Economía
En 2020, según el Banco Central, el Ecuador alcanzó un superávit de $3.240 millones en su balanza comercial. No sólo se trata de un superávit récord en dolarización, sino también de un resultado muy distinto al que se preveía al inicio de la pandemia, cuando se temía que las exportaciones ecuatorianas pudieran sufrir una caída importante como consecuencia de la reducción en la demanda global, lo que podría derivar en una crisis de balanza de pagos. Las exportaciones totales, de hecho, registraron una caída de 9%, pero esa caída se explica enteramente por el desplome de 40% en las exportaciones petroleras; las no petroleras crecieron 10%, impulsadas por productos como banano, cacao, madera y minerales. Las importaciones totales, en tanto, cayeron 21% y se ubicaron en un nivel algo mayor al de 2016. Las que más cayeron fueron las de combustibles (-36%), pero las no petroleras –bienes de consumo, bienes de capital y materias primas– también sufrieron una contracción importante (-17% en conjunto).
Política
El escenario político en Ecuador, tras las elecciones del 7 de febrero, es muy incierto. Se sabe que el candidato del correísmo, Andrés Arauz, disputará la segunda vuelta el 11 de abril, pero todavía no se sabe contra quién. En un primer momento parecía que el segundo finalista sería Yaku Pérez, representante del movimiento indígena, pero tras la incorporación de los resultados de las actas con “novedades” (inconsistencias), el conservador Guillermo Lasso pasó al segundo lugar, con una pequeña diferencia de votos (ambos en torno al 20%). Eso ha llevado a representantes del movimiento indígena a hablar de fraude electoral, aunque no han presentado pruebas. Al momento de redactar este informe, Pérez y Lasso han acordado reunirse para definir el proceso para el reconteo de votos. Ese acuerdo inicial ha generado expectativas sobre la posibilidad de que los dos candidatos –junto con el candidato de la socialdemocracia, Xavier Hervas, quien alcanzó un inesperado 16%– alcancen un acuerdo para enfrentar de manera conjunta al correísmo. Por lo pronto, un acuerdo de ese tipo aún luce lejano. Finalmente, cabe señalar que en la Asamblea el correísmo será la primera fuerza (aunque sin mayoría propia), lo que hará difícil avanzar en las reformas estructurales (tributaria y laboral, principalmente) que forman parte del acuerdo con el FMI.