Tras un turbulento segundo semestre de 2018 en materia económica, la producción nacional marcó un derrumbe en el último trimestre de 6,3% i.a. y concluyó el año con una recesión del 2,5%. En esta línea, casi ningún sector logró sortear los avatares por los que transitó la economía argentina, cerrando la mayoría de ellos el año en vías de recesión o en franca contracción.
Sectores en expansión
Las únicas ramas de actividad que concluyeron el 2018 bajo expansión fueron las vinculadas a la educación y la salud y al sector de petróleo y gas. El primer grupo crece sostenidamente en virtud de que crece la población y el segundo mostró avances frente a la caída de los costos en dólares, los subsidios a la producción de shale gas y al exponencial crecimiento de la inversión en Vaca Muerta ante las ventajas comparativas que presenta el yacimiento.
Sectores en recuperación
El sector agropecuario es el único que se encuentra en vías de recuperación. La misma se produjo gracias al crecimiento de la la cosecha de trigo (+5%) y cebada (+35%) y a la buena performance del sector ganadero tras mayores exportaciones. En este sentido, entre las ramas de actividad que expusieron los mayores avances hacia el final del año se encuentran las del sector primario.
Sectores entrando en recesión
Algunas ramas de actividad tardaron en responder al adverso contexto macroeconómico y lograron promediar un crecimiento en 2018 a pesar de que en el último cuatrimestre cayeron significativamente. Tal es el caso de la actividad de intermediación financiera, los servicios de compra-venta de inmuebles y la construcción. Esto se debió a que tras las buenas perspectivas por las que atravesaba la economía argentina en el primer trimestre del año (la economía creció 4% i.a. y la inflación mensual promedio se ubicaba en 2,3%), se produjo un boom de créditos hipotecarios indexados que impulso dichas actividades. El crecimiento de las mismas actuó con ciertos rezagos, permitiendo mantener los efectos positivos de aquellas decisiones en la mayor parte del año.
Sectores en contracción
A contramano, la mayoría de los sectores cerró el 2018 bajo una recesión consolidada. Los que marcaron una caída en el último trimestre del año y en el promedio también exhibieron una contracción, son los que están mayormente vinculados al consumo privado. En esta línea, el salario real sufrió un desplome mayor al 12% i.a. en el cuarto trimestre, la mayor caída desde la crisis de 2002, y en el promedio de 2018 se ubicó en niveles 6,4% menores a los alcanzados en 2017. Los sectores de comercio, comunicaciones, hoteles y restaurantes y transporte, fueron los más afectados. En este último caso, también incidió la menor producción agrícola tras la sequía. Asimismo, la industria alimenticia empeoró su situación en la segunda parte del año por la caída del consumo interno, por lo que rubros como bebidas, azúcar y galletas sufrieron una significativa contracción en trimestre octubre-diciembre.
Por último, entre las ramas productivas que tienen una menor participación en el PBI pero que exhibieron significativas caídas en su producción en el último trimestre del año, son las que dependen directamente del poder adquisitivo en dólares y la disponibilidad de financiamiento. Fabricación de maquinarias, electrodomésticos y equipos de transporte sufrieron caídas mayores al 28% i.a. en el último tramo de 2018.