La última fase del proceso electoral terminó definitivamente de apagar el funcionamiento del Congreso. La política en general se encuentra avocada a la resolución de la disputa electoral y a la espera de que el resultado redistribuya el poder entre los actores y se pueda volver a constituir una autoridad política en condiciones de retomar el proceso de toma de decisiones.
El vacío de poder que produjo el resultado de las PASO (con un presidente en ejercicio debilitado y un virtual presidente electo sin poder formal), dejó sin capacidad de toma de decisión a la política, en un momento donde la economía anda a la deriva. Para volver a tener condiciones políticas que ejerzan el gobierno de la situación, deberá cerrarse el proceso electoral y reconstruirse la autoridad decisional. Frente a las urgencias económicas, el desafío será reconstruir esa autoridad durante la transición que habrá necesariamente entre el 28 de octubre y el 10 de diciembre. De no producirse la coordinación necesaria, el poder de decisión solo se reconstituirá el 10 de diciembre próximo.
De esta manera, el Congreso estará a la expectativa de las definiciones políticas y podría entrar en acción en tanto se puedan coordinar acciones durante la transición o después del 10 de diciembre cuando se inicie el nuevo ciclo político.
Los temas que alimentarán la agenda parlamentaria seran de índole económica que podrían ser discutidos en momentos separados o todos juntos dependiendo de la velocidad con la que se restituya el proceso de toma de decisión. Entre ellos se encuentra la ley de Presupuesto 2020, reformas impositivas y laborales, reestructuración de deuda y modificaciones a la carta orgánica del BCRA.
Independientemente de los plazos y de la cantidad de temas, otro aspecto destacado será la modalidad de tratamiento de las iniciativas que formen parte de la agenda parlamentaria post elecciones. Es probable que por la urgencia y por la utilidad política de diluir algunos temas urticantes, se busque la modalidad de “Paquete de Iniciativas Económicas”, que consiste en un tratamiento conjunto para que temas menos polémicos (Presupuesto 2020), se superpongan a otros más polémicos (Impuestos u otras reformas que puedan tener costos políticos).
Es claro que la modalidad del tratamiento legislativo dependerá de la urgencia que imponga la necesidad de tener definiciones. De todos modos, gozando de mayorías necesarias para sancionar leyes, también es posible que veamos un tratamiento conjunto de todos los temas para facilitar el trayecto de la discusión en el Congreso. Nada que en la Argentina no se haya visto.