Economía
En el mes de junio el DANE publicó la cifra del déficit en cuenta corriente para el primer trimestre de 2019 el cual fue de 4,6% del PIB. La anterior cifra es alarmante, pues se suma a una serie de indicadores de la economía colombiana que han presentado un comportamiento menos positivo al observado el año anterior. Por un lado, la tasa de desempleo del mes de abril fue de 10,3%, siendo el cuarto mes consecutivo por encima de dos dígitos. Por otro lado, el crecimiento trimestral (primer trimestre 2019 vs último trimestre 2018) fue nulo. En materia de inflación, el indicador de mayo fue 3,31%, ubicado dentro del rango meta del Banco de la Republica, y la tasa de cambio se ha devaluado un 10% en lo corrido del año. Las anteriores cifras hacen que Econometría revise sus pronósticos, particularmente, el balance de cuenta corriente que se actualiza a -3,8% del PIB, antes en -3,5%. La situación es compleja, la economía real muestra señales débiles y no se ve espacio para un relajamiento de la política monetaria, puesto que ello podría llevar a una mayor devaluación y a una mayor demanda interna que podría incidir en el crecimiento de la inflación y un mayor déficit en cuenta corriente.
Política
En términos de política económica, el Banco de la Republica interrumpió la acumulación de reservas internacionales puesto que estaba generando presiones de devaluación en la moneda colombiana. Por otra parte, el gerente de esta entidad afirmó públicamente que la economía se encuentra estancada y atribuyó esta situación a la polarización política que presenta el país. Ante esta situación, el Ministro de Hacienda refutó el argumento, adoptando una postura más optimista y anunciando señales de recuperación de la economía. Este choque entre el gobierno y el banco central puede derivar tensiones en el ámbito económico, en la medida en que es posible interpretarlo como un ataque a la independencia del ente rector de la política monetaria en el país. Además, resulta preocupante que ante los recientes indicadores económicos, la postura del gobierno sea tan optimista. Si bien el banco central no es el llamado a refutar al Gobierno, la realidad es que los indicadores económicos no son los mejores. En este sentido, matar al mensajero no omite la gravedad del mensaje.