Como consecuencia del mal resultado del oficialismo en la elección de medio término, en 2021 tuvimos la novedad de que el peronismo perdía el control del Senado por primera vez desde 1983. Parte de esa dificultad de haber perdido el control de la cámara alta se está viendo reflejada en la dificultad que está teniendo el oficialismo en sancionar pliegos de magistrados para cubrir posiciones en el Poder Judicial (ver más adelante). Pero en la elección legislativa de este año podríamos tener otra novedad negativa para el peronismo: de no lograr en la elección general de octubre un caudal mayor al 35% de los votos (algo que hoy no se ve fácil), la representación del peronismo en la cámara baja podría caer a menos del 40% de las bancas. Algo que nunca ocurrió desde el retorno de la democracia, ya que el peronismo siempre tuvo más del 40% de las bancas.
Este retroceso del peronismo en su representación parlamentaria se vuelve inédito por una razón particular: el peronismo va camino a tener dos muy malas elecciones consecutivas (sacando menos del 35% de los votos), algo que no había ocurrido en los 40 años de democracia ininterrumpida que llevamos.
Hubo dos conjuntos de malas elecciones consecutivas del peronismo en estos 40 años: las elecciones de 1997 y de 1999 fueron dos elecciones consecutivas de derrota del peronismo, pero en esas dos elecciones el peronismo obtuvo el 36,4% y 38,6% de los votos respectivamente, siempre por encima del 35% de los votos. La otra combinación de elecciones consecutivas malas fueron las de 2013 y 2015, también dos elecciones con malos resultados para el peronismo, pero si bien en 2013 estuvo por debajo del 35% en 2015 se logró más del 35% de los votos, lo que redujo el impacto, al margen que en ese período, el peronismo estaba dividido entre un peronismo oficialista y un peronismo no oficialista muy numeroso (Massa).
Esta vez es todo el peronismo unido que pudiera ir camino a tener dos elecciones consecutivas de menos del 35% de los votos, lo que tendría un impacto inédito en la Cámara de Diputados. Es cierto que las elecciones todavía no ocurrieron, pero si nos guiamos por nuestros estudios electorales, por los resultados que venimos observando en las elecciones provinciales y por los antecedentes inmediatos, esta escena inédita tiene probabilidad de ocurrencia. Aquí presentamos una simulación realizada según esos criterios para tener una aproximación (siempre falible por la dificultad del ejercicio), a la Cámara de Diputados que podríamos encontrarnos el 10 de diciembre.
La novedad para el período legislativo que arrancará el 10 de diciembre, es la aparición de un bloque de diputados liberales que ingresarían en las listas de candidatos de Javier Milei. Con la caída en la intención de voto que registramos del candidato libertario en julio proyectamos una veintena de diputados de ese espacio ingresando a la Cámara de Diputados. Son estos diputados los que podrían facilitar no solo el quórum para sesionar ante un eventual triunfo de Juntos por el Cambio (hoy lo más probable), sino también la sanción de leyes.
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