferencias a Universidades -que prácticamente empataron con la inflación-, el resto de los gastos corrientes mostró un ajuste real en su comparación interanual (al igual que en el mes previo).

Por último, los Gastos de Capital continuaron moviéndose por encima de la inflación por segundo mes consecutivo (+49% real i.a.) y se ubicaron un 32% por encima de su promedio real para los primeros ocho meses del año. De tal forma, representaron más de un 10% del Gasto Primario en los últimos 2 meses cuando entre enero y julio explicaban apenas el 6,5%.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

El último trimestre suele ser el más desafiante en materia fiscal. Si bien 2022 no es un año electoral, actualmente nos encontramos en un contexto social frágil y frente a una inflación que pese a moderarse en el margen continúa en niveles sumamente elevados. En este sentido, el gobierno se encuentra recurrentemente con nuevos pedidos de recomposición de ingresos para compensar la pérdida del poder adquisitivo y evitar un mayor descontento social. Esto último explica la reciente confirmación del bono destinado a los sectores más vulnerables.

En este marco, durante los próximos meses habrá que prestarle una especial atención a: 1) la dinámica de la recaudación, especialmente los impuestos vinculados a la actividad económica y la seguridad social; 2) el impacto fiscal de la segmentación de tarifas; 3) la evolución de los ingresos de los hogares con relación a la inflación; y 4) el control sobre el resto de los gastos corrientes.

En conclusión, para el cumplimiento de la meta anual (déficit primario de 2,5% del PIB) el Gasto Primario deberá continuar reduciéndose en términos reales para el último tramo del año. Si bien dicho objetivo no es para nada sencillo y puede encontrarse con ciertos límites políticos o sociales, es una condición necesaria no sólo para cumplir con la meta, sino también para sostener el nivel de rollover del Tesoro en el mercado doméstico.

Monitor Cambiario Semanal – ¿Tensa calma?

La (demorada) puesta en marcha del SIRA le dio una mano al BCRA

Tras dos semanas en rojo a la salida del “dólar soja”, el BCRA logró cerrar la semana sin ventas netas en el MULC (+USD 4 M). No obstante, la posibilidad de lograr compras netas se habría debido principalmente al gap de tiempo entre la finalización del SIMI (12/10) y ciertas dificultades que comenzó a imponer el nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) desde el 17/10. En este sentido, registramos que desde su puesta en marcha han sido escasas las operaciones aprobadas, asignándose en muchos casos un acceso al MULC a los 180 días.

No obstante, a partir del miércoles ya se comenzó a evidenciar una mayor dificultad del BCRA para hacerse de reservas. Tras las compras por USD 44 M logradas hasta el martes, entre miércoles y este viernes la autoridad monetaria tuvo que desprenderse de USD 40 M. De esta forma, en el mes el BCRA acumula un rojo próximo a los USD 300 M.

Sobre esta dinámica sigue influyendo una menor liquidación del agro, tras el récord de septiembre. En la semana, la liquidación promedio diaria ascendió a USD 53 M, frente a los USD 72 M de la semana pasada, los USD 400 M promedio durante la vigencia del “dólar soja” y los USD 150 M diarios de agosto.

Las reservas brutas se vieron fortalecidas por la llegada de USD 700 M del BID este jueves. El compromiso de estos fondos había sido rubricado durante el viaje del ministro Massa a Washington durante los primeros días de octubre. En ese mismo marco, el staff del organismo aprobó el informe técnico para que el directorio trate los USD 500 millones que estaban pendientes y que se espera puedan ingresar antes de fin de mes.

Nuevos recortes en la proyección de cosecha de trigo

En la semana, tanto la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) como la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) volvieron a efectuar recortes en sus proyecciones de producción del cereal, dando cuenta de una fuerte merma respecto a la campaña previa. En el primer caso se prevé ahora una cosecha de 15,2 M/Ton, 32,1% menos que el récord de 22,4 M/Ton estimado para el ciclo anterior. Por su parte, la BCR estima unas 15 M/Ton, 34,8% menos que lo calculado para la campaña 21/22 (23 M/Ton).

Los mayores precios en relación al ciclo pasado vienen ayudando a que el valor de la cosecha no se derrumbe. Considerando los precios FOB a cosecha actuales (BCBA) en relación a los efectivos del ciclo anterior, el valor de la cosecha de trigo podría reducirse en cerca de USD 800 M en relación al ciclo pasado. No obstante, las estimaciones de volúmenes siguen estando sesgadas a la baja.

Como destacamos en un informe reciente, considerando cierto anticipo en septiembre de ventas de soja que se darían en el último trimestre, la demora en la siembra de maíz y soja y los menores volúmenes de trigo, el puente hasta la hasta la próxima cosecha gruesa se alarga.

Sin cambios en la tasa de política

El BCRA comunicó que resolvió mantener la tasa de política monetaria sin cambios por el momento. La decisión fue justificada en la evolución de los precios registrada en septiembre -por debajo de la expectativa del mercado- destacando especialmente al indicador IPC Núcleo, cuya variación de 5,5% se ubicó por debajo del índice general.

No obstante, debe destacarse que la demora en el ajuste de tarifas le dio cierto “respiro” a la inflación de septiembre, permitiendo una convergencia durante ese mes entre inflación (+6,2%), tipo de cambio oficial (+6,2%), y tasa de interés de política monetaria (6,2% TEM la Leliq). De esta forma, no descartamos que, en un contexto de inestabilidad que viene enseñando la dinámica inflacionaria, con aceitados mecanismos de indexación y expectativas que no acaban por anclarse, la autoridad monetaria pueda instrumentar alguna nueva suba de tasas desde el mes que viene si la inflación vuelve a recalentarse. Por lo pronto, nuestro IPC GBA Ecolatina para el primer tramo de octubre muestra una inflación que se mantiene por encima del 6%.

Con oscilaciones, el crawling peg se consolida por encima de septiembre

En la semana el tipo de cambio oficial cerró este viernes en ARS 153,8, subiendo 1,4% vs el viernes pasado y promediando en la semana un ritmo de depreciación del 6,4% TEM (TEA del 113%), acelerándose desde el 6,2% de la semana pasada (TEA del 107%), aunque por debajo del 6,6% de la primera semana del mes. De esta forma, en lo que va de octubre la devaluación promedio asciende a 6,4% TEM, levemente por encima del ritmo de septiembre (6,2%) y de la tasa de interés de política monetaria (6,2% TEM).

Calma en los dólares libres

Con vaivenes, los dólares paralelos acumulan una caída en lo que va del mes. El CCL (GD30) cerró este viernes en ARS 302 (-2,7% s/s), mientras que el MEP (AL30) cotizó en ARS 291 (-1,6% s/s). Por su parte, el blue permaneció estable, ofreciéndose a ARS 290 al finalizar la semana. En consecuencia, la brecha cambiaria promedio con los tres dólares libres se situó próxima al 91%, cuando a finales de septiembre llegaba al 102%.

Expectativas de devaluación se moderan

Desde octubre comenzamos a ver una disminución en las tasas implícitas de los futuros de ROFEX, dando cuenta de un menor apetito por cobertura de tipo de cambio. Esta tendencia también se registra al observar la evolución de los instrumentos “dólar linked” (bonos y FCI). En suma, el mercado asigna menor probabilidad a un salto discreto del dólar oficial respecto de fines de septiembre.

En este sentido, se conoció que el BCRA cerró septiembre con una disminución de su posición vendedora de futuros. El mes cerró con una posición vendida de USD 3.131 M, por debajo de los USD 4.110 M de agosto, aunque superando el registro de septiembre 2021 (USD 1770 M).

La presente es una síntesis del Monitor Cambiario, exclusivo para clientes Corporate.

 

El congreso se apresta a elegir los nuevos consejeros de la magistratura

Los mandatos de los actuales consejeros vencen el 20 de noviembre y deberán renovarse con la integración de los 20 miembros. Ya hay 4 miembros confirmados y restan confirmar los 16 restantes, los representantes de los Jueces, Abogados y lo Legisladores que representarán al Poder Legislativo.

Elección de los 4 representantes de los jueces

Los jueces deberán elegir los 4 representantes para la renovación de sus posiciones en el Consejo. que deberán ser 2 hombres y 2 mujeres para cumplir con los compromisos en materia de igualdad de género. Competirán 3 listas: 1) la lista Celeste que agrupa a los magistrados cercanos al gobierno liderada por el camarista penal Alberto Lugones; 2) la Lista Bordó del sector más crítico con el oficialismo, liderada por el juez de la poderosa Cámara Federal de Casación Penal, Diego Barroetaveña; y 3) la Lista “Compromiso Judicial” liderad por el camarista Comercial Eduardo Machín. La elección está judicializada, ya que se impugnó la posibilidad de que Lugones continue como consejero, ya que está prohibida la reelección. El tema llegó a la Corte Suprema que deberá resolver, vía Per Saltum, si le otorga o no la posibilidad de crecer.

Elección de los 4 representantes de los abogados

Los abogados también deberán elegir los 4 representantes para la renovación de sus posiciones en el Consejo, que también deberán ser dos hombres y dos mujeres. También acá habrá 3 listas en competencia: 1) entre los abogados más afines al oficialismo, se presentará la lista liderada por el exdiputado nacional y abogado laboralista Héctor Recalde, y el Presidente del Colegio de Abogados Avellaneda-Lanús, Adriana Coliqueo; 2) una de las listas de sectores opositores al gobierno estará liderada por los abogados Miguel Piedecasas y la actual consejera, Jimena de la Torre; 3) la tercera será la lista “Nueva Abogacía Federal”, liderada por María Fernanda Vázquez, Decana de la Facultad de Derecho de Lomas de Zamora, e Ignacio Segura, Presidente del Colegio de Abogados de Córdoba.

Elección de los 4 representantes de los senadores de la nación

En el caso de los legisladores que representarán a los Senadores, deberán ser elegidos 2 representantes por la mayoría, 1 por la primera minoría y otro por la segunda minoría. La elección del 4 representante para completar la composición de 20 miembros no estuvo exenta de polémica, por la jugada del oficialismo de dividir los bloques en el Senado y llevarse una banca por la segunda minoría. El tema está judicializado. Lo cierto es que reuniendo el FDT y JXC más del 90% de las bancas, será difícil que la distribución no termine con la elección de 2 Senadores del oficialismo y 2 representantes de Juntos por el Cambio.

Elección de los 4 representantes de los diputados de la nación

En el caso de los legisladores que representarán a los Diputados, también deberán ser elegidos 2 representantes por la mayoría, 1 por la primera minoría y otro por la segunda minoría. Aquí también probablemente puede ocurrir que, reuniendo el FDT y JXC más del 90% de las bancas, sea difícil que la distribución no termine con la elección de 2 Diputados del oficialismo y 2 representantes de Juntos por el Cambio, siendo estos dos últimos representantes de la primera y segunda minoría.

Esta nueva composición durará 4 años, hasta el 2026, pero estará sujeta a que se pueda lograr consenso en el Congreso para la sanción de alguna reforma que modifique la actual composición. Parte de esa dinámica estará definida por el resultado electoral, que determinará qué mayorías serán posibles reunir para alter esta composición que quedará establecida a partir de noviembre de 2022.

Adelanto de inflación | Octubre 2022

El IPC GBA Ecolatina mostró un crecimiento de 6,3% entre la primera quincena de octubre y el mismo periodo de septiembre, desacelerándose 1 p.p respecto al registro anterior.

Al interior del índice, los capítulos con mayor evolución fueron Indumentaria (+10,6%); y Atención Médica y gastos para la salud (+8,6%), impulsado por los aumentos en prepagas. Por el contrario, las menores variaciones se vieron en Otros Bienes y Servicios (+2,5%) y en Educación (+3,7%).

El capítulo de Alimentos y Bebidas se ubicó por encima del nivel general (+6,7%). A su interior, se destacaron los aumentos en Verduras (+23,0%); Aceites (+10,1%); Frutas (+8,1%); Leche (+7,6%); Fideos y pastas (+7,5%) y Caramelos, Golosinas y Cacao (+7,5%).

En cuanto a las categorías, Regulados creció 5,7% (1,6 p.p por debajo de la primera quincena de septiembre), impulsado por aumentos en prepagas, en las tarifas de agua y en combustibles. Por su parte, Estacionales anotó 14,8%, explicado por los ya mencionados aumentos en Frutas y Verduras y en Indumentaria.

Por último, el IPC Core -que excluye Regulados y Estacionales- registró 5,0%, desacelerándose 0,8 p.p respecto a la comparación entre la primera quincena de septiembre y la primera de agosto. Al interior del IPC Núcleo se encuentran los productos de Consumo Masivo, que crecieron 5,9% (-1,5 p.p. respecto a la primera quincena de septiembre).

 

¿Qué esperamos para el mes?

Prevemos que el índice desacelere en la segunda parte del mes, por lo que el mismo registraría una variación en la zona del 6% en octubre, acumulando 88% en los primeros diez meses del año.

Si bien la inflación núcleo volvió a mostrar una desaceleración -indicador de la tendencia del nivel general de precios-, la elevada inercia inflacionaria se ve reflejada en una velocidad de ajuste de precios mayor a la de los meses previos, sumado a plazos de renegociación más cortos en los contratos tanto formales como informales, que deja como resultado una dinámica inflacionaria difícil de desarmar en el corto plazo.

Sobre esta base, el último trimestre del año mantendrá un piso elevado, con un crawling peg sostenido en niveles elevados y sin un ancla que estabilice las expectativas en el horizonte, aportando una mayor persistencia al fenómeno inflacionario. En consecuencia, esperamos que la inflación se acerque al 100% para fin de año.

De cara a 2023, los principales factores presionando sobre los precios que estuvieron presentes en 2022 (acuerdos salariales mayores y más frecuentes, expectativas desancladas, deslizamiento cambiario sostenido en niveles elevados, y una inercia inflacionaria que no parece disiparse en el futuro inmediato) seguirán encendidos; por lo que no hay indicios de una desaceleración sustancial de la inflación en el próximo año.

Un zoom a la Balanza de Pagos dentro del programa con el FMI

La Balanza de Pagos resume las transacciones comerciales y financieras que realiza un país con el resto del mundo. En tal sentido, las estimaciones expuestas en la actual hoja de ruta (el programa acordado con el FMI) reflejan cómo se espera que evolucione la dinámica de las cuentas internacionales de la Argentina durante los próximos años, lo cual tiene una importancia central.

Analizando dicha trayectoria, el programa proyecta que en los próximos 5 años la economía argentina deberá generar una mayor capacidad de financiamiento externo en el corto plazo y apuntar a una reapertura de la Cuenta Financiera en el mediano plazo para hacer frente a los pagos netos al FMI y la acumulación de reservas internacionales. En este contexto, analizar las distintas líneas dentro de la Balanza de Pagos resulta crucial para comprender los supuestos detrás del escenario estimado y evaluar así las condiciones que deberían darse para garantizar una cierta estabilidad económica y la sostenibilidad de la deuda externa.

En el presente informe analizaremos los supuestos que subyacen a esta trayectoria para contrastarlos con el punto de partida actual.

El Balance de Pagos en 2022

Luego de dos años consecutivos con un saldo positivo, la Cuenta Corriente (que resume las transacciones comerciales entre residentes y no residentes) volvería a mostrar un déficit en 2022. Si bien tanto en el programa original como en la primera revisión se proyectaba un superávit de Cuenta Corriente (0,5% del PIB), los acontecimientos que se dieron en los últimos meses y las perspectivas para lo que resta del año empujaron a modificar las estimaciones, apuntando a un déficit en torno al 0,3% del PIB para 2022.

Cabe señalar que un saldo deficitario de la Cuenta Corriente implica una necesidad externa que debe ser financiada. Por el contrario, cuando al saldo es superavitario, la economía muestra una capacidad de financiamiento que puede ser aplicada a la acumulación de activos o la cancelación de pasivos externos. En resumen:

  • En la primera mitad del año, la Cuenta Corriente arrojó un resultado negativo por poco más de USD 2.400 millones cuando para el mismo periodo en 2021 evidenció un superávit de casi USD 3.000 millones.
  • Dicho deterioro encuentra su explicación tanto en la reducción en el superávit comercial de bienes (principal pilar de la cuenta corriente) como en el engrosamiento del déficit (histórico) en servicios.
  • En primer lugar, el saldo de bienes para el primer semestre apenas rozó los USD 5.700 millones, cuando entre enero y junio de 2021 superó los USD 8.400 millones. Pese a que las exportaciones se ubicaron en niveles históricamente elevados gracias al incremento en sus precios internacionales, se vieron opacadas por unas importaciones (FOB) récord que fueron impulsadas tanto por la recuperación de la actividad económica como por los altos costos de la energía.
  • A su vez, con unas importaciones que casi se duplicaron, el saldo de servicios amplió su balance negativo, pasando de -USD 1.250 millones en el primer semestre de 2021 a casi -USD 3.600 millones en la primera mitad de 2022. Dicha dinámica se explica no sólo en el salto que pegaron los costos logísticos, sino también en la mayor salida que indujo la reactivación del turismo, profundizada por el atraso cambiario.
  • Por su parte, el déficit en Rentas se mantuvo en niveles similares a los últimos años durante el primer semestre: rozó los USD 5.500 millones, cuando en 2021 se ubicó levemente por debajo de los USD 5.000 millones. No obstante, si bien los pagos de intereses tienen un peso considerable, cerca de la mitad del rojo se explica por el giro de utilidades, que ante la vigencia del cepo cambiario deben ser reinvertidas en el mismo país. Esto último explica buena parte del flujo entrante de IED.
  • Al incluir los superávits del Ingreso Secundario (Transferencias) y de la Cuenta Capital, la economía argentina en la primera mitad del 2022 evidenció una necesidad de financiamiento por casi USD 2.400 millones.
  • A aquellas necesidades se les sumaron la formación de activos externos y los pagos de deuda del sector privado, que se cubrieron mediante un ingreso neto en la Cuenta Financiera, principalmente por el financiamiento neto del FMI (USD 6.800 millones), los créditos comerciales y la inversión directa neta (en parte explicada por la mencionada reinversión de utilidades). Excluyendo el efecto del FMI, las necesidades implicaron una reducción en las Reservas Internacionales de USD 1.600 millones.

En este marco, las proyecciones contenidas en el acuerdo para 2022 son consistentes con un resultado levemente positivo en la Cuenta Corriente para el segundo semestre del año, donde seguramente jugarán a favor: 1) la normalización en la liquidación de granos que llevó a niveles récord las exportaciones en septiembre; 2) el mayor control sobre los pagos por importaciones; y 3) el encarecimiento de los distintos dólares vinculados al turismo y los servicios. En esta misma línea, si bien aún es temprano para cuantificar el impacto de las reciente medidas, los números expuestos por el FMI muestran que las importaciones de bienes y servicios pasarían de promediar casi USD 8.300 mensuales en los primeros 9 meses del año a poco más de USD 6.600 millones durante el último trimestre.

A su vez, se espera que el financiamiento neto con Organismos Internacionales supere los USD 1.000 millones en el último trimestre, y que, junto a los desembolsos restantes del FMI, la reinversión de utilidades y los créditos comerciales, faciliten la acumulación de Reservas Internacionales Netas (RIN) para cumplir con la meta acordada de USD 5.000 millones (flexibilizada en USD 800 millones luego de la última revisión).

¿Qué se proyecta para 2023?

Con vistas a 2023, el panorama externo se torna más complejo. Por un lado, los USD 800 millones que se redujeron en la meta de Reservas para fines de 2022 deberán compensarse en 2023: la meta de RIN para el año próximo pasó de USD 4.000 millones a USD 4.800 millones. A su vez, el financiamiento neto con el FMI, que fue positivo en 2020-22, volverá a ser negativo a partir de 2023. Este punto no es menor, dado que tres de cada cuatro RIN acumuladas en 2022 (en caso de cumplir con la meta) obedecen al financiamiento neto de dicho organismo.

Para cumplir con dicho objetivo, partiendo de un escenario deficitario, la economía argentina debería revertir el saldo de la Cuenta Corriente hasta un superávit de 0,6% del PIB (USD 3.700 millones) en 2023. Pero, ¿cómo espera el programa que Argentina recupere su capacidad de financiamiento externo?

Los supuestos clave en esta trayectoria pasarían por la reducción en el rojo de servicios y el ensanchamiento del superávit comercial de bienes. En cuanto al primer punto, el rojo en servicios debería reducirse a menos de la mitad en 2023, al pasar de USD 4.600 millones a menos de USD 2.000 millones, donde tres cuartos de dicha mejora se explicarían por una reducción en las importaciones de servicios.

Con relación al segundo punto, el saldo comercial de bienes se incrementaría un 36% al pasar de USD 12.500 millones en 2022 a USD 17.000 millones en 2023. A su interior, el incremento se debería a una suba 2,8% en las exportaciones y a una reducción en las importaciones (-2,6%). En esta dinámica, las menores compras de energía (finalización del gasoducto mediante) seguramente sean el eje central de la reducción, ya que el mismo programa contempla que la economía crecería un 2%, lo cual implicaría una mayor necesidad de compras externas.

A su vez, en ambos casos jugarían a favor tanto los precios como las cantidades. No obstante, como ya tratamos en informes anteriores, estos supuestos no sólo dependen de la puesta en marcha del gasoducto en la previa de la temporada invernal, sino que también serán puestos en jaque por una sequía que perjudicaría el desempeño del sector agrícola, una creciente probabilidad de recesión a nivel mundial y un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales que podría deteriorar nuestros términos de intercambio.

Más allá de 2023

Sin embargo, 2023 no debe analizarse como un caso separado, sino como uno de los eslabones dentro de la dinámica del sector externo sobre la cual se cimienta el programa acordado con el FMI. A grandes rasgos, el programa proyecta que la economía argentina en los próximos 5 años deberá enfrentar cancelaciones netas de deuda con el Fondo por USD 9.000 millones y acumular reservas internacionales por USD 18.000 millones, en paralelo a un sector privado que continuará demandando divisas financieras (especialmente formación de activos).

Ahora bien, ¿cómo haría frente a tales necesidades la economía según lo plasmado en el programa? En primera instancia, sería necesario que la economía acumule una capacidad de financiamiento en torno a los USD 17.000 millones entre 2023 y 2027 (USD 3.400 millones por año), lo que implicaría mantener acotado el rojo en servicios (de hecho, se proyecta que se vuelva superavitario hacia 2027) y sostener en un nivel elevado el superávit de bienes.

No obstante, el aporte de la Cuenta Corriente y la Cuenta Capital no sería suficiente para cubrir las exigencias mencionadas. Entonces, sería necesario que la evolución del sector externo cuente también con otros tres elementos para llevar las fuentes financieras a los niveles requeridos:

  • Una reapertura a los mercados financieros internacionales (estimada para 2025).
  • Un fuerte incremento de la Inversión Extranjera Directa, estimada en USD 11.000 millones por año en 2023-27 (un 86% superior al promedio entre 2016 y 2022).
  • Un considerable financiamiento neto proveniente del resto de los Organismos Internacionales (excluyendo FMI) que sea suficiente para cubrir los vencimientos de capital con el FMI (cerca de USD 1.800 millones por año).

En conclusión, los supuestos reflejados en el acuerdo sobre la evolución del sector externo para los próximos años son desafiantes. En este marco, garantizar una cierta estabilidad económica y la sostenibilidad del programa acordado con el FMI le exigirá a la economía argentina no sólo revertir el déficit de Cuenta Corriente y sostener en el tiempo un saldo positivo, sino también normalizar la situación financiera del país en los mercados externos.