La marcada derrota del oficialismo en las elecciones primarias del pasado 12 de septiembre proyecta, de confirmarse estos resultados en noviembre, un retroceso del Frente de Todos en el Congreso, donde quedaría sin el quórum propio en ambas cámaras.
Si bien las PASO no determinan una elección, sirven para anticipar lo que pudiera suceder en las elecciones generales que se desarrollan dos meses después. Y en este caso, el resultado del pasado domingo 12 de septiembre anticipa un retroceso del oficialismo en el Congreso. Este retroceso es más marcado en el Senado que en Diputados, ya que en la cámara alta se perdería el quórum propio, algo que en diputados no se ostentaba.
En la Cámara de Diputados, el escenario electoral adverso registrado en las PASO proyecta que el Frente de Todos retrocedería en la cámara baja: de un bloque de 120 podría pasar a tener 117 diputados. El retroceso del oficialismo de todos modos sería acotado, lo cual es ilustrativo de lo que afirmábamos antes del inicio del proceso electoral de que el Frente de Todos no ponía demasiado en juego. Sucede lo contrario del lado de Juntos por el Cambio que habiendo hecho una gran elección en las PASO tampoco aumenta demasiado su caudal de bancas, ya que este espacio enfrentaba un desafío muy ambicioso de renovación de bancas.
De mantenerse el resultado, el oficialismo deberá seguir negociando con bloques opositores para sancionar leyes, y le seguirá sin alcanzar con los diputados de fuerzas provinciales que puedan apoyar las iniciativas del oficialismo. Si se confirman estas proyecciones, deberá buscar el apoyo del Interbloque Federal, donde habría cuatro diputados de Córdoba que serían de ayuda estratégica que responden a Juan Schiaretti. El dato a seguir consiste en que si la derrota del oficialismo se profundiza en noviembre, y el Frente de Todos retrocede aún más, podríamos estar frente a un escenario donde la oposición podría reclamarle la presidencia de la Cámara, por tener la primera minoría, y de hecho, no se está lejos de ese escenario.
En síntesis, el dato más resonante que dejó la elección primaria, más por lo simbólico que por el riesgo real que representa, es la eventual pérdida del quórum propio en el Senado. Y decimos que no representa un riesgo tan real porque quedarán Senadores con los que se podrían negociar leyes y votaciones, más allá del principal bloque opositor.
Si se confirman estos resultados en noviembre, el oficialismo caería a 35 bancas propias, confirmando un dato relevante desde el punto de vista histórico, ya que por segunda vez en la historia, desde 1983, el peronismo no tendrá más de la mitad más uno de los senadores. Había ocurrido en el bienio 2009-2011, pero con un agravante para la situación actual: en aquel entonces, había senadores aliados no peronistas, que garantizaban el quórum propio.
*El presente artículo es un extracto del “Panorama Político” que elabora mensualmente Synopsis Consultores para clientes de Ecolatina suscriptos al Módulo Político.