Las expectativas suelen estar asociadas a los procesos políticos, si el clima de opinión del desempeño del gobierno de turno es predominantemente crítico, no debería asombrar que frente a la expectativa de un cambio de gobierno se observe una reversión de las expectativas sobre el futuro, que pasan de ser pesimistas a optimistas.
Eso mismo es lo que se empieza a verificar en los registros de expectativas en el comienzo del año electoral. Frente a la expectativa que emana del proceso electoral, y la sensación de que hay por delante un cambio de gobierno, las expectativas empiezan a revertirse, pasando de un pesimismo elevado a un pesimismo moderado.
Esto coincide con el fenómeno que observamos en su momento en la previa a la elección 2019, cuando el pesimismo de entonces, tanto en relación al futuro del país como al futuro personal, se revirtieron hasta presentar un escenario, previo a las elecciones, de mayoritario optimismo.
Esta reversión se verifica más decididamente en materia de expectativas personales, las que han registrado en los últimos 6 meses un proceso de reversión que ha llevado el pesimismo en esa materia al nivel más bajo desde comienzos de 2020. La reversión no es tan pronunciada en materia del futuro del país, donde pareciera que el pesimismo se encuentra más consolidado.
Cuando uno establece la hipótesis de un eventual cambio de gobierno, las expectativas suelen mostrar mayoritario optimismo, tanto en materia del futuro del país como en materia personal, lo que permite ser visualizado como el factor explicativo de aquel fenómeno comenzado a verificarse en las expectativas sobre el futuro. En la medida que la sensación de alternancia política se consolide, posiblemente veremos una tendencia a la reversión del nivel de pesimismo que hemos venido viendo en estos últimos años.
La presente es una síntesis del Panorama de Opinión Pública, exclusivo para clientes Corporate.