En 2020, la actividad económica cayó casi 10%. En 2021, se recuperaría alrededor de 6%, recobrando más de la mitad del terreno perdido. Ahora bien, estos números agregados poco nos aportan sobre la dinámica regional: en tanto las distintas ramas sectoriales se reparten heterogéneamente a lo largo y ancho de nuestro país, el impacto sobre la economía fue diferente entre provincias.
En este marco, es importante analizar la evolución de la actividad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, actuales epicentros de la segunda ola (casi 65% de los contagios de Coronavirus en abril) y por lo tanto de las restricciones, además de marcar sus contrapuntos. De esta forma, podremos comprender mejor qué podría pasar en estos territorios en los próximos meses, claves para la recuperación económica y de la pandemia, pero también para el resultado electoral.
Las regiones con mayor especialización agropecuaria o industrial, o aquellas con mayor peso del empleo público, tendieron a estar menos afectadas. Por el contrario, las provincias especializadas en actividades no esenciales o en servicios como el turismo, la gastronomía y los servicios personales y culturales sufrieron más la crisis y su PBG (Producto Bruto Geográfico, equivalente provincial del PBI nacional) cayó por encima del 10%. Analizar la estructura productiva de CABA y PBA nos permitirá entender mejor qué pasó hacia adentro de esta región fundamental.
Los Servicios se destacan mucho más en CABA que en PBA y el resto del país
La principal diferencia entre ambos territorios radica en el peso de los servicios sobre su estructura económica. Esta distinción es sumamente relevante, puesto que este rubro está mucho más expuesto que los bienes a las nuevas restricciones: la gastronomía, la recreación, los servicios personales y culturales y el turismo, son actividades que seguirán operando en niveles muy por debajo de la pre-pandemia durante todo el 2021. En el primer bimestre de 2021 (últimos datos de INDEC), este grupo se encontraba 8% por debajo de los niveles pre-pandemia.
En este sentido, mientras que en CABA los servicios representan cerca del 80% del PBG, en PBA indicen en un 55% (similar a Santa Fe y Córdoba) y en el país algo más del 60%. Dentro de este grupo se destaca Hoteles y restaurantes y Servicios sociales y personales (teatros, museos, espectáculos deportivos, gimnasios), rubros que explican conjuntamente 8% del PBG de CABA y menos de la mitad en PBA (3,7%). Otra forma de visualizar esta relevancia es mediante la composición del mercado laboral: el empleo formal en estos sectores explica el 13,4% en CABA y el 10% en PBA. En el primer bimestre, estos rubros se ubicaron 40% y 20% por debajo de los niveles pre-pandemia. Cabe destacar que, históricamente, la Ciudad registra el 60% de las pernoctaciones en hoteles del país y 1 de cada 4 empleos formales del sector, dando cuenta de su importancia como polo turístico. Asimismo, allí se sitúan más de 1 de cada 3 puestos registrados en el rubro Restaurantes. A estos sectores podríamos sumar los Servicios sociales y de salud, los cuales exponen un mayor peso en CABA (6,7%) que en PBA (3,6%). Habiendo caído en línea con el PBI en 2020, aún se encontraban 1% por debajo de los niveles pre-pandemia en el primer bimestre.
Como punto a “favor” de la Ciudad cabe señalar que buena parte de los servicios profesionales, empresariales y financieros son teletrabajables. Estos se encuentran contenidos dentro de Servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler e Intermediación financiera, ramas que estuvieron 1,5% y 6% por encima de la pre-pandemia en enero-febrero y que poseen una relevancia mucho mayor en CABA (30,7%) que en PBA (14,4%). En este sentido, un informe del año pasado de CIPPEC resalta que CABA exhibe el índice más alto de potencial de teletrabajo, donde casi la mitad de los ocupados pueden trabajar de manera remota. En contraposición, producto principalmente de la mayor influencia de la industria y el comercio, dicho potencial en los partidos del GBA se reduce a la mitad.
Otro punto a favor de CABA es que tiene mayor proporción de empleo público en todos sus niveles, el cual goza de una mayor estabilidad relativa, golpeando menos al consumo. Esto se manifestó en la mayor fortaleza frente a los embates de la pandemia: los asalariados públicos a nivel nacional crecieron 0,8% en 2020 (+27.000 puestos), mientras que el empleo privado registrado se derrumbó 4% (o -245.000 puestos). Los datos de la EPH al tercer trimestre de 2020 muestran que la proporción del empleo público en relación con el total de los asalariados es del 21,2% en CABA y 17,6% en los partidos del GBA. Además, el peso del sector de Administración Pública y defensa en el VAB de CABA (5,6%) supera al de PBA (3,9%) y al de Santa Fe (3%) y Córdoba (3,3%). En consecuencia, también por este lado, la crisis habría pegado menos en CABA que en el resto de país en general y que en PBA en particular.
Los sectores que lideran la recuperación, con mayor influencia en PBA
En sentido contrario, las actividades con una recuperación más vigorosa muestran un mayor protagonismo en la economía de PBA, particularmente en el GBA. Tal es el caso de la Industria manufacturera, con una participación del 26,7% en el PBG de PBA (similar a Santa Fe) y la mitad en CABA (13,2%, equivalente a la de Córdoba). Impulsada por el “veranito” que atraviesa la demanda de bienes durables e insumos para la construcción, junto con la actividad de diversos encadenamientos fabriles, en el primer bimestre estuvo 4% por encima de los niveles pre-pandemia. Con los anuncios realizados hasta ahora, las nuevas restricciones no afectarían tanto el funcionamiento del sector, de modo que la recuperación podría prolongarse, beneficiando más al GBA. No obstante, el incremento en los contagios de COVID-19 hacia el interior de varias plantas, e inconvenientes en el abastecimiento de insumos, podrían ralentizar la recuperación industrial de 2021.
En segundo lugar, sobresale el Comercio, uno de los tres sectores de servicios que superó los niveles pre-pandemia en el inicio del año (+3,7%), con una incidencia algo mayor en PBA (15,2%) que en CABA (14,2%). Al considerar los empleos formales, esta diferencia se agranda: 19% en PBA y 14% en CABA. Distintos indicadores del rubro (venta de autos nuevos y usados, motos, inmuebles, combustibles) dejan entrever que la dinámica comercial en 2020 se vio más afectada en CABA que en PBA. Ya en 2020, el consumo masivo, por caso, se recuperó mucho más en PBA (7,9%) que en CABA (2,8%), según Kantar Worldpanel. Las renovadas restricciones a la circulación, los mayores temores al contagio y las limitaciones sobre los horarios comerciales colaborarán en ralentizar la recuperación, afectando a negocios con menor desarrollo del e-commerce.
La Construcción, por su parte, muestra una relevancia bastante similar entre CABA (5,2%) y PBA (4,1%). Habiendo sido uno de los sectores con mayor caída acumulada en 2020, viene erigiéndose como uno de los principales motores de la recuperación, superando en el primer bimestre los niveles pre-pandemia (+5%). Los despachos de cemento, insumo representativo del sector, se desplomaron el doble en CABA (-43%) que en PBA (-20%) durante el año pasado. Si bien las ventas en la Ciudad vienen recomponiéndose a un mayor ritmo, en el primer trimestre PBA mantiene mejores niveles en relación con el mismo periodo de 2019 sin pandemia (-30% y -10%, respectivamente). Asimismo, la reciente suspensión de las obras de más de 2.500 m2 en CABA no tuvo su correlato en la Provincia, por lo cual la construcción en la Ciudad se vería más perjudicada durante las próximas semanas.
Finalmente, PBA se ve beneficiada por su mayor especialización en el Agro (fundamentalmente fuera de GBA), actividad esencial cuya evolución depende de factores idiosincráticos tanto de oferta como de demanda, menos vinculados a la pandemia. Si bien se proyecta una merma de la cosecha de los principales cultivos en torno al 10% producto de los efectos de “La Niña”, gracias al rally alcista en el precio de las commodities agrícolas estimamos que la valorización de la cosecha de los principales cultivos trepará cerca de USD 10.000 millones, mejorando la rentabilidad de los productores menos afectados por la sequía.
En suma, pese a mostrar ciertas fortalezas relativas (mayor empleo público y potencial de teletrabajo), la economía de CABA parece haberse mostrado más vulnerable que la de PBA (y que la economía del país en su conjunto) ante el impacto de las restricciones productivas y a la circulación en el marco de la pandemia. Las cinco ramas de actividad que expusieron las mayores contracciones en 2020 poseen un peso del 30,4% en el Valor Agregado Bruto de CABA (37% del empleo), al tiempo que registran una incidencia del 22% en PBA (30,5% del empleo) y del 22,7% en el país (32% del empleo). Una forma de visualizar este impacto es a través de la proporción de empleadores que tuvieron parte de sus salarios abonados por medio del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). Si bien tanto CABA como PBA se encontraron por encima del promedio a nivel país (55%), en la Ciudad la incidencia fue mayor (65%) que en PBA (57%), según estimaciones del CEP XXI. Asimismo, la destrucción de empleo privado formal en 2020 fue mayor en CABA (-5,3%) que en PBA (-3%).
Por todo lo dicho, se pone de relieve que el patrón productivo que adoptan las jurisdicciones es muy relevante en las discusiones políticas sobre los criterios para imponer o mantener las restricciones sobre los distintos sectores económicos en el área más densamente poblada del país. En el año electoral, así como a nivel nacional la segunda ola ampliará aún más la brecha existente entre los distintos sectores de la economía, profundizando la heterogeneidad de la crisis, es probable que la economía de CABA siga viéndose algo más afectado que la de PBA y, no menor, que el promedio nacional.