Economía
Paraguay ha crecido rápidamente en la última década, anclado en políticas macroeconómicas estables y parámetros prudentes de baja inflación y déficit fiscal limitado. Las vulnerabilidades han disminuido, con una reducción significativa de la deuda tanto externa como interna. El desafío clave en adelante será sostener este crecimiento rápido, ya que los factores impulsores del pasado, que incluyen el auge de los precios de los productos básicos agrícolas, proporcionarán menos sustento en adelante. La menor actividad económica se observa desde el año pasado desde el cierre de 2018, con un crecimiento aproximado de 3,6%. Se observó que el crecimiento fue desigual, ya que, en la primera mitad del año, la actividad económica mostró un fuerte ritmo de expansión, seguido por un segundo semestre más débil. Por otro lado, se espera que la sequía al comienzo del 2019 tendrá un impacto negativo a la actividad económica de alrededor de USD 660 millones, aunque el impacto sería mas acotado debido al menor peso del sector primario en las cuentas nacionales.
Política
Ante un proceso de desaceleración económica, el nuevo gobierno paraguayo no ha logrado concertar acuerdos con el sector privado sobre el alcance de la reforma tributaria. Las reformas tributarias han sido mayormente “pactos fiscales”, no imposiciones. Las negociaciones de modificaciones tributarias se han dado en coincidencia con dos eventos; el inicio de un nuevo gobierno y/o algún tipo de crisis, política o económica. Entre los ejemplos concretos están la reforma del 1991, posterior a la caída de la dictadura, la del 2004 coincidente con el acuerdo stand-by con el FMI y el default, la del 2012 con el juicio político a Fernando Lugo y la suspensión de Paraguay en Mercosur y la del 2013 con el intento de un impuesto a la exportación de granos. Los intentos de modificación de la legislación tributaria en otros momentos del ciclo de gobierno, sin embargo, no prosperaron. Los acuerdos fiscales que generaron mayores niveles consenso y legitimidad en el tiempo fueron aquellos que permitieron importantes reducciones en el gasto publico, forzando una mayor racionalidad al desempeño fiscal.